「Un hermano para Peke J」

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Últimamente Baji-san esta empeñado a buscar otro gato de la calle, según el Peke J necesita un hermano.

Estoy cansado de decirle que Peke ha estado bien todos estos años que llevamos casados quedándose sólo cuando vamos a trabajar. Pero el sigue insistiendo en que quiere que nuestro bebé tenga un hermano pero aunque quiera pienso que sería una responsabilidad más grande. O sea, supongamos que es una gatita y tienen cachorros con Peke serían más o menos 7 gatos en la casa y 7 gatos, solos, en una casa, puede que algo salga mal.

Baji-san insiste, insiste demasiado pero por suerte los gatos que alimentaba en la calle no lo habían cautivado lo suficientemente como para querer quedarselo.

Hoy vamos a cenar con Ryoko-san a su restaurante favorito por su cumpleaños y como no quiero quedar como un mal yerno debo ir a comprarle un regalo. Cosas que uno tiene que hacer por las suegras.

—¿Ahora que se supone que le regal... —un pequeño gatito blanco y negro llamó mi atención. Era pequeño, estaba indefenso, no lo podía dejar así.

Lo puse con toda la delicadeza del mundo una una caja para que no se fuera. Fui corriendo a la cafetería más cercana para comprar pollito, agua y leche para el pequeño felino.

Se veía de aproximadamente unos 8 meses, estaba muy delgado, al parecer llevaba días sin comer nada.

Llegué lo más rápido posible y para mí mala suerte el gato había logrado escapar.

—Pues, para otro dia será, supongo...

Solté un suspiro algo frustrado para seguir con mi camino. Luego de pensarlo decidí comprarle algo de ropa a mi amada suegra. Ryoko es un amor conmigo aunque con Baji-san sea... un poco diferente, se gritan, insultan, pero se nota que se quieren muchisimo, son muy lindos

—Bueno, Ryo-san es bastante moderna y suele vestirse como las chicas jóvenes... —seguí mirando ropa como la que mi suegrita suele usar.

Por lo general son camisetas anchas con estampados de bandas de rock, colores discretos, pantalones cargo por lo general color crema, verde oliva, marrón y colores opacos. Según yo es algo básico pero seamos sinceros ¿a quien no le gusta que le regalen ropa?

Finalmente me decidí por 2 pantalones anchos, uno cargo beige, el otro verde oliva oscuro. Unas 3 camisetas, una de Nirvana, una Guns N' Roses y una con un pez tradicional japonés en un verde neón degradado a azul y lo demás en negro. De paso también compré algo para mi ya que aunque ame usar la de Baji-san no lo puedo dejar sin nada así que pues, aproveché y compre unas cuantas cosas aparte de el regalo de Ryoko-san.

Volví a casa para ver a mi bebé, ducharme, cambiarme y esperar a Baji-san para irnos con mi seguegris.

—¿Donde esta el bebé de mamá? —no tuve que esperar más de 20 segundos para que mi pequeño felino saltase a mis brazos —¿Quien es el gatito más hermoso del mundo? Claro que tu Peke —como siempre llené a mi bendición de mimos— supongo que ahora me voy a ba... —dejando a Peke en el suelo me di cuenta que ya no tenía ni agua ni comida— ay no bebé, no me digas que has tenido hambre y sed todo el día, perdon mi amor —acaricie su cabeza para ponerle su comida y agua— bien, ahora si, me iré a bañar.

Esta vez sí cumplí, me di una ducha de aproximadamente 30 minutos, lavé mi pelo depile, en resumen, ni yo reconocía al Chifuyu que salió de la ducha cuando me miré al espejo. Me veía bastante bien, no lo iba a negar. Hace mucho no me miraba tan detenidamente al espejo, sinceramente mi pelo natural me queda bastante bien, aunque el rubio tampoco se me veía tan mal. El problema ere ese peinado que por suerte no recuerdo el nombre, era horroroso. Si no fuera porque Baji-san me dijo que le gustaba como se me veía así el pelo, probablemente aún usaría ese asqueroso peinado. No quiero ni imaginarlo, simplemente no, sería un panorama traumante.

Un hermano para Peke JDonde viven las historias. Descúbrelo ahora