Capítulo 32: Pauroso.

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El día del juicio llegó, demasiado pronto para desgracia de Ichiji, pues los tres tenían que asistir a testificar en contra de su padre. Por otro lado, Reiju estaba más lista que nunca. Años de preparación amenazaban con culminar ese dia en lo que sería recordado como el juicio final del responsable de todas las penurias de su familia, y nada de esto pasaría por justicia divina de un ser al que, durante su infancia, tantas veces rezo pidiendo misericordia, sino por su propio esfuerzo.

Al entrar en la sala, con su fría mirada, Judge intento intimidarles, desapareciendo instantáneamente la atemorizante fachada tras la que pretendía ocultar su furia, al encontrarse con la sonrisa socarrona de Reiju, recordando a los chicos que el sujeto había perdido su poder y no estaba en condición de hacerle daño a nadie más, cosa que el equipo de psicología se había empeñado en dejar bien en claro.

Rebosante de confianza, la pelirosa enlisto los crímenes en los que el hombre se veía involucrado o había cometido directamente, mostrando pruebas de sobra que lo inculpaban sin dejar ápice alguno de duda, quebrando poco a poco la apariencia estoica a la que se aferraba.

A la hora de testificar, el ambiente se torno pesado para los hermanos, quienes, a pesar de haberse creído listos para la confrontación, sentían duda e incluso temor, pues sus mentes sabian que debian hacerlo, pero los traumas, resultado de años de maltrato que requerían mucho más que una sola visita al psicólogo, no lo hacian nada fácil.

Ichiji, especialmente, temía no poder con la tarea. El sudor frío se ocultaba debajo de su camisa, pero el temblar de sus manos le ponía en evidencia. "Patético" pensó inmediatamente, castigándose por mostrar un semblante tan inusual en él. Sintió las miradas encima y optó por recurrir a la vieja confiable, la ira. A pesar del temor a la idea de volver a perder el control, era un recurso que le había permitido sobrevivir todos estos años, y tal vez no era el mejor, pero no tenía muchas opciones ni tiempo para buscar valor de otra manera.

Aferrado a la idea de no quedar en ridículo públicamente, dirigió la vista directamente a Judge, quien para su sorpresa, no le prestaba atención, el hombre contemplaba cual ave de rapiña a los dos hermanos menores, manteniéndolos a raya, parados rectos cual soldados, evitando el contacto visual. A pesar de la gran desventaja de su situación, aún se atrevía a intimidarlos.

Al instante la vergüenza y el orgullo del pelirrojo se esfumaron, dando paso a ese instinto que por años le había hecho proteger a sus hermanos. Acomodo su corbata poniéndose de pie y, sin más, se dirigió al estrado donde, con voz firme y clara, logró captar la atención de sus hermanos, volviendolos a la realidad. Respondió todas y cada una de las preguntas de Reiju, exponiendo las atrocidades que habían soportado al creer "normales". Como era de esperarse, el abogado defensor quiso hacer su movida tratando de apelar a populares ideas tradicionales que, de tener suerte, invalidarían todo el testimonio.


       -Es evidente que el estilo de crianza de mi cliente puede ser cuestionable para generaciones actuales considerando su alta sensibilidad- dijo el sujeto, tratando de afectarlos, de forma pasiva-agresiva -Pero fue gracias a ese estilo conservador que logró criar a estos jóvenes exitosos -


Niji se señaló así mismo con incredulidad y burla.


       -Además si no les hubiesen metido esta loca idea de haber vivido "maltrato infantil" no estarían quejándose en lo absoluto. Existiria entonces realmente ese maltrato?-


Ichiji pidió amablemente la palabra y esta le fue concedida.


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