¡Voy a ser papá!

3 4 0
                                    

Eun Na no sabía de dónde sacó las fuerzas para volver a entrar a su cabaña y acostarse a dormir.

Algunos días después la despertaron pequeños golpecitos en la puerta de su cabaña. Se levantó y miró el reloj que tenía en la mesa al lado de su cama.

Aún no era hora de despertar, y definitivamente nadie debía de estar despierto a estas horas.

Bajó y abrió la puerta. Allí se encontró con algunos cachorros.

— ¿Ocurre algo cachorros? –Se agachó para quedar a la altura de los menores.

— No pasa nada unnie.

— ¿Entonces que hacen todos ustedes despiertos a esta hora y en mi cabaña cuando tienen que estar con sus padres?

— Es que tú olor nos gusta mucho, y tenemos miedo.

— ¿Miedo? ¿De qué pequeños? La manada es segura y todos los cuidan mucho.

— Xiao Ling nos contó un cuento y ahora no podemos dormir, y queríamos saber si nos dejabas quedarnos aquí contigo.

— Claro que si cachorros, pueden pasar.

La chica se quitó de enmedio y los cachorros todos corrieron escaleras arriba hacia su habitación.

Ella cerró la puerta y subió detrás de ellos. Cuando llegó los vió a todos acostados en su cama y olfateando su colcha.

— Pueden quedarse el tiempo que quieran. ¿Sus padres saben de esto?

— Si. Nuestros padres saben que estamos aquí contigo.

— Muy bien, entonces, yo me voy a duchar y mientras ustedes pueden dormir.

— ¿Nos cuentas un cuento?

— ¿Un cuento?

— Si, un cuento, para poder dormir.

— Yo no me sé ningún cuento –Susurró para ella misma.

— ¿Cuál nos vas a contar unnie?

— Am, ¿Les parece si mejor les canto?

— No, queremos un cuento.

La chica se estaba desesperando, a ella le gustaban los cachorros, los quería y cuidaba.

Pero nunca los había entendido, llevaban mucha atención y ahora mismo odiaba el echo de que no le gustaba leer.

No tenía libros, ni mucho menos se sabía un cuento para dormir a los cachorros.

— Ok, entonces hagamos esto. Ustedes se acomodan bien en mi cama, me hacen espacio, y yo voy a ir a por un libro en la casa de al lado ¿Si?

— Está bien unnie.

La chica en cuanto le permitieron salir se echó a correr hacia la cabaña de NamJoon.

Al llegar tocó desesperadamente la puerta y le abrió un muy asustado y preocupado NamJoon.

— ¿Que pasa?

— Necesito un libro de cuentos de hadas.

— ¿Un libro? ¿Acaso decidiste empezar a leer? Pensé que no te gustaba, y no te juzgo, pero vaya elección para empezar.

— Y no me gusta leer pero mi casa fue invadida por cachorros que no pueden dormir y quieren un cuento, ¡Pero yo no me sé ningún cuento!

— De acuerdo, te prestaré uno –Se río.

El Alfa entró a su casa y buscó un libro, salió y se lo entregó, la chica le agradeció y salió disparada a su cabaña nuevamente.

Subió las escaleras de dos en dos y al llegar se encontró con unos cachorros esperándola.

|| Mestiza ||→jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora