Guarda Nuestro Secreto

CAPITULO 1

El sol se colaba por la ventana dejando que los pocos rayos que lograban dar en mi cama me pegaran justamente en el rostro haciéndome refunfuñar y levantarme perezosamente para así cerrar las cortinas, cosa que claramente olvide hacer anoche. ¿Recuerdan los regaños de su madre en referencia al desorden? ''recoge tu habitación, algún día te terminaras hiriendo con tanta  tirada'' bien,  creo que no debí haber ignorado a mi madre cuando hablaba de ese tema y escucharla, cosa que claramente no hice ¿Qué obtengo como resultado? Fácil, al estar a centímetros de llegar a la ventana resbale con un baso de plástico que deje regado en el suelo, fue tan rápido que ni siquiera me dio oportunidad de meter las manos para que el golpe no fuera tan fuerte.

No se  si el golpe fue demasiado ruidoso o mis hermanas… bueno todas mis hermanas tienen un oído muy desarrollado ya que en un minuto ya estaban todas en mi habitación con un aspecto preocupado esperando a que mi aturdimiento pasase.

  —¿Que les mencione sobre entrar en mi habitación sin un permiso? — pregunte de mal humor mientras me levantaba del suelo sobándome levemente la cabeza haciendo una mueca ya que el mayor golpe lo llevo esta desgraciadamente.

—Es normal que nos preocuparemos por nuestra hermana mayor Katherine, aunque claramente  nuestra presencia no es bienvenida en tu habitación aunque estés en una situación riesgosa para ti —comento Danna, la menor de mis hermanas a pesar de ser la menor tiene una mentalidad mas madura que la mía incluso mas madura que la de nuestros padres, de las siete ella es la que suele ser la mas prudente y eso a veces realmente asustaba.

—Lo lamento, se que no debo comportarme así con ustedes pero en mi defensa la ultima vez que algunas de ustedes entraron recuerden que tuve que dormir en la habitación de invitados ya que la peste que inundaba el lugar era tan fuerte y penetrante que duro un mes cerrado y cada día era una constante limpieza —me defendí ya mas calmada mirando de reojo a las gemelas, las bromistas de la  familia, las chicas y yo olvidamos su cumpleaños y a todos nos hicieron bromas pero mi habitación fue la que sufrió más.

—Sabes muy bien que esa vez todos sufrimos de bromas por olvidar su cumpleaños así que no nos culpes a nosotros de lo que ocurrió esa vez, al fin de cuentas no eras tu la que parecía hija de Hulk y Pitufina —Murmuro de mal humor Elizabeth ella era la mediana de todas nosotras, cierto… las gemelas la habían pintado completamente de azul y verde, el color no se le fue hasta una semana después y nuestros padres no la dejaron faltar a pesar de seguir con aquellos colores.

—Pueden salir ya de mi habitación tengo que vestirme antes de ir a trabajar ya que no pienso ir en pijama claramente — Señalo la puerta en un gesto de lárguense ya puesto que no mentía ya pronto se haría la hora de tener que irme a trabajar aunque no me gustara mucho aquello pero ¿que mas podía hacer?  No quería ser una carga para mis padres ya tenían suficiente con que aun siguiera viviendo con ellos así que por lo menos debería aportar con dinero en el hogar.

—Esta bien esta vez te salvas, ojala estés bien —murmuraron todas al mismo tiempo haciendo que me entrasen escalofríos. Finalmente ellas se retiraron y yo me dispuse a acomodar mi cama ya  que en estos momentos parecía que un montón de niños pequeños hubieran entrado a mi recamara y se hubieran puesto a saltar en la cama.

Al   terminar de recoger mi cama me metí al baño a ducharme y relajarme un poco esperando que el agua tibia calmara las punzadas que aun sentía en mi cabeza para mi mala suerte.

Al terminar de ducharme me seque y salí del baño con una toalla alrededor del cuerpo mientras caminaba rumbo al peinador par secar mi cabello antes de colocarme la ropa ya que odio que la ropa tenga las manchas de humedad por culpa del cabello.