CP1

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Su interior se estiraba hasta llegar a su límite, sus paredes se acoplaban al intruso que arremetía contra ellas. Los fluidos se deslizaban por su entrada entremezclandose y generando húmedos sonidos, huecos, que rebotaban entre las paredes siendo obsenos.

El rechinar de la madera bajo suyo, los suspiros escapándose de sus labios exhaustos, el sudor deslizándose y formando una dulce capa fina en sus pieles...

-¡Deku~!

Sus uñas se clavaron cual clavos en la espalda ajena, arañando la piel mediante el movimiento se lo permitía. Un rastro irregular por todo el torso, el desgarre comenzaba a crear ardor en el otro, sin embargo parecía ser incluso un plus para la excitación que se colaba por sus huesos.

Sus rulos se habían pegado a su frente y sien conforme la transpiración aumentaba, provocaba que tuviese que acomodar sus cabellos. Los peinó entre sus dedos llevándolos hacia atrás, su nuez de Adán sobresalió pues su cabeza se inclinó a la par de su cabello.

-V-voy a-...

-Hazlo, Kacchan.

Sus dígitos se pasearon por el abdomen del rubio hasta instalarse en la cintura contraria, apretándola con dedicación mientras sus caderas aumentaban el ritmo de sus penetraciones.

Los glúteos del otro se colorearon de un hermoso rosado tras haberlos toqueteado y amasado durante un buen rato. Sentía ese hermoso cosquilleo en su abdomen bajo, el calor en su pelvis se apoderó de su ser.

Katsuki empujó sus codos en el colchón, levantando su espalda del mismo, deslizó sus manos hasta los muslos del pecoso para así profundizar su unión aún más.

Las embestidas perdieron velocidad, sin embargo, al ser lentas llegaban incluso aún más lejos en sus adentros. El rubio soltó un par de lágrimas perdido en el placer, mordió su labio inferior como un inútil intento de acallar un sonoro gemido que se escapaba de su boca cuando al fin halló el clímax.

Sus ojos se voltearon hasta ponerse en blanco, el líquido espeso y pegajoso salió disparado de su uretra hasta el abdomen del otro, incluso salpicando el propio. El peliverde continuó sobreestimulando, hundiéndose en su interior pese a que el orgasmo ya había tocado su puerta.

Con su mano derecha Izuku masturbó a Katsuki, subiendo y bajando al compás en el que su pene chocaba contra el punto p del contrario.

Pasaron los segundos hasta que el de ojos color carmín no pudo soportarlo. Otro orgasmo, ésta vez, en seco. Apretó de tal forma el miembro de Midoriya que no pudo contenerse. Apretó los músculos en sus piernas y arremetiendo por última vez, con una última estocada, disparó su semilla dentro del látex, llenándola de forma veloz.

Agitados y cansados finalmente se dejaron caer entre las sábanas. Izuku salió de su interior quitando el condón y anudandolo para poder desecharlo.

Katsuki cerró sus piernas mientras tanto, sintiendo solo en ese momento el dolor al sobreexigir su flexibilidad. El de rulos volvio a la cama, recostandose a su lado, aunque, sin tocarlo.

Se percató de lo que pasaba cuando el olor a tabaco se infiltraba por sus fosas nasales, haciendo que un evidente gesto de desagrado se hiciera en su rostro.

-Sabes que no me gusta esa mierda.

-Solo uno, Kacchan. Estoy cansado.

-Ugh. Iré a lavarme.

-Trae agua por favor.

-Levanta el culo y ve a buscarte un vaso si tienes sed.

Una vez se había levantado los pasos apresurados retumbaron en la habitación, a duras penas había logrado darse la vuelta cuando el ruido chocó contra sus oídos.

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