Tras los accidentes ocurridos en Nueva York, Liam Morgan decide mudarse junto a su hija, a un lugar mucho más tranquilo. Un lugar, donde pasó su niñez y que no había vuelto a ver en más de quince años.
Liam echó un vistazo por el retrovisor el rostro pálido y ojeroso de su pequeña, que seguía acariciando al perro a su lado mientras miraba a la nada.
-¿Has tenido más pesadillas?
-Hace años que no puedo soñar. Así que tan poco tengo pesadillas -explicó casi sin voz.
-Sigues con los ejercicios todos los días, ¿verdad? Cuanto más practiques, más fácil será.
Blake miró al asiento del copiloto donde se encontraba el espíritu de su madre con un aspecto putrefacto.
-Los muertos no desaparecen papá. Es más fácil intentar ignorarles.
Liam suspiró derrotado. Preocupado por su pequeña. -Aquí será más fácil para ti. Población pequeña donde nunca pasa nada. Podrás llevar una vida normal.
-Nuestras vidas nunca han sido normales -murmuró para sí misma ignorando de nuevo a su madre.
El camino había sido tedioso y lento, así que cuando llegaron a su nuevo hogar, estaban agotados.
Blake abrió la puerta del coche dejando salir a Spike primero para que pudiera estirarse correteando por la zona después de tanto tiempo encerrado.
Su padre había escogido el lugar perfecto para vivir evitando las miradas ajenas y la curiosidad de los vecinos del pueblo, pues la pequeña casa de dos plantas se situaba casi a la entrada de la Reserva Quileute, en un pequeño desvío de la carretera adentrándose en el bosque.
-¿Y bien? ¿Qué te parece? -preguntó su padre pasándole el brazo por el hombro.
-Es completamente tu estilo.
-Exacto. Pero tranquila, me aseguré de que tu cuarto quedara perfecto.
-Gracias, papá.
-Vamos, ve a echar un vistazo. Mañana será un nuevo día -comentó feliz sacando las maletas del coche.
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Crepúsculo
FanfictionEntra para conocer más. Esto es solo un fanfic basado en las películas de la saga Crepúsculo, los derechos a la autora.