˙50˙

524 51 1
                                    

Dafne Romanov

El miro mi cuerpo.

Solo tenía la parte de abajo colocada, pero tenía mis senos a toda su merced.

Él no lo dudo mucho cuando tomo uno con su mano y lo comenzó a chupar.

-Dios- gemí pasando mi mano por su cabello para pegarlo más a mí.

Mientras succionaba uno el otro lo masajeaba con su mano.

-Ulises- volví a gemir

El me tomo de mis caderas para llevarme a su habitación.

Todo tenía su olor.

Le saque su camisa para admirarlo, pero algo llamo mi atención.

Pase mi mano por su pecho derecho.

-¿Por qué?- sentí mis ojos arder

-Te dije que me tatuaría a la mujer de mi vida aquí-

Él tenía mis iniciales, pero no era solo eso era mi firma que siempre hago cuando termino un diseño.

-No llores mi amor- me levante un poco para abrazarlo

-Te amo con mi vida- solloce

El me separo para besarme una vez más.

Los dos nos quedamos desnudos en minutos y volverlo a ver en su anatomía era lo mejor.

-¿Te gusta lo que vez?- sin descaro tomo su miembro entre sus manos

-Me encanta- mordí mi labio inferior

Él se acomodó entre mis piernas y metió su miembro en mi interior.

Varios gemidos se me escaparon.

-Dios nena- él se quedó quieto por unos minutos

Estaba más que lista para las arremetidas que él me daría en minutos.

Lo hale hacia mí para que se acercara más a mí y besarlo.

El comenzó a salir y entrar de mi interior.

El me tomo de mis caderas para moverme a su antojo.

Me deje hacer todo lo que él quería.

Me giro con una facilidad para subir mis caderas para que fuera más cómodo para él.

Sus manos buscaron mis senos para masajearlos de nuevo.

El sonido del choque de nuestro cuerpo era magnifico para mí.

Una pequeña capa de sudor comenzaba a cubrir nuestros cuerpos.

Me vine muchas veces igual que él.

Lo hicimos en la cama en todas las posiciones que nuestro cuerpo nos dejó.

Luego fue de pie contra la pared en donde mis gemidos no pararon en ningún momento.

En la ducha también para no perder la tradición.

-Eres magnifica en todo- sentí su caricia en mi cabello

Los dos estábamos acostados en la cama.

Yo llevaba una de sus camisas mientras el solo tenía unos bóxer.

Sus manos traviesas bajaron rápidamente a mi parte intima para introducir un dedo.

-Estas tan dispuesta para mí que me encantas- me beso

-Ulises- gemí mientras abrí un poco más mis piernas para darle más acceso

Con mi mano busque su miembro, si él iba a jugar con fuego yo también.

Romanov | Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora