—¡Despierten ustedes dos, par de perezosos!
Un balde de agua fría les cayó en toda la cara, provocando que se incorporaran de un sobresalto.
—¡Aaaaah! —Exclamó un castaño empapado abrazándose a si mismo— Chuuuuuuya~ eso fue cruel.
—Cállate, maldito Dazai —Gruñó Nakahara—. Hoy es día de limpieza, y ustedes dos me van a ayudar.
—Uf, limpieza —Se quejó Fyodor, también empapado, mirando a Dazai—. Odio la limpieza.
—Por dos —Convino este, caminando hacia el cuarto de baño como si estuviera en la Antártida—. Ayayayay que frío.
—Levántate, Dostoyevski, o te lanzó otro balde de agua —Advirtió Chuuya. El de ojos violetas levantó las manos en señal de rendición y se levantó para seguir a Osamu.
—No hace falta, amor —Dijo—. Ya me levanté.
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Mientras Chuuya barría la sala, Fyodor y Osamu limpiaban las ventanas.
—Amaneció enojado —Comentó Dazai.
—Tal vez anoche le dimos muy duro —Sugirió Dostoyevski—. Sabes que se pone así cuando le duelen las piernas.
—Es culpa suya por ser tan sexy.
—¡Los estoy escuchando! —Exclamó el pelirrojo con una mano en la cadera—. Mejor cierren el pico si no quieren quedarse sin sexo un mes. Dazai, ve a sacar la basura. Fyodor, te toca trapear.
Suspiraron y el castaño caminó arrastrando los pies.
—Eres un tirano —Protestó agarrando la bolsa de basura. A Chuuya le dio igual.
Llevaban viviendo juntos dos años, y eran novios desde hace cinco. Fyodor y Osamu se sabían de memoria la rutina; los domingos eran día de lavar la casa. Solo se quejaban porque eso molestaba al de baja estatura en sobremanera.
—Y tú eres una maldita momia. Camina más bien.
Tardaron tres horas en terminar de limpiar, y se morían de hambre.
—Chuu Chuu —Llamó Dazai—. ¿Qué vas a cocinar?
—No voy a cocinar. Iré donde Anne-san a desayunar.
Dostoyevski y Osamu entraron en pánico. Si Chuuya no cocinaba, ¿qué iban a comer? Ninguno de los dos sabía cocinar.
—¡Ahí se ven! —Exclamó alegremente mientras salía de la casa.
Mierda.
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Chuuya los amaba, por muy tediosos que pudieran ser. Y realmente sentía que ellos lo entendían, que lo amaban aún con sus defectos, que no tratarían de cambiarlo.
Aún así, a su hermana no le parecía que ese par fueran un buen partido.
—Chuuya, déjalos y ven a vivir conmigo —Sugirió por décima vez esa semana.
—Agradezco mucho tu propuesta, Anne-san. Pero me quedaré con ellos.
Ozaki Kouyou suspiró.
—Te lo digo por tu propio bien, cariño. Dazai podría suicidarse en cualquier momento, y Fyodor es comunista-
—Fyodor no es... ¿Sabes qué? Mejor olvídalo.
—Y además, me preocupa que quedes embarazado y ellos vayan a comprar cigarrillos... Ya sabes a lo que me refiero.
—No te tienes que preocupar por eso, Anne-san. Usamos protección, y ellos no me abandonarían.
La mujer suspiró y se levantó para abrazar a su hermanito.
—Tambien podrías ir a vivir con Paul y Arthur —Sugirió. Chuuya rió.
—Así está bien. Gracias. ¿Cómo está Izumi?
—¡Jumm! —Murmuro e hizo un gesto como si estuviera orando el padre nuestro—. Ya tiene novio.
—¡¿Novio?!
No no no no no, eso no podía ser posible. Izumi apenas tenía cinco años. ¿Cómo iba a tener novio?
—Es un compañerito del preescolar. Se llama Kenji, y no se separan para nada. Parecen chicle.
—¿Y es un buen niño?
—Dicen que es un santo. Hay que ver cómo se porta cuando está solito.
La familia de Chuuya era... Complicada.
Chuuya tenía un medio hermano llamado Paul Verlaine, de Francia. Era el hijo del primer matrimonio de su padre. Chuuya era producto del segundo matrimonio. Y luego, su padre murió y su madre se casó con otro hombre que tenía una hija, que era Ozaki Kouyou.
Paul se casó con un chico llamado Arthur, y Ozaki con una doctora llamada Akiko. Ellas adoptaron una pequeña niña llamada Izumi Kyoka.
Es decir, aunque fueran familia, todos tenían apellidos distintos.
Menudo lío, ¿no?
La puerta se abrió y entró una mujer de pelo corto cargando una pequeña niña de pelo azul.
—Chuuya —Saludó Akiko Yosano—. Es un gusto verte.
—Igualmente, Yosano-san. Hola, Izumi.
La pequeña niña saludó con la mano. Chuuya apretó la mano de su hermana.
—Gracias por invitarme a desayunar. Ya es hora de que me vaya, antes de que Fedya y Osamu incendien la casa.
—Puedes venir cuando desees —Dijo Ozaki—. Te quiero.
—Tambien te quiero.
Se despidieron con un abrazo. A Yosano le dio un beso afectuoso en la mejilla y a Kyoka la besó en la cabeza, y se fue.
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En un fic soukoku vi que shipeaban a Kyoka con Kenji y me encantó jajaja
Algo que olvidé mencionar: Esto es un m-preg, no un omegaverse (porque de eso no se escribir). Yo misma me inventé como es el mecanismo para que un hombre quede embarazado. Si quieren, puedo explicarlo en un capítulo.
Gracias por leer <3
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Poliamor// Fyoyazai
FanficNo era necesario que Anne-san le dijera que una relación poliamorosa era complicada, lo que necesitaba era que alguien les explicaba cómo demonios se suponía que tres padres cuidarán de un hijo. -El diseño de los personajes le pertenece a Asagiri Ka...