Capítulo 10 - La Llamada

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—Entonces, si Mike no es tu admirador secreto. Eso es bueno, ¿no? —pregunta Jisoo mirándome intensamente, con los labios ligeramente curvados hacia arriba en un intento de aliviar mi preocupación.

—Supongo que sí... —suspiro mientras miro el mensaje que recibí hace veinte minutos justo cuando Mike me dejó después de acompañarme a casa desde nuestro entrenamiento de baloncesto.

De: Desconocido

¿Pasa algo entre tú y Mike?  20:13

Tanto Jisoo como yo tomamos el mensaje como una señal de que mi admirador secreto, o más bien acosador a estas alturas, no es Mike. Claro, podría fingir. Tal vez sea Mike quien se pregunte lo que siento por él, pero no lo creo. Mike tampoco tiene motivos para acosarme en absoluto. Es decir, hablo y salgo con él regularmente, así que ¿por qué molestarse en enviarme mensajes anónimos?

—¿Querías que fuera él? —habla Jisoo después de unos segundos y rápidamente vuelvo a la realidad y parpadeo un par de veces.

—¿Qué? No. O sí...tal vez. No lo sé. —me paso una mano por el cabello despeinado con frustración —Por supuesto que no quiero que sea él, pero, en cierto modo, esperaba que lo fuera, solo para ponerle fin, ¿sabes?

Jisoo me sonríe con tristeza y me rodea los hombros con sus brazos. 

—Lo entiendo.

Apoyo mi cabeza contra ella y me relajo durante unos segundos antes de que mi celular zumbe de nuevo en mi regazo.

—¿Es él? —cuestiona Jisoo mientras leo mi nuevo mensaje y suspiro.

—Sí, es él. —vuelvo a bloquear mi pantalla —Quería que contestara. —ya no me importa usar los pronombres personales correctos, lo único que me importa es averiguar quién demonios es.

—Y a juzgar por lo que acabas de hacer, supongo que no lo harás. —ella afirma y yo asiento con la cabeza.

—Todavía tengo la esperanza de que me deje en paz si le ignoro lo suficiente.

Antes de que me dé tiempo a recibir otro mensaje, me zafo del abrazo de Jisoo y tomo todas las cosas que voy a necesitar para ducharme.

Estoy casi junto a la puerta cuando me doy cuenta de algo y me giro.

—Oye ¿no crees que tal vez deberías ir a tu habitación? —sonrío, dándome cuenta de que mi amiga sigue aquí. 

Lily ha vuelto a salir con unos amigos y no sé cuándo volverá, pero no creo que Jisoo quiera esperarla cuando vive a pocos metros. Sin embargo, casi parece que ella vive aquí.

—Ugh. —se queja mientras se deja caer de nuevo en mi cama —¿A caso me estás corriendo?

Pongo los ojos en blanco y sacudo la cabeza. 

—Olvídalo. Quédate, pero no te acabes mis caramelos ¿ vale?

Una sonrisa se posa en su rostro al escucharme. 

—¡Gracias!

Burlándome, me doy la vuelta de nuevo y salgo por la puerta hacia el baño comunitario.

Tengo que admitir que todavía no me he adaptado a compartir un baño con tanta gente, pero sigo esperando que me acostumbre pronto. Por suerte para mí, no hay nadie más en las duchas y me meto rápidamente a bañarme antes de que entre alguien.

No es hasta que me envuelvo con la toalla que me doy cuenta de que he olvidado tomar algo de ropa interior limpia.

—Que estúpida... —murmuro, maldiciéndome y miro fijamente la ropa que pensaba ponerme antes de tomarla junto con el resto de las cosas que he traído. 

Salgo del baño solo con la toalla, pensando que en este piso solo hay chicas. 

¿A quién le importa que un chico me vea en toalla? No es nada del otro mundo.

Me apresuro por el pasillo hacia mi puerta y como Jisoo sigue dentro, no tengo que abrirla ni nada.

Se ríe de mí cuando atravieso la puerta y la fulmino con la mirada antes de buscar algo de ropa interior y cambiarme.

—Tu celular ha estado zumbando todo el tiempo que has estado fuera. —me informa mientras le digo que puede volver a darse la vuelta.

Tomo mi liga para el pelo de la muñeca y me recojo el cabello húmedo en una coleta  —¿También ha llamado él?

—Sí, dos veces.

—¿Contestaste?

Me hace una mueca de desagrado.

—No.

—Me pregunto qué querrá ahora. —pienso en voz alta mientras tomo el celular. 

Todos los mensajes son iguales. Quiere que responda a su pregunta. Así que sigo ignorándolo.

Al final Jisoo se va porque es hora de dormir y Lily entra poco después. Pero no hablamos mucho porque las dos estamos muy cansadas y en cuanto me tumbo en la cama y cierro los ojos me quedo profundamente dormida...


[...]

La oscuridad es total cuando me despierto de nuevo y tardo unos segundos en concentrarme en algo, pero cuando lo hago, me doy cuenta de que mi celular está sonando. Demasiado cansada para pensar, extiendo la mano y contesto sin revisar quién es.

—¿Hola? —pregunto con sueño y bostezo.

Por fin contestas.

Frunzo el ceño al escuchar la profunda voz al otro lado de la línea antes de que mi cerebro se despierte por completo.

—¿Quién es? —me siento rápidamente, con mi corazón latiendo a mil.

Estoy hablando con mi acosador. A juzgar por la voz, que sin embargo estoy segura de que está disfrazada, parece un hombre.

¿Por qué me ignoras, Roseanne? —la forma en que dice mi nombre hace que me estremezca involuntariamente y miro alrededor de la habitación y distingo la silueta del cuerpo dormido de Lily.

—Y-yo...no... —tartamudeo, tratando de encontrar las palabras adecuadas para decirlo —¿Por qué sigues contactando conmigo?

Porque me gustas, Roseanne. Hay algo en ti que me fascina.

—Déjame en paz. —le imploro —Por favor...

No se puede, cariño. Pero déjame decirte que no me gusta que me ignores todo el tiempo.

A pesar del calor de la habitación, empiezo a temblar. 

—¿Qué quieres de mí?

Todo.

Jadeo ante sus palabras, mis manos comienzan a temblar al mismo ritmo que el resto de mi cuerpo. 

—Si no dejas de molestarme, voy a llamar a la policía.

Se ríe sombríamente ante mis palabras.

Yo en tu lugar no haría eso.

—¿Y por qué no? —su arrogancia hace que una chispa de ira burbujee dentro de mí junto con el miedo.

Porque no quieres que tus amigos salgan perjudicados, ¿verdad?

Agarro el celular con más fuerza para detener el temblor de mis manos. 

—No creo que hables en serio. Ya déjame en paz.

¿De verdad quieres ponerme a prueba?

—No. —suelto, odiando el hecho de que sepa exactamente dónde me tiene.

Bien. Entonces te sugiero que dejes de ignorarme. Todavía tienes que afrontar las consecuencias de tus errores anteriores.

Un sentimiento de pánico recorre mi cuerpo ante sus palabras. 

—¿Qué? ¿Qué quieres decir...? 

No me da tiempo a terminar la frase antes de que me cuelgue, dejándome mirando el celular con mil pensamientos y preguntas rondando por mi cabeza...

WICKED GAME (ROSÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora