Un esposo de mentira.

Capítulo dos.

Capítulo dos.

Luego de esa discusión tan fea con Akira, no le quedó de otra que ir al trabajo, no le dió tiempo ni de descansar un rato. Entre el dolor de espalda por haber dormido en la playa y recordar las últimas palabras de la chica, sus ánimos estaban por el suelo.

- Pero si es que te lo he dicho, eso del matrimonio falso terminaría jugandote en contra algún día macho. -

Y es que Samuel no esperaba menos la verdad, Rubén siempre aprovechaba sus desgracias del día para decirle sus verdades.

- ¿Por qué simplemente no le dices la verdad? - comentó con un suspiro, Sam lo miró con una ceja alzada.

- Ya, es que no sabría cómo hacerlo tampoco. - decía mientras rascaba su barba pensando. -  ¿Y si me dejas practicar? Tú serás Akira ahora. -

- Oh, claro que si, un segundo. - hizo una pose graciosa imitando a la chica.

- Que ella no es así, bobo, pero bueno. - tomando un poco de aire habló. - La verdad es que uso ese anillo de bodas falso algunas veces. -

- ¿Bobo o qué? - lo interrumpió. - Yo te mandaría a tomar por culo Vege. -

- Si, bueno. - suspirando se alejó para agarrar una taza de café y sentarse.

- Samu. - Rubén quiso llamar su atención. - ¿Tas bien? Caminas muy raro. -

- Ya, es mi espalda, anoche dormí en la playa. - explica mientras se sienta en un sillón. Rubén lo mira alzando una ceja. - No me veas así, ya sé, tengo que cuidar más mi cuerpo, pero no tengo tiempo, lo sabes mejor que nadie. -

- Es que, si tan solo dejaras de querer follarte a todo lo que se te cruce y dedicaras un poco de tiempo a ti mismo, tu columna lo agradecería ¿Sabes? - Samuel lo único que hace es asentir ante tal regaño. -  También he escuchado que el youtuber Vegetta777 no hace ejercicio, solo sube escaleras. -

Samu lo miró de manera coqueta. - Las personas dicen que tengo un parecido increíble con él, por algo me llaman con su mismo apodo. -

- Si claro, solo es una coincidencia. - dijo mientras le pasaba una bolsa con hielos, la cual el castaño agradeció.

- Hey papá, necesito dinero. - habló sin presentaciones, era un joven pelinegro que llevaba una gorra de lana en pleno verano.

Rubén enseguida lo miró mal - Oh, buenos días para ti también hijo, no seas maleducado y saluda al doctor de Luque. -

- Ah pues, ¿Cómo está doc? - preguntó el chico, dejando ver un gran acento mexicano.

Samuel no pudo evitar reírse y mirando a Rubén preguntó: - Estoy bien gracias, ¿Por qué el acento? -

- Ay doc, que buena pregunta, estoy haciendo un curso de actuación este verano. - respondió.

- Bueno Alexis, ¿Dónde está tu hermano? - Preguntó Rubén con una extraña sonrisa.

- Oh, está con el tío Alexby. - se apresuró a contestar mientras Rub lo miraba acusadoramente. - En serio pa, te lo juro por mis clases, son lo más importante que tengo. -

- Está bien. - suspira - Toma esto y quiero el cambio completo, ¿Oíste? -

- Entendido. -

-¿Puedo ir a hacer Auron antes de irnos? - una extraña voz se sumó a la conversación y un pequeño niño hizo acto de presencia.

- Claro, está en el fondo cariño. - Rubén le contestó a su hijo pequeño. - Alex, acompañalo. -