One Shots -𝑀𝓎𝓈𝓉𝒾𝒸 𝑀𝑒𝓈𝓈𝑒𝓃𝑔𝑒𝓇 +18

Yoosung♡~

El sofá se hundió más después de deslizarse cómodamente en el regazo de Yoosung, tu frente encontró la suya en la oscuridad, un suave masaje en sus hombros, tus manos vagaron más abajo, y los ligeros toques y besos que siempre dejaba en tu piel que, sabías, siempre hacían el estrés de un duro día de trabajo aún más soportable. 

—Oye. —Dijiste, la voz saliendo casi en un susurro. Respondió en el mismo tono, una sonrisa cansada apareció en su rostro. —¿Día largo?

 Su cabeza cayendo hacia atrás contra la silla te dio la respuesta.

—¿Algo que pueda hacer para mejorarlo?— Tu sugerencia provocó una respuesta casi inmediata en forma de una media sonrisa y un par de brazos atrayéndote para besarte. Manos cansadas comienzan a moverse arriba y abajo de tu espalda, dedos suaves apretando la tela de tu ropa mientras su respiración se convierte en la tuya. Un zumbido bajo y complacido vibra en su garganta y tus labios se curvan contra su boca. 

Él detiene el beso por un momento mientras continúas dejando un rastro de pequeños picotazos en su mandíbula, su oreja, su cuello... Tus dedos encontrando su cabello distraídamente. Rompe el silencio.

—¿Es esa mi vieja sudadera con capucha?

—Mmh~ ¿te gusta? —No habías encontrado nada más que ponerte esta mañana, y la sudadera con capucha de Yoosung, suave, cálida y lo suficientemente larga como para llegar hasta tus muslos, siempre había sido la elección perfecta para tus días libres, o días en los que simplemente no tenía ganas de usar pantalones-, hoy habían sido ambos. 

Y también fue algo bueno. Las sesiones de besos como esta siempre devolvían el dulce aroma de Yoosung a la tela. 

Tus ojos se encontraron con los suyos mientras esperabas una respuesta.

—¡Yo-sí! Me gusta mucho. Te ves tan bien ~ Quiero estar menos cansado para que podamos... bueno~ —Sus ojos vagaron hacia abajo, un escalofrío recorrió su columna ante la sugerencia, habías notado que él ya estaba medio duro solo por unos besos y caricias ligeras. En cuanto a ti, el calor entre tus piernas te hacía desear liberarte de los confines de tus bragas. Por supuesto, no le dirías eso.

 —Entonces~ —Comienzas, con los ojos fijos en su camisa. —Si no puedes moverte, entonces eso significa que puedo hacer todo el trabajo hoy, ¿verdad? —Algo hizo cosquillas dentro de ti cuando el rostro de Yoosung se puso rojo brillante, los dedos moviéndose involuntariamente a tus costados.

—Yo... quieres decir... tú... —Si no hubieras tenido una necesidad desesperada de su toque, podrías haber disfrutado al verlo tratar de articular una oración en su estado. En cambio, asientes, mordiéndote el labio.

—¿Quieres hacerlo así?

—Yo... ¡sí! Sí. —Intenta no sonar demasiado ansioso, ocultando el rubor que se extiende por sus mejillas sentándose derecho, con las manos sosteniendo tu espalda para acomodarte. 

Notas sus pantalones abultados. Tu propia entrepierna se interesa. Ya agachándose para sacárselos, él hace lo mismo por ti, con el dedo índice curvándose alrededor del dobladillo de tus bragas y tirando de ellas justo cuando terminaste de liberar su polla. Te lames los labios. Por mucho que ames sentirlo en tu garganta, tu interior prácticamente está rogando por él ahora.

Con tus bragas ya más allá de tus rodillas, Yoosung se levanta la sudadera con capucha para revelar que no llevas sostén. Deteniéndose por un momento para admirarte en este nuevo ángulo, la mirada cayendo sobre tu pecho, sus dientes mordisqueando su labio inferior para ocultar una sonrisa. 

Por mucho que ames la atención, tu coño repentinamente liberado y húmedo comienza a sentirse frío y abandonado. Presionas tus muslos suavemente contra sus costados para darle una pista, y él la toma.