✵Capítulo único

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El blanco manto de la nieve cubría las calles y los tejados, que junto a los adornos navideños cómo las centellantes luces y guirnaldas hacían que se convirtiera en un paisaje único y especial a su parecer

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El blanco manto de la nieve cubría las calles y los tejados, que junto a los adornos navideños cómo las centellantes luces y guirnaldas hacían que se convirtiera en un paisaje único y especial a su parecer.

O eso era la impresión que le daba al tener solo 8 años de edad

Sin embargo, por más que quisiera seguir admirando el sitio por su curiosidad y deleitarse con los deliciosos aromas a galletas recién horneadas, chocolate caliente y pavo, sabía bien que debía de mantenerse concentrado y ser de ayuda para su padre porque de no ser así, daba por hecho que no le permitirían acompañarlo el año entrante.

¡Y esa idea no le gustaba para nada!

Porque por meses tuvo que hacer méritos para conseguir que sus padres vieran que estaba listo para poder brindar más apoyo en aquella titánica labor que realizaban cada 24 de diciembre y no iba a permitir que aquel esfuerzo fuera en vano.

Tuvo que ayudar a los duendecillos a alistar los juguetes, a clasificar las cartas que los niños del mundo le enviaban a su papá, se encargó de limpiar el trineo cada día y hasta cuidó de los renos pese a que a Dancer y Comet no les agradara en un inicio, siendo estos los que hicieron que esa labor se tornara demasiado complicada. Y aún así su madre en el último minuto se dispuso a negarle el acompañar  en la entrega de presentes de ese año y de no ser porque su padre logró convencerla, no estaría ahora tan a gusto sentado en el trineo y viendo maravillado las ciudades de los distintos países del mundo a los que antes no había tenido oportunidad de ver por estar en el Polo Norte.

-Katsuki, en la siguiente casa en la que detenga el trineo podrás bajar conmigo a entregar los regalos.

-¡¿De verdad?! - aquello lo había emocionado por completo a tal punto que un brillo se apreciaba en sus ojitos; en especial, porque hasta ese momento tan solo había estado limitado a seguir en el vehículo; mientras que su padre junto al tonto de Deku se encargaban de la labor más interesante a su parecer.

Aunque siempre le traían una que otra galleta o comida que los humanos preparaban para recibirlos pero era más que claro que no se contentaría solo con eso.

-Sí, recuerda que en unos años serás tú quién se encargue de realizar esta labor así que será un buen método de entrenamiento. No obstante, procura no separarte ni de Izuku ni de mí en ningún momento. Tu madre me mataría si es que algo llega pasarte - el mayor tragó saliva de solo pensar en aquella remota posibilidad que en definitiva no era para nada una opción.

¡Si eso pasaba los niños del mundo se quedarían para siempre sin Santa Claus!

-¡T-tranquilo señor Masaru! - expresó enseguida Midoriya - Me encargaré de cuidar de Kacchan en cada momento.

- De acuerdo pero recuerda que no debes llamarme por ese nombre aquí.

-¡L-lo lamento, señor Claus! Le juro que no volverá a pasar - se disculpó enseguida el peliverde, estando más que apenado por cometer ese mismo error otra vez.

Santa's son ✵-Bakutodo O.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora