Cero Compromiso

760 71 44
                                    


Verla reír frente a nuestros amigos era algo tan común, su personalidad extrovertida fue la que la llevó a acercarse a mí en primer lugar. Yo un chico completamente introvertido, ella fue el complemento perfecto desde primero de primaria cuando nos conocimos.

Recuerdo perfectamente bien esa primera vez, se acercó a mí con sus ojos curiosos brillando en su color azul. Me había preguntado mi nombre y halagó mi cabello blanco, solamente le respondí que me llamaba Sesshomaru y en ese momento ella decretó que eramos amigos.

Con el transcurso de los años se fueron integrando algunos miembros más a nuestro pequeño grupo social; Sango, Miroku, Bankotsu y Kikyo.

Ahora estamos en la universidad y nuestra amistad se ha fortalecido según sus mismas palabras. Su familia me considera parte de ella y la mía considera a Kagome de igual manera, en especial Rin que la ama y la admira como lo haría con una hermana mayor.

Hemos pasado por tantas cosas juntos que escuchar su risa ya es una necesidad básica para mi día a día. Experimentamos demasiado uno a lado del otro, desde nuestro primer diente caído, cortes de cabello vergonzosos que nuestros padres decidieron en algún punto de nuestra infancia, bailables escolares, exposiciones de clase... E incluso nuestra primera vez en intimidad.

La ayudé a descubrir lo que le gusta, lo que le excita y lo que no, sus límites y sus fantasías. Ella me enseñó a amar cada centímetro de su cuerpo y anhelar esos inesperados mensajes por las tardes en donde me pedía vernos.

La forma en la que se desenvuelve estando todos juntos tal y como ahora, es la razón por la que ninguno de nuestros amigos se ha dado cuenta de "las libertades y privilegios" que le ha dado a nuestra amistad.

-Chicos, quiero ir a ver La maldición de Romina al cine, pero ir sola nunca me ha gustado ¿me acompañan? - Preguntó Kikyo.

-Por supuesto que iré, si se trata de una película de terror, ahí estaré. - Contestó Sango.

-Una sala oscura viendo una película en la que muy probablemente se asunten, yo también voy. No desperdiciaría la oportunidad de que Sanguito me abracé en lo oscurito. - Añadió Miroku aún sabiendo que eso no sucederá.

-Es más probable que te asustes tú, Miroku. A estas mujeres no las asusta ni el diablo. - Comentó Bankotsu con sorna. - ¿También ustedes van a ir? - Nos preguntó a Kagome y a mí.

-Yo no, mamá me pidió que le ayudara con unos papeleos del negocio y no sé cuánto tiempo me lleve. - Contestó Kagome.

-¿Y tú, Sesshomaru?

-No gracias, escuché que no es tan buena. - Simplemente no me interesa ir si Kag no va.

La plática siguió por unos minutos más hasta que cada quien tomó rumbo a sus respectivos hogares. Acompañé a Kagome a su casa y una vez la vi pasar la puerta, me dirigí a la mía.

El transcurso de la tarde escuché música en mi cuarto mientras adelantaba parte de las tareas pendientes. Mi plan del viernes era pasar la tarde entera así, o eso pensaba hasta que mi teléfono vibró con un mensaje suyo.

-Hola Sessh! 😋

-¿Qué pasa, Kag?

-¿Estás ocupadito?

-Hacía tarea, tú deberías hacer lo mismo.

-Ya habrá tiempo de sobra el sábado, hoy se me antoja otra cosa 😏

-No tienes remedio.

-No seas aburrido Sesshomaru. ¿Podemos vernos? 🥺 Te necesito como nunca.

Solamente Amigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora