Pretend You're There

Capítulo 18: ¿Y si sostuviera tú mano?

(Espero que disfruten este capítulo como yo lo hice escribiendo revisar la nota al final del capítulo tiene información )

"Te amo porque no te pareces a nadie".

Alfonsina Storni

Severus necesita un maldito descanso de todo el desastre que se desata en Hogwarts, está tentado a ir donde Lucius, a esa comodidad, al confort de sus punzantes palabras, el calor ardiente del whisky de fuego. Pero no se lo permite, no puede hacerlo ahora después de tantos años.

¿Cómo mirará al niño a los ojos, después de cómo lo miro la primera noche?

No quiere averiguarlo, no quiere enfrentar los sentimientos que le provoca tal contradicción, pero lo extraño sabe que siempre lo hará, como si aún tuviera un corazón. Se alista para ir a ver a su único viejo amigo que por desgracia se parecen más de lo que quisieran. 

A ambos se le quemó su corazón, fraudes llenos de cinismo disfrazados de redención, pero para ellos no existe tal cosa, pero tratan. 

 
Títeres de algo mucho más grande.

Aberforth Dumbledore.

Tiene un decadente bar en el Callejón Diagon, casi nadie lo visita más que los borrachos y personas perdidas, como severus, no fue una rareza que él lo encontrara justo después de volverse el espía de Albus, supo entonces que se condenó de un tirano a otro. Porque Albus es un comandante en un juego, uno retorcido con el señor oscuro y todos son sus fichas.

Todos podemos ser desechados si su uso se acaba para su causa, claro sus métodos son distintos pero al menos el señor oscuro nunca finge lo que es, lo que significa estar con él y lo que quiere, en cambio Albus te lo da todo, una razon para vivir, existir.Y luego te lo rebata quedandote vacio, eso es peor que una tortura, que la muerte misma.

 Lo peor de todo que no te quedan fuerzas para luchar menos contra el dios que se convirtió Albus para el mundo mágico, ‘El bien mayor, lo es todo’, ese es su lema, los sacrificios siempre son necesarios en las guerras, Severus sabe cómo jugar su papel, ve como son las personas y que sacar de ellos, pero Albus lo cegó por completo prometiendo la dulce e inexistente redección.

Todo era falso.

Nada podrá borrarlo pero en ese momento no sabía, que era otro peón, uno comprado para las manipulaciones del director, jugó con su desdicha y lo empujó justo donde quería.

Sabe que sus fichas son seres humanos, la cuestión radica que justo porque lo son deben ser ‘comandados’ en la dirección correcta.

No sabía cuando pasó por la puerta de ese mugriento lugar que todas esas verdades serían dichas nada menos que por su hermano, quien también le quemó su corazón, su alma, por su ambición. Juntos pronto encontraron más en común de lo que querían y su amistad nació llena de humo, whisky, mal olor, y secretos.