I

1K 77 34
                                    

Bueno, antes de nada pedir disculpas por lo que se pueda venir porque hace muchísimo que no escribo. Espero estar a la altura 🙏🏼

Esto va a ser un OS cortito en un momento delulu máximo al que me ha llevado la nominacion más traumática a la que me he enfrentado. No puedo dormir y os vais a comer mi perlada. Obviamente todo esto es inventado, sé que es un shippeo de jajas y solo escribo porque me divierte.

Básicamente el contexto de la historia es la llegada de esta gente a la academia después de la gala 8.

Espero que os guste 💜

2.7k

🍬🍬🍬

El aire que respira parece más denso cuando pasa de estar envolviéndolo a colarse en su interior. Las noches en la academia después de las galas no son fáciles nunca, pero ese día le duele un poquito más. Desde que es consciente de la situación en la que se encuentra, lleva fingiendo una sonrisa que le sale casi natural, tan aprendida a lo largo de su vida que nadie nota que es impostada. Una sonrisa que está reconociendo en otro rostro tanto tiempo como el que lleva él luciendo la suya.

No han cruzado más de dos palabras desde que se han subido al autobús que los ha devuelto a la que lleva siendo su casa un par de meses.

"Deja de llamarla casa" le grita una voz desde lo más profundo de su subconsciente. Pues, si algo tiene claro, es que el próximo expulsado de ese concurso va a ser él. Y, lo que mas rabia le da, es que sabe de sobra que su compañero de nominación va a estar pensando exactamente lo mismo. La autoestima es algo que deben trabajar ambos.

Suspira expulsando todo el aire pesado que retenía en sus pulmones. Joder, cómo le gustaría salir a la terraza y fumarse un cigarro.

En vez de eso, ya que no puede, toma la iniciativa y un poco sin pensar comienza a andar un camino que podría hacerse con los ojos cerrados. Y no es que le haya visto dirigirse hacia ese lugar, de hecho le ha perdido la pista al poco tiempo de llegar a la academia, es que simplemente sabe que va a estar ahí. Aporreando el piano, desgastando la voz si le sale, sacando sus demonios en forma de arte. Lleva demasiado tiempo observándolo en silencio como para tener que preguntar por su paradero.

El otro chico está tan absorto en la melodía que crea con las teclas que ni siquiera se percata de la presencia del contrario o, si lo hace, parece no molestarle. Por si acaso, el recién llegado carraspea suavemente, buscando unicamente la atención del pianista. Éste entiende el gesto y obedece, cesando la música pero sin ser capaz de levantar la mirada del instrumento.

—¿Podemos hablar? —El tono que ha empleado tan vulnerable, mezclado con el marcado acento sevillano, hace que el nudo en la garganta del chico sentado al piano se endurezca.

—Claro. —Se sorbe la nariz el granaíno, atreviéndose a hacer contacto visual con el contrario.

—Pero aquí no —Levanta levemente el mentón para señalar la cámara que se cierne sobre ellos. Por experiencia propia, saben que ese nunca más podrá ser su lugar seguro.

—Hoy no sé si voy a poder, Álvaro —niega con la cabeza el contrario.

Sabe a lo que se refiere. Desde que son conscientes de que cualquier zona con cámaras es peligrosa independientemente de la hora que sea, han cambiado sus charlas en el piano por confesiones en la cama. Con la excusa de que su profesora de interpretación les había pedido una mayor conexión para esa semana, ambos habían aceptado el seguir conociéndose de una forma más confidencial. Y, si no podía hacerse fuera de la habitación, tendrían que hacerlo dentro. Rápidamente, las charlas sobre videojuegos y música hasta las tantas de la madrugada habían acabado evolucionando en un intercambio de aquello que les volvía inseguros y unas palabras amables de consuelo.

AMAPOLAS (OS Polvoron)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora