Incluso si viajar por horas en un avión podia ser aún más aburrido cuando llevas siglos en la tierra, también puede resultar en un merecido descanso del pensamiento cuando más lo necesitas.
Las tres chicas bajaron del avión y, aún en silencio, atravesaron la salida internacional; fuera y con sus equipajes en mano, tomaron uno de los taxis que las llevaría a la ruta hacia el Monte Stokes; lugar muy alejado del sendero de turismo de Queen Charlotte a algunos kilómetros del lago Queen Charlotte Sounds.
El taxi las dejo junto a la residencia de turismo en Picton. Su objetivo no era tomar los planes de vacaciones, o conocer los senderos; al menos no de Moonbyul o Hyejin, pero como era de esperarse, Wheein disfrutaba el magnífico escenario y clima cálido como quien nunca salió de Seoul en su vida; mágico, imponente y majestuoso. Uno de las vistas panorámicas más hermosas que nunca vio, como estar en medio de una postal.
Wheein permaneció de pie en el muelle del estadero de Picton, donde gracias a ser poco más allá del medio día, podía verse el agua cristalina del lago. Calmo, enorme y basto.
—Podemos rentar una de las cabañas privadas al otro lado del lago— Le dijo ByulYi acercándose
—¿Podemos?
—Por supuesto— Le asintió ella sonriendoWheein miro detrás de Moon a Hyejin. Ella yacía sentada frente al pórtico de una de las cabañas vacías. Mucho camino les quedaba por recorrer.
—¿Iremos...?
ByulYi asintió. Ambas se volvieron hacia Hyejin, y por la mirada severa en su rostro podían saber que ella también conocía las intenciones.
—Vamos por esos hijos de perra
Las tres caminaron decididamente hacia el espeso paraje cercano justo detrás de las casas donde los turistas empezaban a llegar; pasando inadvertidas en el gran flujo de personas que iban y venían, lograron escabullirse hasta un punto de la espesura donde solo quedaban arbustos, ramas y árboles. Allí se detuvieron tras ByulYi, quien al hacerlo las vio a ambas.
—Son casi 10 kilómetros, así que escúchenme. Las manadas de ancianos están conformados por diferentes manadas mas pequeñas, unificadas y con diferentes órdenes de Alfas en medio; Emmanuel III es uno de ellos, así que serán muchos
—Y nosotras solo tresMoon asintió.
—En cuanto sepan que somos Wheein y yo podrían decidir atacarnos o capturarnos; Hyejin-ah, si es el caso, tu debes quedarte atrás y cubrir la retirada
—Ni hablar, Wheein debe-
—Hyejin— Reiteró con voz severa —No es una batalla que puedas ganar con tus argumentos de proteger tu territorio. No ésta vez.Hyejin asintió agachando la cabeza.
—Bien, adelante.
—Espera— Hyejin la detuvo del hombro previendo su intención de sacarse el jersey —¿Vamos a...?
—¿Tienes una mejor idea para recorrer 10 kilómetros en minutos?— Le preguntó Wheein
—Yo... ahhh...Moon miró a Hyejin; de brazos cruzados, tirando la mirada al suelo.
—Hyejin-ah
—Bueno, ya sabes, la teoría del color dice que el negro es el que más contamina a los demás... Es un poco cierto.
—Espera, espera ¿De que hablas?Moonbyul suspiró.
—El color del pelaje de un lobo es como su marca personal de reconocimiento después de su olor. El olor dicta quien es, de quien es hijo y de donde viene, pero nuestro color es algo que nos hace únicos. Como tu. Eres roja, y tal vez la última con esa característica porque fuiste la última en nacer libre de los mandatos y manchas sanguíneas de los demás. Es tu especie, el rojo es el color de la pureza de la sangre
—Y ahora dirás que eres blanca por tu gran pureza de corazón— Le molestó Hyejin
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Lady MoonStar ◇ ▪︎WheeByul▪︎
Hombres LoboUna Alfa orgullosa cae a manos de una Omega que, inexplicablemente tiene todo su amor y lealtad. Un amor condenado, una maldicion... Y la lucha constante contra el deseo y la lujuria. ◇ Wheebyul ◇ Moonsun ◇ Hwasun