club spirit blossom [sett x aphelios]

2

Aphelios agarró de la muñeca a Sett y se encaminaron a una de las habitaciones donde los strippers atendían a su clientela, pero en eso, Sett lo detuvo antes de que pudieran entrar.

—¿Qué haces? —se quejó— ¿Acaso no querías que te bailara en privado?

—¿Esta es tu habitación? —cambió de tema.

—Así es.

Era una de las habitaciones más simples del club, aparte de que también era el hogar del Aphelios, por lo que a Sett se le ocurrió una idea. En esta ocasión él agarró de la mano al menor hasta dirigirse hacia el sector VIP.
Aphelios al reconocer la zona prohibida, trató de detenerse, pero Sett tenía mucha fuerza y se vio obligado a seguirlo.

—O-oye, no me permiten estar aquí.

—¿Por qué no? —volteó a verlo.

—Porque no pertenezco aquí, en este lugar solo hay suites privadas que cuestan mucho más de lo que gano en un mes, y por lo general solo hay trabajadores que llevan años en este rumbo, yo solo empecé hace unos pocos meses...

Sett sonrió.

—No te preocupes por eso —y entraron a una de las suites vacías, a la vez que soltaba al menor.

Aphelios quedó impresionado al ver la habitación en la que estaba, era enorme y ostentosa, ¡incluso tenía dos pisos!, todo ahí dentro irradiaba algo: lujo y dinero, pero eso no quitaba el hecho de que estaba cometiendo un error.
Algo molesto ante lo obstinado y atrevido que era el hombre frente a él, le dijo.

—Entiendo que tienes mucho dinero y que probablemente conozcas a Sylas y a todos aquí, pero eso no significa que puedas hacer cosas como estas, una de las reglas que se me dieron era no entrar a ninguna habitación que no fuera la mía sin permiso de un superior, y para tu información, ¡eso incluye esta lujosa suite!

Sett hizo una mueca pensativa —Bien, te doy permiso para que estés en esta lujosa suite conmigo esta noche.

La expresión de Aphelios hablaba por si misma, este hombre era realmente terco.

Riendo, Sett se quitó el blazer y la corbata, dejándoles caer al suelo a la vez que abría algunos botones de su camisa negra —Bien —se sentó en una elegante silla carmesí—, desnúdate de a poco y baila para mí.

Aphelios no pudo evitar sentirse algo avergonzado, debía admitir que de todos sus clientes éste sin duda alguna era el más guapo y varonil, y hasta sexy.
Con un suave rubor en sus mejillas, hizo caso al mayor. Se quitó primero la chaqueta blanca con adornos y detalles de múltiples colores, dejando a la vista su torso levemente marcado, a la vez que movía sus caderas de un lado a otro, usando sus manos de forma sensual.
Se quitó los pantalones, los zapatos y los calcetines, quedando solo en ropa interior. Se dio la vuelta haciendo énfasis a su redondo trasero, el cual también tocaba provocativamente para luego ir a su propio pecho rozando sus rosados y erectos pezones, soltando un suspiro. Se acercó al mayor y se sentó sobre su regazo, moviéndose provocativamente de adelante hacia atrás, haciendo a Sett gruñir.
Tomó el rostro del mayor con una mirada seductora y fue bajando sus manos, recorriendo el cuello y las clavículas ajenas, hasta llegar a los pectorales. Dirigió su rostro al cuello del mayor, lamiendo la zona lentamente.

Sett lo agarró del trasero, masajeando los glúteos gustosamente, provocando un gemido de Aphelios por la inesperada acción.
Siguió con su trabajo y posó su mano derecha sobre el notable vulto sobre los pantalones negros de Sett, acariciando de un lado a otro, agarrando con suavidad a la vez que mordía el cuello ajeno.

De pronto, Sett lo tomó en brazos y lo lanzó a la cama, haciendo que Aphelios se excitara ante la brusquedad.
El mayor se quitó toda la ropa rápidamente, dejando a Aphelios deleitado ante el gran físico que cargaba con él. Los músculos eran enormes, sobretodo sus imponentes brazos, con abdominales perfectamente esculpidos, y en general todo su cuerpo era grandioso.
Y ni hablar de su pene, estaba erecto y era igual de enorme.