Venganza

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Jihoon quería tener el control por lo menos una vez, porque no era justo que siempre tenía que ser el quién recibiera todos los azotes, ataduras, castigos y demás, siempre era la débil presa a la que devoraban sin ningún tipo de piedad; pero a quién iba engañar, hasta en algunas ocasiones, para no decir siempre, él mismo se lo buscaba, estaba más que claro que le fascinaba que Soonyoung lo tratará así y le hiciera de todo lo que a éste se le ocurriera. Se podía decir que le gustaba el masoquismo, algunas veces le preocupa un tanto su estado de salud mental, pero sólo un poco; ya que solamente había actuado así con Soonyoung y nadie más, pues antes de que comenzara su relación, él nunca antes había hecho algo para provocar a alguien, o comportarse de una forma tan sumisa , o incluso llegar al punto de implorar para conseguir algo, esta era una faceta de él a la cuál sólo tenía acceso única y exclusivamente mente Soonyoung, y que sólo él podía desencadenar.

El menor observaba con paciencia el quieto cuerpo desnudo de su Daddy que reposaba con tranquilidad en sus suaves sábanas mientras dormía; no pudo evitar que sus ojos empezaran un pecaminoso recorrido por todo el fantástico y tonificado cuerpo de su novio, apreció toda su piel carente de irregularidades, la que mordió y probó tantas veces que perdió la cuenta, su perfecto abdomen sobre el cuál había rebotado por satisfacción en reiteradas ocasiones, pero que incluso igualaban a su almohada cuando descansaba en el, sus fuertes brazos y manos tenían el poder de moldear su figura con la habilidad de un artesano, pero sabían brindarle los mejores y más cálidos abrazos, lo largo de sus dedos que conocían precisamente dónde tocar para volverlo loco y también le regalaban los roses más dulces y reconfortantes; su vista se perdió en su precioso rostro, se veía tan calmado, sus ojos pequeños que te podían dedicar una mirada tierna y dulce que también lograba convertir en una tan feroz que causaba escalofríos que calan hasta los huesos, lo carnoso de sus irresistibles labios que lo incitaban a pecar siendo tan impúdicos, pero a la vez te ofrecían la mejor de las sonrisas que hacían olvidar cualquiera de sus preocupaciones, su suave nariz que conocía a la perfección todo su ser por las veces que se paseó rosando su cuerpo; Jihoon podría jurar que nunca había apreciado a alguien tan magnífico como lo era su novio, podía pasar horas sólo viéndolo y no se cansaría nunca. Se miraba tan relajado, su pecho subía y bajaba con una parsimonia que se asemejaba a las aguas de una pacífica laguna; parecía estar tan profundamente sumido en su sueño, que ni siquiera se percató en lo más mínimo cuando el menor lo despojó de sus ropas y con unas cadenas lo apresó completamente a la cama con absoluta cautela para evitar ser descubierto. Puso en marcha su vengativo plan.


...

Soonyoung sentía sus párpados tan pesados como el plomo, que se negaba a abrir los ojos, quería seguir durmiendo, entregarse de lleno a los brazos de Morfeo, para sumergirse de nuevo en su profundo y gratificante descanso, pero algo lo hizo salir a flote de su mar de los sueños, la poción en la que se encontraba no era nada cómoda; frunció el ceño y emitió un ligero gruñido aún adormilado cuando intento moverse y no pudo, por un momento creyó estar sufriendo de una parálisis de sueño, así que se obligó a levantar los párpados con lentitud, pero no pudo evitar que la luz que residía en la habitación lo golpeara con tal intensidad que tuvo que cerrar los ojos otra vez para adaptarse a la diferencia de claridad, comenzó a parpadear para estabilizar sus retinas al repentino cambio, su vista se acopló y lo primero que logró captar fue su cuerpo desnudo, la extrañeza lo arropó, estaba seguro de que tenía ropa antes de caer dormido; lo siguiente que enfocó fue su pie izquierdo y el cómo su tobillo estaba decorado con una correa de cuero la cuál tenía una cadena plateada que desprendía de ella y terminaba en su otro extremo encajada a los pies de la cama, reduciendo su movilidad a la más mínima por no decir que a nada; se sorprendió, ¿Cómo había llegado eso ahí?, Observó su tobillo derecho y también poseía aquella singular decoración, su asombro aumentó cuando intento mover sus brazos y se dió cuenta que no sólo eran sus miembros inferiores los cuales habían sido apresados, si no también los superiores, al percatarse que sus muñecas no tenían libertad alguna; realizó un ademán de levantarse pero fue totalmente inútil, fue detenido en el acto y regresó a la cama de inmediato, ni siquiera podía levantar la cabeza ya que su cuello lo envolvía otra de esas negras correas de cuero con cadenas que tenían semejanzas con los grilletes de los esclavos.¿Qué carajos pasaba?

My Tiger (SoonHoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora