Capítulo 3 "De Regreso a Clases"

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Vampire Academy (POV Dimitri) (TRADUCCIÓN) por LizzieMaría85

Capítulo 3 "De Regreso a Clases"

Escoltamos a las jóvenes hacia el edificio de consejería escolar para que recogieran sus horarios escolares, y después observé mientras dos guardianes llevaban a Vasilissa a su primera clase. La Guardiana Petrov y yo caminamos rumbo al gimnasio para la clase de Técnicas avanzadas de combate mientras una Rose ligeramente apagada nos seguía. Íbamos en silencio para no alentar su mal comportamiento.

Tan pronto como entramos al gimnasio, todas las miradas recayeron sobre Rose. Era famosa por su récord delictivo en la escuela, y su regreso era casi tan repentino y misterioso como su desaparición. Algunos de los novicios fruncieron el ceño mientras la observaban, pero la mayoría de ellos la veían con una amable (aunque un poco aturdida) sonrisa de reconocimiento. Rose se acercó a uno de los muchachos, un pelirrojo llamado Mason Ashford, y le dio un pequeño puñetazo en el hombro. Estaba lejos de ser amable, pero era más amistoso que violento.

- ¡Hey Mason! Limpia la baba de tu cara, si vas a pensar en mi desnuda, hazlo en tu tiempo libre. -Bueno, eso fue un saludo bastante inusual. Supongo que sus problemas de disciplina no eran lo único por lo que era famosa. El chico fingió dolor tropezando y estremeciéndose dramáticamente. El resto de la clase regresó a lo que sea que estuvieran haciendo antes de nuestra llegada.

-Éste es mi tiempo, Hathaway. Estoy liderando la clase de hoy.

- ¿Ah sí? Bueno, entonces supongo que después de todo sí es un buen momento para que pienses en mí desnuda.

Le dirigí una mirada interrogante a la Guardiana Petrov, pero solamente me respondió con un encogimiento de hombros y una sonrisa que decía ¿qué se le puede hacer?

-Siempre es un buen momento para pensar en ti desnuda, -comentó otro joven novicio uniéndose al grupo.

Tomé eso como una señal para retirarme. Negué con la cabeza mientras murmuraba por lo bajo en ruso: во что я вляпался?
(¿en qué me he metido?)

Emprendí mi camino rumbo a los dormitorios de los novicios. Los guardianes tenían sus propios departamentos en un ala separada del mismo edificio. Sabía que no tenía tiempo para descansar antes de mi próximo turno asignado en el campus, pero sí tenía el tiempo suficiente para bañarme y cambiarme. Con suerte eso sería suficiente para revigorizarme por el resto del día.

Sin embargo antes de salir del gimnasio escuché mi nombre.

- ¡Belikov! -Me di la vuelta y vi a la Guardiana Petrov unos cuantos metros detrás-. ¿Puedo hablar contigo un momento?

Cómo capitana de la Guardia Escolar y mi superior no tenía opción alguna de decirle que no, incluso aunque quisiera. Miré rápidamente hacia el reloj de la pared esperando que esto no fuese a tomar mucho tiempo antes de cerrar la distancia entre nosotros.

-Quería agradecerte por haber defendido a Rose y por haberla tomado bajo tu tutela. -Alberta me doblaba la edad, pero aun así podía llamar la atención con facilidad. Me sorprendí al ver como su mirada se suavizaba al pronunciar el nombre de la joven delincuente. Era obvio que sentía una especie de afecto por Rose-. Es una cabeza dura y tiene uno de los peores temperamentos que he visto, pero también es extremadamente talentosa y dedicada en todo lo que cree. Con la tutoría adecuada, algún día podría llegar a ser mejor que cualquiera de nosotros. Intenté acogerla bajo mi ala antes de que huyeran hace dos años, pero realmente nunca pude llegar a ella. Espero sinceramente que tu experiencia sea diferente.

Me alegraba ver que había alguien más que reconocía el potencial de Rose, pero empezaba a dudar de mi habilidad para entrenarla. Si Alberta, que la conoce de casi toda la vida, no pudo llegar hasta ella, ¿cómo respondería a alguien que acababa de conocer? Y encima de eso, yo era quien la había traído de vuelta a la prisión de la que tan desesperadamente había escapado hace años. De cualquier manera, sabía cuál era mi responsabilidad y haría mi mejor esfuerzo para domesticar a la chica salvaje.

-Gracias Guardiana Petrov. Haré mi mejor esfuerzo y la mantendré al tanto de su progreso.

-Dimitri, -sonrió-, por favor llámame Alberta. Ahora ve a descansar lo que puedas, este día promete ser todo un reto para ti. -Se dio la vuelta y se marchó dejándome para hacer lo mismo. Salí del gimnasio y atravesé rápidamente el patio.

Alberta me había animado varias veces a tratarla de una manera más casual, al igual que lo habían hecho otros guardianes. Aunque nos dirigimos los unos a los otros por nuestros títulos enfrente de los alumnos y reuniones más formales, generalmente los guardianes se referían entre ellos por su nombre de pila o su apellido. Después de mi propia graduación, había incurrido en la misma práctica y había hecho varios amigos con aquellos que me rodeaban. Sin embargo, después del asesinato de Iván, había decidido ser menos casual. Algo tan simple como ser casual y bajar la guardia podría llevarte a cometer un error. Había aprendido esto por experiencia propia, y no planeaba volver a cometer el mismo error dos veces. Mis habilidades y reputación me ayudaron a hacer bastantes contactos y conexiones en el mundo de los guardianes, pero pocos amigos. Aunque aún conservaba a algunos de mis amigos de la escuela y de mi carrera previa a la muerte de Iván, había sido menos social en los últimos meses. Ahora incluso me encontraba distanciado de mi familia llamándome solamente de vez en cuando para saber de ellas y para actualizarlas sobre mi ubicación y mi trabajo. No podía pensar en alguien a quien considerara cercano ahora. En ocasiones me sentía solo, pero aceptaba de buena gana esto a cambio de la mayor concentración que tenía en mis responsabilidades.

Llegué a mi habitación en un instante. Sabía que era ligeramente más grande que las de los estudiantes, pero eso estaba bien para mí. Algunos de los empleados titulares y permanentes vivían en departamentos no muy lejos del corazón del campus. Incluso había algunas casas disponibles para los Moroi que vivían con sus familias. Era raro que los Dhampir contrajeron matrimonio, y era aún más raro que un Moroi y un Dhampir se casaran y formaran su propia familia, así que todas las casas ocupadas pertenecían a Morois.

Para mí, mi cuarto era más que suficiente. No cubría más allá de las necesidades básicas. Una cama, una mesa y algunas sillas, un pequeño librero. La mayor diferencia entre mi cuarto y el de los estudiantes era la pequeña cocina, y difícilmente la utilizaba para hacer algo más que café. La única decoración era mi creciente colección de libros. Eran el único escape que me permitía a mí mismo, e incluso estos eran escasos.

Me despojé de mi ropa, colgué mi abrigo en un gancho junto a la puerta y deposité la ropa sucia en la canasta de la esquina. Respetuosamente posé mi estaca de plata en la cómoda antes de entrar en el calor de la ducha. Los músculos de mi espalda estaban adoloridos, no tanto por la acción sino por la inacción de estar observando de pie. A menudo era más difícil estar quieto que atacar. El calor penetró mis músculos tensos y los sentí comenzar a relajarme. Salí después de tan solo unos cuantos minutos y me alisté para mi siguiente turno.

Antes de irme, me até el cabello hacia atrás a la altura de la nuca. Suelto me llegaba a los hombros, era más largo que el de la mayoría de los guardianes e incluso que el de algunas guardianas. Sabía que debería cortarlo, pero escondía los recordatorios de mi profesión. En el reflejo del espejo y de la puerta de vidrio de la bañera podía ver una larga "S" en mi cuello, la marca de la promesa, con lo que parecían tres "X" en cada lado. Las seis cruces, marcas molnija, estaban dentadas, como una especie de relámpago. Había escuchado una broma de guardianes que decía que se suponía que representaban la rapidez con la que atacamos a nuestro enemigo: tan rápido como un rayo.

En su lugar, yo veía seis rostros. Uno por cada Strigoi que había matado. Mis seis encuentros cercanos con la muerte. Las seis veces que había sido directamente responsable de arrebatar una vida, incluso si era una desalmada. También veía otros dos rostros, las vidas de mis amigos que se habían perdido por culpa de mi negligencia.

Devolví mi estaca a su funda y me puse mi abrigo listo para mi siguiente tarea.

Adelante la publicación tuve una semana muy difícil por gripe. 🤧🤧🤧🤒🤒🤒

Espero que ustedes estén seguros y a salvo.

¡Qué tengan un lindo fin de semana!.

Alguien más está viendo está historia ojalá que sea así. 🤞🤞

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