00.22

421 51 33
                                    


Ahora que te veo entiendo quien soy yo
te tenía miedo, pero ahora no
no voy a mentir también me dolió
yo prefiero ser sincero, yo no te escuchaba te pido perdón
antes me escondía pero ahora no, me quieres así, así te quiero yo. Eso le dije al espejo♪











Las noches normalmente eran calidas, pero aquella noche era particularmente fría, era oscura y silenciosa.

Algo se aproximaba y el cielo lo sabía.

...
La enorme capa negra se arrastraba por la terracería de la vereda creada por las constantes pisadas de los habitantes mágicos.

Su andar era diferente al de otros días, ya no tenía un porte, un cuidado en su imagen, por el contrario, su cabello estaba revuelto, sus zapatos estaban llenos de barro y su capa estaba desabotonada.

Había cambiado e incluso se notaba en su apariencia y los detalles que había empezado a descuidar producto del acaparamiento en su mente: Jimin.

Los pies del hado le dirigían a dónde él necesitaba ir, pero sus pensamientos estaban en otro lado.

Ignoraba a los pocos habitantes que lo veían pasar a altas horas de la noche.

He estado completamente segado, fui un tonto y hasta ahora me doy cuenta”

Caminó lentamente hasta la cabaña de Jimin.

No voy a mentir, yo en verdad te amo. Te amo y juró que lucharé por ti, por tus sentimientos y si después de todo tú eliges estar el resto de tu vida con Flai lo entenderé, hasta entonces mis sentimientos seguirán siendo los mismos”

Ensayó a una distancia de la puerta de la cabaña.

Respiró con profundidad
Sé que dijiste estar enamorado de Flai, pero si pudieras darme una oportunidad yo prometo no arruinarlo y sé que desconfías de mi palabra, pero te he perdido y me ha dolido en el alma, te deseo, te extraño, te anhelo y jamás me permitiría hacerte daño.

Se armó de valor y tocó la puerta, esperó unos segundos y volvió a tocar, pero nadie abrió.

“¿Tendré el valor de amarlo con este arrepentimiento, con la culpa carcomiendome?”—Pensó

—Maldigo aquel día  —susurró
—te pido perdón —dijo, mientras recostaba su frente en la puerta.

—¡Eso, eso! —De pronto, una ronda de aplausos le hizo sobresaltarse —¡Bravo!
—Sigue haciendo tu escenita de ridículo arrepentido, igual, tu plebeyo no está en casa

Jungkook volteó a su costado, allí se encontró con una hermosa mujer con un vestido tan lindo y de tela tan fina que no pudo pensar en otra cosa que Las hadas de luz.

—Dayana, mi nombre es Dayana —se presentó ella con desinterés y desdén.
—Aunque supongo que no te importa, claro que no te importa así como nadie de nosotras.

—Al parecer alguien no es feliz con lo que se le ha dado con mucho trabajo —contestó el hado

Ella sonrió con burla
—Si encerrarnos a costa de nuestra voluntad es trabajo del cual debería estar agradecida entonces mantenme, porque soy lo opuesto a un ser feliz.

—El líder Soo las cuida como no tienes idea...

Lo interrumpió
—¡Ay, claro!, Nadie está dudando de su liderazgo

—Me alegra que expreses tu apenado caso, lo tomaré en cuenta, pero es de tu saber que el nivel de tu belleza es el mismo del peligro que corres fuera de tu recinto

MALÉFICO: DUEÑO DEL MAL |KOOKMIN| 1960Donde viven las historias. Descúbrelo ahora