Me quedé en silencio por algunos segundos, buscando las palabras adecuadas para poder responderle.
- Stuart yo aún no... -Dejé de hablar ya que él puso su dedo índice sobre mis labios.
- No digas nada por favor, solo... solo dame una oportunidad para demostrarte lo mucho que te quiero -Susurró muy cerca de mi rostro. Fue acercándose cada vez más hacia mí, pero esta vez logre esquivarlo antes de que algo sucediese.
- Lo siento, tengo cosas que hacer -Le dije sin mirarlo y empecé a caminar. Escuche que pronunció mi nombre varias veces pero no hice caso, seguí mi camino sin voltear a verlo. Llegué a la casa de Roseta bastante agotada, toque la puerta y después de esperar por un rato me abrió Diana.
- ¿Lograron hablar con ella? -Le pregunte de inmediato.
- Sí, nos explicó cómo ocurrieron las cosas -Me dijo.
- ¿Ya sabes quién es el padre? -Quise saber ansiosa.
- Ehh... -Se quedó en silencio por varios instantes -No, no quiso decirnos.
- Entiendo... a mí tampoco me dijo nada.
- Sí, ella se encuentra muy mal, no creo que le sea grato recordar a ese tipo.
- Tienes razón, bueno, me gustaría verla.
- ¡No! -Grito de inmediato -Roseta... ella me dijo que quería descansar, se puso un poco mal por su embarazo -Pude notar cierto temblor en su voz.
- Con más razón quiero verla -Insistí.
- No creo que sea conveniente Kate.
- ¿Por qué no? -Pregunte realmente confundida por la extraña actitud de Diana.
- Porque... porque, Roseta está durmiendo -Dijo no muy segura de sus palabras.
- ¿Durmiendo? -Cuestioné incrédula.
- Sí... ella está durmiendo -Reafirmo
- Bien, entonces camine tanto por nada -Me queje fastidiada.
- Lo siento, deberías ir a tu casa a descansar -Me dijo con ese mismo tonito nervioso con el que me hablaba desde que la vi.
- Sí, eso haré ¿No vienes? -Le pregunte.
- No, tengo que ir a comprar algunas cosas todavía.
- Bueno, te veo mañana en la escuela, adiós.
- Adiós -Se despidió y cerró la puerta de golpe, parecía que tenía prisa porque me fuera de inmediato, ¿Qué se traen estás chicas? Pensaba mientras me dirigía a mi casa. Luego de casi una hora de caminata por fin pude visualizar mi hogar a tan solo unos cuantos metros, lo que me pareció raro es que frente a ella había un auto estacionado, no podía equivocarme, ese auto era de John. Apresure aún más mi paso, imaginé que estaría con mi hermana dentro de la casa, que tal vez Akemi había salido más temprano y es por eso que John fue a recogerla. Nuevamente me equivoqué. John estaba sentado frente a la puerta y al verme se puso de pie inmediatamente.
- Supongo que ahora no te negarás a dar un paseo conmigo -Me dijo con una sonrisa pícara. Quedé mirándolo sorprendida y a la vez algo emocionada, está más que claro que me moría por salir con él, y no tendría nada de malo si tan solo lo viera como lo que era, el novio de mi hermana. Pero lamentablemente no era así, es por eso que no podía aceptar por ninguna circunstancia salir con él.
- Claro, porque no -Acepte sonriendo como boba. Torpe, torpe, torpe, me dije golpeándome la cabeza imaginariamente. Simplemente no pude negarme, era como si él me controlara con simplemente mirarme a los ojos. Me odiaba por ser tan débil.
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Aquel día de otoño (The Beatles)
Romance“Tal parece que mi amor por ti crece y crece, pero tú, mi fruto prohibido, desvaneces y me ofreces tu amistad sin otra excepción”