Piedras preciosas

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Al abrir los ojos se metió al baño, desayunó y fue a la tumba de sus padres. El día de ayer no había ido por el tema de los cachorros y la noticia de la paternidad de su amigo.

Al llegar se sentó como siempre entre las dos lápidas con la espalda apoyada en el árbol.

— Buenos días. Ayer mi casa fue invadida por pequeños cachorros asustados por un cuento de Xiao Ling, y tuve que correr a esas horas de la mañana a casa de Nam para conseguir un libro, ¡Un libro! Y ni siquiera llegaron a escuchar el final del cuento. También en la manada va a haber un nuevo cachorro, SeokJin está en cinta.

Mientras hablaba miraba hacia el cielo, veía las nubes formar animales y figuritas. La suave brisa de la mañana le acariciaba el rostro, y le movía el cabello sutilmente.

Quién la viera desde cerca diría que era digna de admirar durante horas. Pues Eun Na era una chica Alfa muy hermosa y con un aroma muy delicioso.

Era alta, pálida, con los ojos color celeste, pero tan claros que parecían grises. Su cabello tan largo y suave color negro, sus labios abultados y rojos. Era simplemente perfecta.

Seguía hablando sin parar cuando sintió una rama ser pisada rompiéndose en el proceso y haciendo que sus sentidos se dispararan poniéndola en alerta.

— Yo le había dicho que–... –Se levantó de golpe al escuchar el ruido de la rama pisada.

Miró a todos lados, agudizó su oído y su olfato, pero nada, solo logró captar un agradable aroma a vainilla.

— ¿Quién anda ahí? Sal de tu escondite, no te haré daño si es a lo que temes, capaz y soy más indefensa que tú.

Detrás de un árbol un chico muy hermoso asomó su cabeza. Ella lo conocía, lo había visto en la manada de zorros del sureste cuando le había dejado las tareas a todos los de la manada.

— No tengas miedo, ven.

El chico dudoso y temeroso subió por las escaleras de piedra la pequeña montaña donde se encontraba la chica y al llegar a la cima a unos pasos de ella se arrodilló en forma de saludo.

— Levántate, no necesitas hacer eso.

— Pero eres la nueva Alfa de la manada, y debo mostrar mis respetos y suplicar por tu misericordia y piedad para que no me mates por haberte seguido.

— ¿Que mierda les hacía su Alfa? No, no necesitas hacer eso. Yo no quiero matarte por haberme seguido, al contrario, me preocupo. Yo soy Alfa, fácilmente me puedo defender si llega a ocurrir algo, pero tú eres un Omega, y aunque no eres débil, no estás entrenado y algo malo te puede ocurrir.

— ¿No me vas a matar?

— No, ¿Por qué querría hacer eso? Seguirme no lo veo como algo malo, si quieres venir conmigo solo pídelo. Puedes acompañarme a ir donde sea que vaya.

— ¡Lo siento mucho, de verdad no quería seguirte, pero iba saliendo de las minas cuando te ví caminar sola por el bosque!

— ¿Minas? Había escuchado hablar de las minas de rocas extrañas de la manada de zorros del sureste, pero no pensé que fuera real. ¿Te importaría mostrarme las minas?

— Claro que no, ahora son suyas.

— ¿Que edad tienes? –Le sonríe.

— 23 años.

— Puedes tutearme, eres mayor que yo.

— Oh, de acuerdo.

— ¿Cómo te llamas?

— Jimin. Park Jimin.

— Jimin, yo me llamo Eun Na, no tienes que llamarme o tratarme de usted, puedes llamarme por mi nombre. ¿Si? –El Omega asintió–. Ahora vamos a ver esas minas.

|| Mestiza ||→jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora