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Ryuguji Ken, hombre "viudo" y con 2 hijos, ambos de diferente madre.

El mayor Ryuguji Kenma de 16 años, un chico hermoso, demasiado para ser real. Una apariencia de ángel realmente increíble, pero si hay algo que se destaca de el es su independencia y talento natural para todo. Se podría decir que es el típico chico perfecto, lindo, talentoso, todo se le da bien, popular, inteligente y una fuerza física descomunal. Algo sin duda heredado de su madre. Este calló en coma cuando el tenía 4 años, el amaba a su madre sobre todas las cosas. Le daba todo el cariño del mundo, lo trataba bien, se preocupaba por el, en resumen, Manjiro daba todo, absolutamente todo por su hijo. Es una lástima que esté en coma por ese maldito accidente.

Desde que Manjiro esta en ese estado la vida de Kenma se volvió un infierno. No esperó conocer a su padre biológico justo el día del accidente de su madre en el hospital. Fue muy extraño, el no estuvo presente en el accidente ya que estaba con Haruchiyo, el mejor amigo de su madre, que lo estaba cuidando para que el doncel fuera comprar su regalo de cumpleaños. Haru se lleva muy bien con el. Se podría decir que es lo más cercano a un padre que tenía. ¿Porque tenía? Fácil. Ese mismo día nació Ryuguji Kazumi o mejor conocida como "La princesa de papá".

Ken había abandonado a Manjiro poco después de que su hijo naciera. Bueno, no exactamente abandonar, si no que por un viaje de negocios viajó a Francia y ahí conocio a Max. Un dondel español casualmente parecido, muy parecido a Manjiro. El doncel tuvo un flechazo en cuanto vio al chico. El era guitarrista de una banda que tocaba en el bar donde se conocieron. Ninguno sabe en que momento ambos acabaron viviendo juntos y siendo ¿amantes? No se sabe definir su relación. A fin de cuentas aún mantenía su relación con Manjiro, sabiendo que este esperaba al que sería su primer hijo.

Max y Ken se fueron a vivir a New York, justo donde vivía Mikey con Kenma. Pero ¿quien se iba a imaginar que Max estaba esperando un bebé? De echo, ni el lo sabía. Su vientre apenas creció, apenas se notaba, pero ni el ni Ken lo notaron. Algo que nadie se imaginaba era que esa noche, en el hospital donde llevó a Max cuando se desmayó, en la sala de espera se encontraría con lo que parecía ser un pequeño ángel. Al salir de donde Manjiro se encontraba Haruchiyo los vio, le pidió que se alejara del pequeño pero este al ver que era él y al notar el enorme parecido con el doncel lo supo. Que ese muñeco de porcelana viviente era su hijo.

Todo terminó en un juicio. El cual Ken ganó ¿justamente? para nada. Ya que si Kenya estuviese y le preguntaran con quien se quería ir, obviamente iría con Haruchiyo, ya que el que se hacia llamar su padre era un completo extraño para el. Ken había comprado al juez para que le dejara la custodia de los dos niños ya que Max tras dar a luz a la pequeña despareció sin dejar rastro.

Así fue como el infierno comenzó para Kenma. El menosprecio de su padre, el que sólo lo considerara una cara bonita, que solo se preocupara por mantener su apariencia, el que la poca atención que recibía solo era para decirle mierda de el o de su madre, o también para darle su tarjeta negra y que "fuera feliz" cuando la felicidad de Kenma se basaba en las personas que quería. Es decir, su madre y demás.

La figura de Manjiro nunca sería borrada de la mente del que también era un doncel. O sea, creo es imposible olvidar una figura materna tan pura, hermosa y dedicada como la que Manjiro le daba a Kenma. El hacía lo que fuera por su hijo, solo para verlo feliz. Y el tener a su madre cerca era un verdadero regalo para el chico. Pero como suelen decir. La vida te quita a las personas que más quieres.

Aunque eso no era excusa para verse con Haru a escondidas, ya sea para salir a dar un paseo o ir al hospital a ver al doncel. Tanto el como Haru se negaban a desconectar al rubio ya que tenían la esperanza de que algún día despertase. Ellos nunca se separaron, básicamente eran lo único que se tenían. Haru no tenía familia y no se si a lo que tiene Kenma se le pueda llamar familia.