La verdad es que algo dentro de mi se conmovió, se rompió. Quería abrazarlo... ¿besarlo? No, era imposible, mi amor por él estaba dentro de esa caja a la que ahora él se aferraba. No dejó de abrazarla contra su pecho todo el camino. Una vez llegamos a la casa de nuestros padres le dije que me esperara. Poco rato después le entregué el libro.
— Aquí tienes. Haz con él lo que quieras, menos devolverme el amor, por favor, intentar no buscar la solución, si no recuerdo mal no hay nada de eso en el libro, pero por si acaso te pido ese favor.
Él asintió. No me preocupaba, estaba segura que no había nada en el libro.
— ¿Te vas?
— No, mi madre me ha invitado a cenar, así que probablemente incluso me quede a dormir.
Volvió a asentir, las lagrimas volvían a surgir de sus ojos. Nos despedimos.
En cuanto entre en casa y me puse a hablar con mis padres, todo salió de mi cabeza, incluso olvidé esas extraña sensación que sentí en el coche, que tontería, como pude querer abrazarlo, supongo que sería para reconfortarlo, al fin de al acabo, no había perdido la empatía, quizás estaba sintiendo algo de amor fraternal hacía él.
Después de cenar me fui a mi habitación, me puse a leer algunos viejos mangas que aun tenía por ahí, y para cuando me di cuenta ya era de madrugada y en el silencio pude escuchar los llantos de Oliver, ya había olvidado los finas que eran aquellas paredes. ¿De verdad sentía tanto dolor? Toda esa frustración y a la vez mis ganas de ir a reconfortarlo volvieron. Fuera lo que fuera esto, empatía o ese amor fraternal que estuviera naciendo dentro de mí, me estaba jugando una mala pasada. Me había ido muy todo este tiempo, por qué ahora de repente venía a mi estas olas de emociones absurdas. Debería hacer lo mismo que yo y sacar el amor romántico de él, o al menos lo que sentía por mí, así dejaría de sufrir de una vez.
Lo mejor sería que nos volviéramos a perder de vista, pero esta vez para siempre. Al pensar esto, las lágrimas volvieron a mis ojos.
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Corazón de Piedra
Short StoryUna historia de amor que rompió un corazón, el cual acabo convirtiendose en piedra. Errores pasados que te persiguen y que cuando llegas tarde, unas disculpas no bastan.