Parte 11

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Estaba sentada, viendo como la maestra de matemáticas escribía en el pizarrón, como todos los que estaban a mi alrededor reían y discutían, luego yo, que no entendía a la maestra y no era muy sociable.

Algo me salvo, yep, la campana.

- Por fin. - Murmure silenciosamente juntando mis cosas.


Caminaba por cancha de fútbol hasta que vi a alguien caminando por ahi que luego me miro y me llamo, era Adam.


- ¡Hola! - Grito el, era el único ''amigo'' que tenia, mas bien no sabia si era amigo, camino hacia mi hasta quedar enfrente de mi.


- ¿Como estas? - Le pregunte amistosamente.


- Parado. - Bromeo, me cayo bien. Solté una leve carcajada que la interrumpió.

- ¿Te gustaría ir al parque? - Me preguntó, apenas lo conocía y ya me lo pedía, aunque no tiene nada de malo, amenos de que sea un secuestrador e,e.

- Claro. Espera.. No me has dicho como te llamas. - Dijo y suspiro esperando mi respuesta.

- Reed - Le dije y sonreí.


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- Bueno yo tengo una yegua llamada Loba. Tenia... - Le dije emotivamente hasta que dije lo ultimo, estuvimos hablando como 3 horas y no he parado de reír.

- Tenias? - Me pregunto el.

- Si.. ah... Bueno... Una larga historia. - Le dije evitando.

- Tengo mucho tiempo. - Me respondió feliz. - ¿Quieres un helado? - Dijo viendo un vendedor de helados.

- Emm si quieres - Le dije con una sonrisa.

- Todo para ti. - Me respondió, no sabia que decirle, me sorprendió. Miro al vendedor y le pidió un helado de limón y uno de Oreo.

- Toma - Dijo con una gran sonrisa, me dio el de Oreo. - Entonces... ¿Loba? ¿Tenias?

- Bueno... Yo desde chica le he insistido a mi padre tener un caballo, ya que vivo en una hacienda.

- ¿No tenias caballos?

- No. Bueno sigo, entonces, me regalaron uno. Que evidentemente se llama Loba.

- Tengo tiempo, pero no me cuentes desde que naciste - Reí.

- Prosigo - Dije entre risas - Entonces un día desapareció de su establo, ayer pensamos que la habíamos encontrado - Entonces pare de hablar y me quede pensando.

- Reed? REED?? REEEEEEEEEEEEEED? - Se me quedo mirando a los ojos.

- A si ¿que? ¿Que decía? - Dije yo olvidando todo, miraba sus ojos, eran muy lindos.

- Olvídalo - Sonrió, se acerco a mi, a mi no.. A mis labios.

- Qu-e ¿Que haces? - Lo detuve.

- Lo siento. - Dijo el cabizbajo.

- No te preocupes - ¿Enserio? Apenas te acaba de conocer y ya te quiere besar y lo único que has dicho es ''No te preocupes''? Me das pena Reed.

- Ya me tengo que ir. - Le dije levantándome de la banca.

- Algún día volvemos? - Dijo el emotivo.

- Claro - Le sonreí, le abrace y corrí hacia mi auto.


- Hija - Me desconcentro mi padre de pensar en Adam.

- Te gustaría regresar a la hípica para hablar de Loba, la podemos comprar.

- ¿Enserio? Y si no es Loba? ¿Y si la ponen cara? - Muchas preguntas me rodearon.

- Pues un poco de suerte y es ella. - Me respondió.

- Y si la mataron - Recordé el escenario en el establo escondido sangre..

- No creo que quieras eso, mejor piensa bien. - Me mira por el retrovisor.

- ¿Y si es mejor que se quede en la hípica?

Pedí un caballo, me dieron a mi mejor amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora