Sólo tenía una misión: eliminar a su objetivo. El problema era que éste resultó ser su ex compañero, aquel que daba por muerto desde hace dos años.
Ahora ambos trabajarían una vez más juntos en contra de sus enemigos. ¿Lograrían cumplir esta vez l...
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Tan sólo tenía una misión: eliminar a su objetivo.
No sabía con exactitud los delitos de éste, sus superiores le habían dado una breve descripción del objetivo: alto, cabello oscuro, ropa negra; había participado en algo ilegal y era una amenaza.
Es la primera vez en su vida como agente que no sabe ni dónde está parado, y eso le estaba poniendo ansioso.
— Tsk—chistó—, incompetentes. —se quejó mientras presionaba el botón de encendido del comunicador— Aquí agente 13 ¿Alguna novedad teniente?
— Agente 13, el objetivo se está acercando al punto de encuentro. —escuchó la voz de su superior a través del auricular que llevaba.
— En posición. —su contestación fue breve, pero una ligera molestia le hizo fruncir el ceño— ¿Me dirá como luce el objetivo de una vez por todas? No puedo disparar a ciegas teniente.
— Le enviaré una foto de su objetivo una vez llegue al punto. —chasqueó la lengua y la empujó contra su mejilla, un hábito que había adquirido gracias a su ex compañero.
Una opresión en el pecho casi lo descoloca, pero descartó cualquier emoción al instante.
"Separa tu vida laboral de la personal Park" pensó.
— Objetivo a la vista. —escuchó después de unos largos cinco minutos. Una notificación silenciosa alumbró la pantalla de su celular, mostrando que el objetivo tenía una campera "Balenciaga" negra, un jogger y unas botas militares del mismo color.
Extrañamente le recordaba a alguien.
Puso el francotirador en posición, ubicando a su objetivo. Su respiración se atascó y su corazón empezó a latir a mil por hora.
— ¡Park dispara ya maldita sea! —su corazón se agitó. Con las manos temblorosas enfocó la mira en el rostro del objetivo y casi se cae de espaldas por la impresión— Par... disp... obje...
Y la comunicación se cortó.
Un silencio ensordecedor se hizo presente antes de que abriera los ojos en completo shock.
— Hola agente 13. —su corazón dio un vuelco al escuchar esa ronca voz por primera vez en años, agarró el arma nuevamente para verlo, pero ya no estaba ahí.
— J-Jun... tú... estás muerto... —soltó el arma como si quemase, acurrucándose en esa esquina de aquel edificio viejo dónde estaba ubicado.
— Si lo estuviese no estarías escuchando mi linda voz en estos momentos ¿no te parece? —se llevó una mano al pecho, tratando de normalizar su respiración, la cual se tornaba cada vez más irregular.
Hace mucho que no tenía un ataque de ansiedad.
— ¿Jimin? —su voz se escuchó preocupada— respira... no tienes tiempo para eso agente, tienes que salir de allí.
