Estaba sentada, viendo como la maestra de matemáticas escribía en el pizarrón, como todos los que estaban a mi alrededor reían y discutían, luego yo, que no entendía a la maestra y no era muy sociable.
Algo me salvo, yep, la campana.
- Por fin. - Murmure silenciosamente juntando mis cosas.
Caminaba por cancha de fútbol hasta que vi a alguien caminando por ahi que luego me miro y me llamo, era Adam.
- ¡Hola! - Grito el, era el único ''amigo'' que tenia, mas bien no sabia si era amigo, camino hacia mi hasta quedar enfrente de mi.
- ¿Como estas? - Le pregunte amistosamente.
- Parado. - Bromeo, me cayo bien. Solté una leve carcajada que la interrumpió.
- ¿Te gustaría ir al parque? - Me preguntó, apenas lo conocía y ya me lo pedía, aunque no tiene nada de malo, amenos de que sea un secuestrador e,e.
- Claro. Espera.. No me has dicho como te llamas. - Dijo y suspiro esperando mi respuesta.
- Reed - Le dije y sonreí.
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- Bueno yo tengo una yegua llamada Loba. Tenia... - Le dije emotivamente hasta que dije lo ultimo, estuvimos hablando como 3 horas y no he parado de reír.
- Tenias? - Me pregunto el.
- Si.. ah... Bueno... Una larga historia. - Le dije evitando.
- Tengo mucho tiempo. - Me respondió feliz. - ¿Quieres un helado? - Dijo viendo un vendedor de helados.
- Emm si quieres - Le dije con una sonrisa.
- Todo para ti. - Me respondió, no sabia que decirle, me sorprendió. Miro al vendedor y le pidió un helado de limón y uno de Oreo.
- Toma - Dijo con una gran sonrisa, me dio el de Oreo. - Entonces... ¿Loba? ¿Tenias?
- Bueno... Yo desde chica le he insistido a mi padre tener un caballo, ya que vivo en una hacienda.
- ¿No tenias caballos?
- No. Bueno sigo, entonces, me regalaron uno. Que evidentemente se llama Loba.
- Tengo tiempo, pero no me cuentes desde que naciste - Reí.
- Prosigo - Dije entre risas - Entonces un día desapareció de su establo, ayer pensamos que la habíamos encontrado - Entonces pare de hablar y me quede pensando.
- Reed? REED?? REEEEEEEEEEEEEED? - Se me quedo mirando a los ojos.
- A si ¿que? ¿Que decía? - Dije yo olvidando todo, miraba sus ojos, eran muy lindos.
- Olvídalo - Sonrió, se acerco a mi, a mi no.. A mis labios.
- Qu-e ¿Que haces? - Lo detuve.
- Lo siento. - Dijo el cabizbajo.
- No te preocupes - ¿Enserio? Apenas te acaba de conocer y ya te quiere besar y lo único que has dicho es ''No te preocupes''? Me das pena Reed.
- Ya me tengo que ir. - Le dije levantándome de la banca.
- Algún día volvemos? - Dijo el emotivo.
- Claro - Le sonreí, le abrace y corrí hacia mi auto.
- Hija - Me desconcentro mi padre de pensar en Adam.
- Te gustaría regresar a la hípica para hablar de Loba, la podemos comprar.
- ¿Enserio? Y si no es Loba? ¿Y si la ponen cara? - Muchas preguntas me rodearon.
- Pues un poco de suerte y es ella. - Me respondió.
- Y si la mataron - Recordé el escenario en el establo escondido sangre..
- No creo que quieras eso, mejor piensa bien. - Me mira por el retrovisor.
- ¿Y si es mejor que se quede en la hípica?
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Pedí un caballo, me dieron a mi mejor amigo.
Teen FictionReed, una adolescente de 15 años, siempre a esperado un caballo de cumpleaños. Al tenerlo, ella lo entrena para ser un buen caballo para poder participar en competencias y ser una jinete experta. Pero hay muchas cosas que se lo impiden.