—Uf, me duele mucho la cabeza. —se queja Jisoo mientras nos sentamos en una mesa del comedor a desayunar.
Es el día después de la fiesta y tiene lo que supongo que es una enorme resaca y no puedo evitar reírme discretamente de ella. Al fin y al cabo, la culpa es suya. ¿Por qué compadecerse de ella cuando fue ella quien tomó la decisión?
Mientras ella se queja de su cabeza y mira fijamente el café que tiene delante, Lily y yo nos dedicamos a desayunar.
—Es tu culpa. —dice Lily con la boca llena de pancakes —Y por eso bebes café en su lugar.
—¿Cómo pueden pensar en comida ahora mismo? El mero hecho de pensar en ella me da ganas de vomitar. —gime Jisoo y arruga la nariz.
—¡¿Y de quién es la culpa?! —sonrío con una ceja levantada.
Ella me saca la lengua como respuesta y durante el resto del desayuno hasta que nos vamos, sigue mirando su café negro mientras Lily y yo seguimos llenando nuestras bocas de comida hasta que parece que vamos a explotar. No es hasta entonces cuando salimos del comedor y nos despedimos por las diferentes clases que tenemos en nuestro horario.
Con gusto esperaría unos días más hasta que empiecen las clases pero, lamentablemente, no soy yo quien decide. El único poder que tengo es la elección de asistir o no a las clases, pero la respuesta en mi caso ya está dada. Por supuesto que asistiré. ¿Por qué iba a malgastar mi dinero en asistir a una universidad en otro país solo para saltarme el punto principal de la misma?
Echo un vistazo al mapa que he traído conmigo, nunca se sabe dónde puedes acabar, y tras asegurarme de que voy en la dirección correcta, lo vuelvo a guardar en mi bolso.
Diez minutos antes de que comience la clase por fin encuentro el aula adecuada. Algunos asientos aquí y allá ya están ocupados, pero todavía tengo una gran cantidad de lugares para elegir y termino tomando una silla libre bastante atrás en el aula. Cinco minutos antes de que comience la clase, la silla de al lado rechina porque alguien la retira y yo giro la cabeza en dirección a ella.
Una chica con gafas, de pelo corto y castaño, me mira con una tímida sonrisa en la cara.
—¿Está ocupado este asiento?
Le devuelvo la sonrisa y asiento con la cabeza hacia el asiento.
—Ahora sí.
Ella suelta una risita nerviosa y se sienta y, a juzgar por todo su aspecto, está muy nerviosa en este momento.
—¿Nerviosa? —le pregunto amablemente y ella se ríe.
—¿Es tan evidente?
—No te preocupes. No eres la única. —le aseguro y miro el reloj que está en la pared, dándome cuenta de que faltan tres minutos para que empiece la clase y el profesor aún no ha aparecido.
—Es que no conozco a nadie aquí, ¿sabes? —dice la chica que está a mi lado y yo asiento.
—Sé exactamente cómo te sientes. Yo no conocía a nadie cuando llegué aquí hace dos días y, sinceramente, me sorprende lo rápido que he hecho amigos.
—Yo también espero hacer amigos. Es que soy muy tímida...
Le muestro una cálida sonrisa.
—No puedes ser tan tímida. Estoy hablando contigo ahora mismo, ¿no? Ya has hecho una amiga y lo único que tenías que hacer era preguntar si el asiento estaba ocupado.
Antes de que ella tenga tiempo de responder, el profesor aparece y hace callar a todos los presentes. Se acerca a grandes zancadas a la parte delantera del aula y hay algo en su aspecto que intimida. No sé si es la forma en que sus arrugas le hacen parecer amargado o si son sus cejas pobladas o su postura, pero lo que sí sé, con una simple mirada, es que hay algo en él que da miedo.
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WICKED GAME (ROSÉ)
Mystery / ThrillerTodo comenzó con un aparentemente inocente juego de Verdad o Reto en una fiesta de la fraternidad. Pero pronto se convirtió en un aterrador juego de vida o muerte...justo cuando alguien puso sus ojos en ella. •ADAPTACIÓN• Todos los créditos al autor...