Capítulo 4

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Celos

Los días avanzaron y Sam cada vez se volvía más unido a su vecino, seguía sentándose con Damien en el pasillo, ninguno se atrevía poner un pie dentro del apartamento del otro, ¿por qué? ellos no lo sabían.

Sam se despertó como todos los días, con el cabello alborotado y Mandy dormida a los pies de la cama. Ese día no tenía que ir a trabajar por lo que aprovecho para sacar la basura esa mañana en compañía de su peluda gata.

- Sam - una voz lo llamo desde las escaleras.

- ¡Morgan! - sin pensarlo el albino salto en brazos de su hermano menor - ¿qué haces aquí tan temprano y las clases?

-Vine a dejarte algo de parte de mamá y luego me iré - se separó del cuerpo del chico que parecía ser el mayor entre ellos. - son arrollados de canela - le extendió la bolsa y con gusto la acepto.

- Gracias bebé - dejo un beso su mejilla, le encantaba molestarlo de aquella forma - la próxima vez te quedas a desayunar - lo apunto con su dedo en advertencia, desde que se mudó solo casi no veía a su familia.

Justo en ese momento un, al parecer, malhumorado Damien paso por el lado de ambos con unas bolsas en mano, ver aquella expresión en el rostro del mayor a Sam no le gusta en lo absoluto.

- Hey - saludo animado el albino, pero aquello no duró demasiado cuando el pelinegro ni siquiera le devolvió la mirada.

¿Y a este que le sucede?

Frunció su ceño viendo al mayor desaparecer hasta ingresar a su departamento.

- Debo irme Sam, luego te hablo. Adiós - Sam asintió desorientado y se despidió tres veces de Morgan antes de dejarlo marchar por completo. Aún con el desconcierto de lo que paso en las escaleras camino a la puerta de su departamento.

Se dispuso a hacer el aseo del lugar y luego a sentarse en el sofá, dejo reproducir la serie; atypical. Para ese momento eran las dos de la tarde y se disponía a disfrutaba de los arrollados mandados por su madre.

- Lizzie eres una idiota - gruñó con enojo viendo en el televisor la escena que se presentaba en ese momento -NO PUEDE SER - grito levantándose de un salto del sofá. En la pantalla se reproducía la escena donde la morena se besaba con un tipo en una fiesta mientras que la chica alta la veía.

Había pasado toda la tarde viendo la serie sintiéndose indignado de vez en cuando con la aparición de las chicas, además se encontraba tan enfrascado que no escucho los primeros toques en su puerta.

Volvieron a tocar una vez más.

Pauso la serie y caminó a la puerta para ver por el agujero, frunció el ceño pensando y la abrió al final.

- ¿estás ocupado? - un avergonzado Damien se encontraba del otro lado con un paquete en sus manos. -lamento no a verte saludado esta mañana.

Sam no dijo nada, se cruzó de brazos, una simple disculpa no bastaría para su sensible corazón.

- Traje helado.

- te detesto -rodó sus ojos y se alejó de la puerta volviendo al sofá, Damien al ver que no cerró la puerta en su cara tomó aquello como una señal de poder ingresar.

- ¿Qué ves? -se sentó a su lado en el sofá viendo cómo se reproducían las imágenes en el televisor.

- Atypical. - aquella respuesta fue tosca y odiosa. Esta molesto, eso el pelinegro lo sabía, aunque intentará no parecerlo. Aquello lo había notado días anteriores cuando discutían por cual era el mejor plato de comida.

- ¿estás molesto? - pregunto el mayor dándole una mirada de soslayo al menor.

- No.

- ¿Estás molesto? - volvió a preguntar esta vez girando su cabeza para verlo bien.

-No.

- No me mientas, petite étoile.

- Ahsg. - el albino lo volteo a ver mal - no me llames así, estoy molesto - se cruzó de brazos formando un puchero en sus labios. Sam ya sabía que quería decir el pelinegro en francés y Damien sabía que eso bastaba para derretir al albino.

Es adorable. Aquel pensamiento se coló en la mente del mayor.

- Perdóname, no quise hacerlo, solo... - se quedó callado por unos instantes antes de suspirar - estaba celoso.

Sam se le quedó viendo por unos instantes antes de sonreír burlón - ¿De Morgan? - el mayor no sabía si ese era él nombre por lo que se encogió de hombros. - por Dios - vio como el albino se empezó a reír.

- No te rías Sam - lo miró serio.

- Lo siento, pero es que... - intento recomponerse, al lograrlo por completo le dio una mirada enternecido que ablando el corazón del mayor - Dami, Morgan es mi hermano menor. - soltó sin más provocando que un tono rojizo subirá a las mejillas de Damien.

- Dios... -susurro - pensé que era tu novio o algo así - un suspiro de alivio salió de su labios.

- Ya te lo hubiera hecho saber ¿no crees? - alzó una ceja el albino en su dirección.

- Lo siento -repitió por última vez el mayor mirando al albino avergonzado. - ¿cómo me dijiste? - pregunto luego de percatarse de que no le dijo su nombre completo.

Sam se le quedo viendo unos segundos antes de hablar - Dami - le sonrió al mayor dejando ver su hoyuelo.

- Bonito hoyuelo - soltó el mencionado llevando una de sus manos hasta la mejilla del albino- petite étoile.

Mi Destino  |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora