Hechizo

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FELDSPAR. – Así que los rumores son ciertos.
Tomó el volante en el que aparecía la fotografía del Príncipe junto a un mensaje que decía: "Tú eliges la recompensa al rescatar al Príncipe Tweek".
Sonrió ligeramente y se dirigió directamente al castillo.

Feldspar, un ladrón buscado por todo el reino, conocido por sus fechorías, ser prófugo de la ley (ya que no han podido atraparlo ni una sola vez), condenado a pena de muerte.
Después de mucho tiempo hace presencia en el reino gracias a un rumor, el poder elegir la recompensa al salvar al príncipe era algo tentador, sabía que el castillo tendría más dinero y joyas que todos los lugares en los cuales había robado antes, así que no podía dejar pasar esta oportunidad.

Desde hace dos meses el rumor de que el Príncipe fue atrapado por una deidad se difundió por todo el pueblo y los demás reinos.

Esta deidad pedía una sola cosa para que el príncipe recuperara su libertad, que su rival lo venciera en un duelo.

Todos saben que los humanos son ambiciosos y con la propuesta del rey de poder elegir la recompensa hacia que todos se volvieran locos sin importarles poner en riesgo su vida.

Desde grandes héroes, caballeros reales a simples campesinos querían participar. Muchos imaginaban lo diferente que serían sus vidas con la recompensa ya que nada era imposible, podían pedir tener un puesto importante dentro de la realeza, mucho dinero y joyas sin tener que volver a trabajar en sus vidas o desposar al príncipe y convertirse en un futuro gobernante.
Lastimosamente todos los que han participado hasta el momento han muerto.

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Al estar en las puertas del castillo, los guardias que custodiaban la entrada lo rodearon inmediatamente al reconocerlo, apuntándole con sus armas directamente a la cabeza.

GUARDIA1 – Feldspar, cuanto tiempo sin verte, por fin decidiste salir de tu alcantarilla.

FELDSPAR. – Exhaló el humo de su cigarrillo. – Quiero hablar con el rey, no me hagan perder el tiempo.

GUARDIA1. – ¡Ja! No te hagas el gracioso, sabes que tenemos la orden de asesinarte, cavaste tu propia tumba al venir aquí, di tus últimas palabras. – Cuando estaba a punto de jalar el gatillo la llegada del rey lo detiene.

REY. – ¡Ah! por fin llego otro héroe con gran valentía.

GUARDIA1. – S-su majestad, no creo que él sea adecuado para ingresar al castillo, conoce lo peligroso que es.

REY. – Haah, lo sé, aun así... Dime ¿Estás aquí para salvar a mi hijo?

FELDSPAR. – Sí.

REY. – Bien, entonces sígueme.

A los guardias no les quedó de otra que obedecer y ver como Feldspar se adentraban en el castillo.

GUARDIA2 – El rey Richard sí que es bondadoso. – Sentía como la ira le recorría por las venas. – Cuando por fin podemos deshacernos del peor criminal de la historia, el Rey simplemente lo deja pasar.

GUARDIA1 – Bueno, sabemos que todos los que han entrado a la habitación del príncipe están muertos, deja de hacer esa cara, morirá de todos modos.

El hechizo del Príncipe TweekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora