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Sí hay algún falló ortográfico díganme, y con mucho gusto lo corregiré.

— Papá Sonic — llamó su hijo al sentir cómo introducía otro cuarto suéter a su cuerpecito — Tengo calor.

Sonic solo sonrió por el comentario de su pequeño niño.

No era que Sonic quisiera ahogarlo en ropa, o que le gustará por el hecho de que se veía como una linda bolita.

Era únicamente protección. Sucedía que en frías épocas cómo esa, en días de ventisca y nevada, Khan era más propenso a resfriarse.

Y un bebé equidna no era tan sencillo cuidar, menos siendo tan hiperactivo.

Su esposo ayudaba de alguna forma a calmarlo, su dureza firmeza voz era el que situaba al infante en una postura más obediente.

Agradecía a Knuckles por eso. Incluso en momentos dónde esté en repentino hacía berrinches.

Controlaba perfectamente esa parte al otorgar su mando.

Su papel de buen padre era increíble e igual cómo sus inicios dónde Khan, no pasaba más de una cría de dos meses.

Desde antes quizá. Knuckles estuvo a vigía siempre que podía estar con esté en casa.

Su trabajo, ocurrido por su necesidad misma fue un pequeño impedimento de momentos al tener que dejar a su esposo en tal estado.

Más Sonic nunca lo reprochó. Todo en su momento gestacional fue perfecto gracias a eso.

Por igual con lo demás, y actualmente.

— Khan estate quieto — Sus manitas y piecitos cubiertos por también más de una prenda, comenzaban a picarle.

Y claro, a desesperarle, cómo todo un niño pequeño.

Era difícil algunas veces, no lo negaría ser padre tenía sus conflictos, cómo el mismo caso de querer ponerle ropita a tu hijo para cuidar de su salud.

Sería descuidado para sí, más para el bien de su mayor tesoro jamás.

Seguido por el amor de su vida, claro.

— Khan, mientras más te muevas nos tardaremos el doble — Con su tono a más alto el menor se calmó.

Bajando sus ojitos esmeralda colocó e hizo lo mismo con sus bracitos y pies para propinar un suave perdón.

Sonic tan solo suspiro. No le agradaba aunque sea un poco subirle la voz, no servía para eso.

Knuckles lo hacía cuando debía, tenía más experiencia en ello.

Pero en él, honestamente prefería que solito hiciese correctamente las cosas por su cuenta.

— Listo, terminamos — La sonrisita al oír eso fue enorme seguido por un tierno saltito de alegría.

— ¿Puedo comer una galleta? — Sonic asintió.

Con sus cortitos, rechonchitos brazos bajo de la silla en dónde estaba para correr a la cocina.

Sí es que se le podría llamar así, pues por lo mismo no podía mover bien sus diminutas extremidades.



[Sonuckles] La Felicidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora