Ups.

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—¡ME TIENES HARTA! ¿¡ES ACASO QUE NO VES LO QUE SIENTO POR TI!?—Isabel gritó desesperada con lágrimas en los ojos.

Alexander se tiró a  los labios de Isabel como siempre quiso hacerlo. Se besaban apasionadamente. Diciendose lo que siempre desearon decirse.

El tiempo pasaba pero ellos eran inmunes, lo único que importan eran ellos dos.

A duras penas decidieron separarse, sus respiraciones estaban agitadas, sus corazones latían al compás del otro.

Sus miradas chocaron y vieron ese amor que tanto ocultaban.

—Yo también siento algo por ti, Isabel.

El Rubio y la Pelirroja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora