¿Y todo para qué?

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Solo pasaron las horas de las clases, no estaba concentrado del todo, en la hora del almuerzo no pedí mucha comida, solo un sándwich y una bebida de chocolate, no procuro darles muchos bocados.

Josh: ¿Soy yo? ¿Tengo algo malo? –Digo con las orejas bajas.-

Marcos: ¿Qué? ¿A qué te refieres? –Me dice extrañado terminando de beber un refresco.-

Josh: Sé que es un adulto y todo... pero soy tan raro como todos dicen... vi su expresión... fue como la de los demás... me rechaza. –Recuesto mi cabeza en la mesa y me cubro con mis brazos.-

Marcos: ¿Sigues pensando en eso Josh? ¡Reacciona! (Aunque supiera lo que paso no podría ser de mucha ayuda) Mira al menos tienes que enfrentarlo aunque no le digas nada. –Me mira molesto.-

Josh: Me saltaré su clase. –Volteo a verlo convencido.-

Marcos: ¡¡No Josh!! ¡¡Eso si no lo permitiré!! Así es como empieza... así empezó en el primer año de preparatoria cuando confortaste físicamente a tu hermana, casi se mataban entre si y empezaste a bajar tus calificaciones... por eso los profesores tienen que estar hablando contigo constantemente... ¡¿Es eso lo que quieres?! –Me mira bastante molesto.-

Josh: Solo será hoy ¿sí?... no es como aquella vez, no es tan grave... aprendí de esa vez mucho y sé que no tengo que descuidarme tanto o terminare preocupándote. –Lo abrazo fuertemente.-

Marcos: ¿Lo prometes? –Me sujeta fuerte no queriendo dejarme ir.-

Josh: Lo prometo. –Lo suelto.-

Marcos sabe que nunca le he roto una promesa, me suelta con la confianza y me dice que me espera en la última clase, tocaba Letras es la que más me gustaba a mí, el profesor que la impartía era un San Bernardo un tanto robusto, me caía bastante bien y siempre me trata bien aunque no sentía lo mismo por él que por Chuck... Chuck nunca me corresponderá, mejor dejo de pensar en eso, la clase de Letras no me la perdería por nada ya que en esa clase tenia las mejores notas ya que me encanta mucho escribir, decidí ir a un rincón de la escuela donde los maestros no revisaban y estaba cerca de unos basureros y había unas escaleras de madera extra que movían para los eventos grandes en el estadio, me recargue sobre ellas y saque un cuaderno y comencé a escribir lo que se me ocurriera en ese momento para distraerme, en un momento noto colillas de cigarro en el piso.

Josh: (Mierda... olvide que los chicos problemáticos vienen aquí a fumar... será mejor que me retire de aquí.) –Comienzo a levantarme tomando mi cuaderno.-

Pero era demasiado tarde, un grupo de cuatro lobos grises con mal aspecto llegaron, el líder del grupillo se puso al frente y comenzó a exclamar.

Líder lobo: ¡Vaya, vaya! Tenemos a un osito perdido por aquí. –Me mira un poco desafiante.-

Josh: (¿Por qué ahora? No quiero confrontaciones ahora) Solo déjenme yo ya me iba. –Evito hacer contacto visual.-

Líder: El problema es que estas en nuestro territorio y eso no lo tolero. –Se acerca a mí y me arrebata mi cuaderno.- ¿Es tu diario de niña? Jajajaja.

Josh: ¡No te incumbe! –Lo empujo bastante molesto y recupero mi cuaderno.-

Líder lobo: -Me mira molesto.- No me gusta tu actitud niño, tendré que enseñarte modales. –Empieza a tronarse los dedos y sin aviso alguno golpea mi estómago.-

Solo caigo hincado y comienzo a toser fuertemente, casi queriendo vomitar, vuelve a quitarme el cuaderno y lo pasa a sus compañeros y comienzan a quemarlo con un encendedor, veía como se reducía a cenizas el cuaderno, entonces con algo de furia golpee el rostro del lobo líder tirándolo al suelo, al ver a su líder caer los demás empiezan a avanzar hacia mí pero el líder les hace una señal de que no continuaran y dejan de avanzar.

Líder lobo: Puedo yo solo con él, no es necesario que se entrometan. –Voltea hacia mi.- No está mal chico. –Se limpia un poco de sangre de su boca y vuelve a golpearme en el estómago.-

Vuelvo a caer hincado, casi totalmente con el rostro en el piso, veo que empieza a sacar una navaja y se comienza a acercar a mí.

Líder lobo: No me gusta que tipos como tú me anden golpeando... pero no lo haces mal... para ser un cerebrito, ahora quiero retribución, ¿qué les parece si le corto su fea cara? –Dice esto para animar a sus compañeros.-

Cerraba los ojos, estaba temblando, tenía miedo, solo oía como sus compañeros del lobo decían repetidamente córtalo, sentía de vez en cuando el acero frio de la navaja pasar por mi rostro, de pronto hubo silencio, empiezan a salir lágrimas de mis ojos, empiezo a oír risas, empiezo a recordar cosas, la primera vez que conocí a Marcos, cuando murió mi madre, cuando mi hermana y yo discutimos y nos confrontamos físicamente y ella casi me da con un cuchillo, entonces ahí abro los ojos y comienzo a rugir furiosamente y antes de que pueda reaccionar agarro al líder lobo y lo arrojo a los basureros, sus compañeros tratan de detenerme pero sigo rugiendo ferozmente y los voy tirando al suelo, agarro la navaja ferozmente y me acerco al líder amenazándolo poniendo la navaja en su cuello bufando furiosamente.

Josh: ¡Ni tú, ni ella, nadie me harán desaparecer, seguiré aquí les guste o no! –Le grito furiosamente al líder lobo.-

Líder lobo: ¡Vamos cerebrito, te reto! ¡Córtame! ¡No tienes los suficientes pantalones para hacerlo, cobarde! –Comienza a reír frenéticamente.-

Solo oía a sus compañeros que querían animarme diciendo repetidas veces que lo cortara, él lo sabía, no me atrevería, empiezo a bajar la navaja y oigo como todos se ríen, de repente solté un gruñido y clavo la navaja en la pared cerca del rostro del lobo, este entrecierra los ojos un poco sin dejar de reírse, entre las risas oigo un grito familiar volteo y veo que era el profesor Chuck, ahí suelto al lobo y se detienen las risas.

Chuck: ¡¿Qué demonios estás pensando Josh?! –Me mira bastante furioso.-

Al ver su expresión no pude decir nada, yo había perdido el control, solo volteo a otro lado para evitar que me juzgue con su mirada, ya había sentido bastante humillación el día de hoy.

Chuck: No sé qué rayos paso aquí pero todos me acompañaran a la oficina del director en este instante. –Nos mira bastante molesto.-

Solo veía su expresión, era claro que me odiaba, aunque tratara de explicarlo era claro que no serviría, todo por ese estúpido beso, yo y mi estúpida mente queriendo auto complacerme pensando que sería correspondido por él, no quiero verlo, el solo verlo me hacía sentir humillado en muchas maneras, solo camino para ir a la dirección, los demás me siguen, el profesor Chuck ve un poco el panorama de la pelea y va detrás de nosotros.

Vida de OsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora