CAPÍTULO 13

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—¿Ustedes se conocen?— miré a Jan.

—Si— respondió la chica. —Él era mi…— Jan le tapó la boca rápidamente e impidió que la chica hablara.

—Eso es algo que me corresponde a mi contarle.

—¿Qué cosa?

—Te la diré en otro momento, así que espera, ¿Esta bien?— preguntó y yo asentí.

—¿Por qué hay tanta gente aquí?— preguntó mi hermano Elyan en cuanto entró a la habitación.

—Tu debes ser el Alfa de la manada— habló el chico —Debo agradecerles por ayudarnos a mi y a mi hermana.

—No fue una ayuda— habló Elyan —Los tuyos mataron y se llevaron a los míos. La ayuda la recibiste de mi hermano Robin y debo decirte que no son bienvenidos en este lugar.

Elyan había cedido a su lobo. Su aroma decía que en el momento que ellos atacaran no importaría y los acabaría.

—Tranquilo cachorrillo, no vamos a lastimarlos— volvió a hablar el chico, que ahora tenía abrazado al hermano de Jan. —Tienen nuestra gratitud y pueden pedirnos lo que quieran.

—Váyanse de una vez de nuestras tierras— Elyan aún no terminaba de confiar en ellos y por ende aún tenía disperso su aroma por toda la habitación —Lo dije desde un inicio, no son bienvenidos aquí.

—Ustedes ¿podrían ayudarnos a recuperar a mi madre y a los demás que se llevaron?
—No, Robin— Elyan se acercó a mi y me tomó del brazo —¿Qué no entiendes que no podemos confiar en ellos?

—¿Quiénes se los llevaron?— preguntó la chica.

—Los tuyos— respondió Elyan —Nosotros jamás habíamos hecho algo para merecer el castigo que nos dieron. Los tuyos son unos malditos asesinos.

—No entiendo, ¿A qué se refiere?— preguntó mirando a Jan.

—Louis y su clan los atacaron, ellos creen que todos ustedes forman parte de la misma mazmorra.

—Infeliz, aún sigue con sus malditos juegos. No solo se atrevió a atacarnos sino que ataca a inocentes, esto sí que no se los voy a perdonar.

—Explícame ¿Qué sucede?— pregunté al no entender nada de lo que decían.
—El clan de Louis se ha dedicado muchos años a atacar manadas como la suya— respondió el chico.

—Respondiendo a la petición del chico— habló la chica —Hablaremos con nuestro padre y le haremos saber la situación, si tenemos suerte esta luna roja tendrán de vuelta a los suyos.

—¿En serio?— me alegré. La mala acción que había hecho se había vuelto en una buena. Si no los hubiera salvado tal vez jamás habría tenido la oportunidad de recuperar a mi madre.

—Me niego— habló Elyan —Ya no quiero tener nada que ver con foráneos, suficiente tengo con el trato que firmé, no pienso involucrarme con nadie más que no pertenezca a la manada.

—Te entiendo, necesitas proteger a tu manada, pero ten la confianza que nosotros no los lastimaremos.

—Quiero que se vallan y se olviden de lo que Robin dijo— Elyan se giró y salió de la habitación sin más.

Yo salí detrás de él y lo confronté —¿Qué no lo ves?— lo detuve en el pasillo —Ellos son los únicos que pueden ayudarnos y tú te niegas.

—¿Solo me hablas para esto?— siguió caminando —Tienes que saber que las decisiones que tomo son para el bien de la manada.

—Pero ellos me ayudarán a recuperar a nuestra madre. ¿Qué eso no te importa?
—Es tu madre, no la mía— dicho eso se perdió entre el pasillo.

Yo me quedé en mi lugar, reteniendo el llanto. No iba a llorar, no hacia falta hacerlo.


(…)


—¿Podemos hablar?— preguntó Jan en cuanto llegó a donde me encontraba.

—¿Sobre que?— lo miré y dejé de hacer lo que hacía.

—Mi secreto— me miró —Se que debí decírtelo hace mucho tiempo, pero…— lo interrumpí.

—No te preocupes, si aún no estás listo no voy a presionarte, puedo esperar.
—Si, lo estoy— se acercó a mi y me tomó de la mano para llevarme a otro lado —Tengo que hacerlo, los amigos no se guardan secretos.

Salimos de la casa y caminamos en dirección al bosque. Cuando estuvimos un poco lejos me detuve y lo miré —Ahora dime, ¿Qué sucede?

—No soy un humano— respondió a mi pregunta —Soy un cambia formas.

—Entonces ¿Eres como ellos?

—Algo así. Soy diferente a ellos, mi madre era una loba y mi padre es Louis, el hombre que se llevó a tu madre.
—¿Eres un híbrido?

—Así es— Se sentó en el suelo —Me hubiera gustado haber salvado a tu manada, pero no pude hacerlo. Louis siempre ha hecho lo que quiso después de haber creado su propia mazmorra. Cuando arrebató a mi madre de su manada creyó que era imposible que dos razas diferentes pudieran procrear, pero milagrosamente fue posible y nací primero yo y luego mi hermano.

Su cabello comenzó a crecer y a teñirse de cobrizo y su cuerpo se amoldó al de una chica —¿Qué?— me rebajé a su altura —¿Cómo lo hiciste?

—Es el resultado de mezclar a dos razas— volteó a verme, su voz también había cambiado al de una chica y sus ojos ahora eran color carmesí —es lo que mi hermano y yo sabemos hacer mejor, huir de Louis, cambiando nuestra forma.

Las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos así que rápidamente corrí a abrazarlo —Ya, descuida. Todo va a solucionarse.

No sabía que hacer para ayudarlo. Aún no entendía por completo su situación y no quería preguntar más, ya que él no se ponía bien con esto.

Él correspondió mi abrazo y se hundió en mi pecho —Ya no quiero huir de Louis. Quiero enfrentarlo, pero tengo miedo a que vuelva a encerrarme en la mazmorra.
—No pienses en eso ahora— dije —Trata de sobrellevarlo.

—Ya no puedo hacerlo— susurró.

El sueño lo venció y se quedó dormido en mis brazos, era un poco pesado para que yo lo llevara de regreso a la casa, así que esperé hasta que despertara.

—¿Qué hacen aquí?— preguntó Elyan acercándose a donde nos encontrábamos.

—Él se quedó dormido y no puedo llevarlo de regreso.

—No creo que esa chica sea un chico— me miró extrañamente.

—Es Jan— lo miré molesto.

—Apártate— dijo caminando hasta donde él se encontraba, se agachó a su altura y luego lo levantó como si fuese una pluma —Regresemos a casa, es peligroso estar aquí.

Durante el transcurso del camino no sostuve palabra con él, aunque él trataba de entablar conversación yo simplemente lo ignoraba. Aún estaba molesto por lo que dijo por la mañana.

Alfa y Omega   [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora