Epílogo

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Esto no era para nada mi idea de vida normal.

Quizás tuvimos un poco de normalidad mientras Eddie y la banda volvían a encontrarse y tocar juntos. Birmingham los trataba mejor que Hawkins y luego de tocar en varios bares y lugares, habían ganado lo suficiente como para grabar lo que sería su debut.

El sospechoso de asesinato pasó a ser una estrella de rock y cuando los medios hablaban de la banda que comenzaba a ganar atención, ese era el tema central. Como era normal en la época, algunos realmente pensaban que un pacto de Eddie con el diablo le había hecho lograr todo esto pero muchos otros simplemente adoraban a la banda.

Yo me encontraba al fondo de un bar muy famoso en Londres mientras observaba a otra banda subir al escenario donde momentos atrás Corroded Coffin estaba siendo aclamada por el público. Tenía una sonrisa de orgullo en mi rostro hasta que alguien puso un vasito con vermut frente a mí.

—¿Te gusta esa banda? Parece ser muy famosa últimamente

La persona frente a mí era un hombre, posiblemente unos pocos años mayor que yo y se sentó sin preguntar con su propia bebida en la mano.

—¿Cómo te llamas, preciosa?

—Carrie. —Contesté sin interés alguno, buscando a los chicos con la mirada.

—Como la de la película —Sonrió

—Sí —Suspiré con molestia.

—Pues, Carrie, realmente pareces sacada de una revista —El hombre empujó la bebida hacia mí— Vamos linda, bebe un poco

—Ahora no, gracias.

—Ah, ya veo, si no quieres estar aquí podemos irnos. —Dió un largo sorbo de su bebida— Mi hotel no queda muy lejos.

Sentí que el tipo intentaba ver a través mi vestido, lo cual me ponía en una situación tan incómoda que casi no sabía qué hacer.

—Estoy esperando a alguien. —Cerré la cremallera de mi chaqueta, haciendo que me mirara a los ojos.

—¿Es una amiga? Porque también puede venir —El hombre se mordió el labio inferior

—No es de tu incumbencia —Rodé los ojos.

—Bueno, si yo fuera ese alguien jamás dejaría esperando a una belleza como tú.

—Yo tampoco. —Eddie apareció de la nada y se tomó la bebida que el desconocido me había traído— ¿Qué mierda? ¿Vermut? Mi chica prefiere la cerveza.

Se sentó al lado de mí pasando su brazo sobre mis hombros, pude oler cigarrillos y su embriagante perfume que me volvía completamente loca.

—Claro... —El hombre me miró casi burlón— Cuando lo encuentres con una grupie de 17 años, buscame, estoy aquí todos los viernes y créeme que puedo ser mejor que tu novio

—Te aseguro que no estoy interesada —Contesté— Por favor, vete.

—Ya la oíste —Le dijo Eddie con una sonrisa socarrona y le hizo una señal con la cabeza para que se fuera.

Observé al tipo irse completamente furioso.

—¿Quieres tomar algo? ¿Dónde están los demás? —Pregunté, intentando ignorar lo anterior

—No, en realidad quiero ir a nuestra habitación —Contestó— Ellos iban a quedarse, quieren hacer algo de fiesta.

—Entonces hay que irnos.

Después de muchas complicaciones de gente que detenía a Eddie al pasar, salimos del bar no sin antes despedirnos del resto de la banda; los chicos también estaban ganando atención, especialmente Gareth porque las chicas lo consideraban un encanto y estaba soltero, no como Eddie que era el favorito pero siempre las rechazaba con un "Lo siento, soy su novio" y me abrazaba o tomaba de la mano para demostrarlo.

—Lamento tardarme, no pensé que irían a molestarte, ese vermut tenía droga. —Me dijo mientras manejaba.

Abrí los ojos por completo, no me sorprendía que esa cosa tuviera algo raro, pero Munson se lo había tomado.

—¿Estás... Bien? ¿No prefieres que maneje yo?

—Por supuesto que estoy bien, amor —El chico rió con malicia, dejando implícito su nivel resistencia a las drogas.

—Obviamente —Negué con la cabeza— No deberías estar orgulloso.

—No lo estoy —Alzó los hombros— Planeo dejarlas.

—Sí que deberías dejarlas —Bufé

Por suerte, desde Hawkins, Eddie había reducido su consumo a marihuana y una que otra droga ocasional.

—Planeo dejarlas hasta que conozca a Ozzy Osbourne —Bromeó— Ya en serio, hubiera ido directo contigo para que no tuvieras que soportar a ese pendejo, pero al parecer una disquera quiere trabajar con nosotros ¿Puedes creerlo?

—¿¡Qué!? ¡Eddie, estoy muy feliz por ustedes! —Evité abrazarlo, pues no quería provocar un accidente— ¿Van a aceptar?

—Mañana iremos a hablar, aunque posiblemente sí —Tenía una gran sonrisa y sus ojos brillaban de alegría— ¡Siempre he soñado con esto! ¡Espera a que le cuente a Dustin, se va a cagar encima!

—¿Por qué no te quedaste a festejar con los chicos?

—Porque quería festejar contigo, de hecho, tengo algo para ti.

—¿Para mi? ¿Por qué? —Pregunté jugando con el collar que años atrás me había dado.

—Porque sí —Alzó los hombros y no dijo nada más hasta que llegamos a nuestro hotel.

—¿Ya vas a decirme qué es? —Pregunté cerrando la puerta detrás de mi.

Eddie me miró con una sonrisa y asintió para después sacar algo de su bolsillo

—Hemos ganado bastante dinero y te prometí que algún día iba a comprarte un anillo a tu medida, además, dijimos que cuando regresaras de Hawkins íbamos a casarnos —Me dejó ver una pequeña caja que contenía un precioso anillo de plata— Por supuesto, solo si tú quieres.

—¡Sí, sí quiero! —Salté a sus brazos llorando de lo emocionada, repartiendo besos por toda su cara.

Munson limpió mis lágrimas antes de poner el anillo en mi dedo y dejó un corto beso en mis labios.

—¡Tenemos que planear la boda! ¡Hay que invitar a tu tío y a mi mamá para anunciarles nuestro compromiso! ¡También podríamos invitar a nuestros amigos o ir a visitarlos! —Exclamé caminando de un lado para otro— ¿Es muy temprano allá para llamarles?

—¡Carrie! —Eddie me tomó por los hombros— Hay que preocupamos por eso después, ¿Okay?

—Sí, sí, tienes razón, debemos descansar, mañana será un día muy importante para la banda y-

—De eso nada —Me interrumpió para dejar un beso desesperado en mis labios, rápidamente entendí la situación.

Caminamos torpemente a través de la habitación, sus besos bajaron de mis labios hasta mi cuello, él sabía perfectamente que no me gustaban las marcas y desde lo que pasó con el demobat se acostumbró a tratar con mucho cuidado esa zona.
Por otra parte, su mano bajó el cierre de mi chaqueta, la misma que me dió años atrás.

—Ese idiota realmente te hizo sentir incómoda ¿No? —Murmuró con molestia— Me dijiste que te gustaba como se te veía el vestido

—Ya no importa —Volví a atrapar sus labios con los míos.

—A mí me encanta el escote de ese vestido —Susurró en mi oreja tras separarse un poco de mi— Pero tu sabes bien como te prefiero.

—No vamos a dormir, ¿verdad?

Eddie esbozó una sonrisa antes de empujarme suavemente a la cama.

Una cosa tenía por asegurada: Los problemas y desvelos que nos depararan en el futuro serían triviales comparado con monstruos, dimensiones alternas y superpoderes.
Si no dormíamos, sería por voluntad y no por un terror acechante.

Tal vez jamás estuvo en nuestro destino tener una vida normal, pero al final tuvimos la paz que por mucho tiempo anhelamos. En conclusión, por fin todo iba a estar bien.

Satanic Panic    «Eddie Munson»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora