Hogar Una shifther en su RD

Cap. 20 La mansión de los Rosier

"todos necesitan tener un poco de envidia para poner los pies en la tierra"

Los sangre pura estaban en la cima de la sociedad mágica, pero dentro de este régimen capitalista y patriarcal también había un orden jerárquico, como una monarquía que marcaba que tan codiciado y envidiado podrías ser por tu iguales.

Si bien todos tenían lindas mansiones y extensiones de tierras a su nombre, algunas de esas majestuosas construcciones estaban vacías, lo ocultaban pero bien era sabido que si no interactúas con el mundo muggle tu vida de lujos se desmorona y ninguno de las otras familias te ayudará, ninguno de estos magos se atrevían a vender sus propiedades o a minorar gastos porque era importante que la máscara siguiera sonriendo intacta, preferían que rumoreaba sobre lo mezquinos que eran por no hacer fiestas, o lo tacaños que eran por no estrenar a menudo a admitir que estaban en sus últimas y que su castillo de naipe rojos se estaba cayendo a pedazos.

Claro que los Rosier nunca tendrán ese problema porque manejaban uno de los negocios más antiguos de la historia, no era legal eso era cierto, tampoco moral eso mucho menos pero los hacía vivir como reyes y seamos honestos a los Rosier les encantaba vivir de su apariencia física, creo que saben de qué les hablo, la familia más bella de los sagrados 28 eran dueños de una cadena de casas de placer que abrazaban todo Europa y amenazaban con expandirse hacia américa y áfrica, a veces atendían a sus clientes por placer propio pero por lo general estaban en grandes subastas comprando obras de arte o como modelos para la empresa familiar de los Rowle.

...

-Enserio pensaba en dártela amor solo que...- decía mi padre algo asustado persiguiendo a mi madre por el corredor quien iba a zancadas grandes.

-¿Solo que que?- mi madre dio la vuelta en sus talones y señaló a mi padre con su dedo- Máximo Elliot Lacroix Soler cuando pensabas entregar la invitación de mis padres, crees que soy tonta... Hoy es la fiesta y tú con tus actitudes infantiles evitas que esta situación fluya.

-Perdon amor- mi padre agachó la cabeza- pero tus padres nos detestan, estuvieron a punto de borrarse del árbol familiar y..

-No lo hicieron- se afirmó mi mamá- sigo siendo una Rosier llevo 11 años sin verlos ni escribirles y con todo eso ellos nos invitaron.

-Vamos a estar rodeados de una cantidad incontable de víboras que nos detestan por nuestros ideales- habló mi papá en voz baja.

-Es enserio?- mi madre parecía entender lo que le ocurría a su esposo de dos metros- ¿les tienes miedo?- se burló mi madre- ¿el dueño del ministerio de magia y del banco gringotts le tiene miedo a sus trabajadores?...eres Máximo Elliot Lacroix Orden de Merlín primera clase, los Malfoy dependen del oro que creas para manejar la economía del mundo mágico, ellos deberían respetarte y lo hacen, y sino lo harán.

No voy a negarles que las fiestas lujosas y banquetes elegantes son una cuestión que los sagrados 28 podían presumir, era un ambiente sobrio en el que discretamente se demostraba que tan bien te encontrabas, que tanto tenias y por consecuencia que tanto poder poesías.

La familia Rosier había enviado las invitaciones con un mes de antelación pero mi padre había decidí no contarle esto nadie y esperaba que su esposa nunca se enterara pero claramente había fallado en su cometido, y justo ese día un 31 de Diciembre toda la familia se ponía las mejores galas para asistir a aquel evento que, en ese momento nos sabía, estaría periodizado por diferentes diarios y cadenas radiales. Violet y dorado esos eran los colores que todos llevábamos encima, como uniformes, me parecía un poco exagerado pero no lo era.

Fuimos recogidos por un carruaje tirado por hermosos pegazos percherones de color azabache, era una noche despejada y los visos de las cabelleras de las bestias resaltaba. Cuando estas volando en un carruaje se siente un vacío profundo, puedes sentir el galope en falso de los animales que lo tiras y los movimientos de lado a lado por las corrientes de aire que chocan contra las el carruaje, el aterrizaje fue suave y la oscuridad de la noche se apago para dar paso aun montón de flashes y sonidos externos, las cortinas del carruaje estaban cerradas y el cochero abrió la puerta pude apreciar una barda que separaba a una multitud de periodistas de nosotros.