¡¡¡ATENCIÓN, LECTORES!!!
Este EXTRA tendrá más de una parte, será narrada en presente y en tercera persona. Por cierto; esta sería su segunda Navidad juntos, aunque la primera no la escribí (perdón, jaja...).
No podía contenerme más a escribir esto, lo siento, soy así. :)
OS AMO!!
* * *
─Estoy muy emocionada─dice Hazel por lo bajo, a fin de que sólo la escuche Aaron─. ¡Ya casi es Navidad!
─Hazel, apenas es cuatro de diciembre─dice Aaron, negando con la cabeza, pero muriéndose de ternura al ver los pequeños saltitos que da Hazel en el asiento del autobús y cómo mueve sus piernas, contenta.
─Me da igual, tú mas que nadie sabes lo mucho que me gusta la Navidad─Hazel le mira a los ojos─. Me encanta ir a las tiendas, puestos y exposiciones de Navidad, comprar la decoración, decorar el palacio, la cena de Navidad, y lo más emocionante; ¡los regalos!
Aaron sonríe con ternura, al ver que ese espíritu infantil, sigue en el interior de Hazel, a sus veintiún años de edad.
─Y a mí me gusta acompañarte a comprarlos─reconoce Aaron, sonriendo.
El autobús se detiene, ambos miran por la ventana y ven que han llegado a su parada. Ellos se levantan, Aaron agarra de la mano a Hazel, para ayudarla a salir y que no se caiga y avanzan por el estrecho pasillo que hay entre fila y fila. Las puertas traseras y delanteras se abren de par en par, y ellos salen por la puerta correcta; la trasera.
Ambos bajan del vehículo y Hazel se detiene al ver una pequeña plaza, abriendo la boca cómo una "O" al ver los puestos de comida caliente, las exposiciones de un Belén enorme y perfectamente detallado, las carpas con decoración navideña dentro, las personas con ropa de abrigo, el clima invernal; ya que está nevando, los villancicos sonando por unos altavoces que no logra ver, y las bolsas que dan en las tiendas para guardar la compra que hayas realizado, con estampados invernales y navideños. Ella sonríe cómo una niña pequeña, nostálgica, emocionada y coge a Aaron de la mano, echando a correr. Aaron ríe a carcajadas al ver cómo el pompón de su gorro blanco se mueve y el cabello largo, liso y rubio, descubierto en la mitad, se mueve también con el viento. A él le encanta su cabello, sus ojos, su sonrisa, la forma en la que su rostro se achina cuándo se ríe...
─¡Rápido!─Bufa, al no poder moverle bien.
─Ya voy─este ríe y camina con pasos largos tras ella.
Entran a una carpa roja y un ambiente gélido les envuelve, haciendo que se quiten los abrigos; y Hazel su gorro de lana blanco, adiccional. Aaron se ofrece a llevar el abrigo de Hazel, para que ella esté más cómoda y se fija en su vestimenta; unos vaqueros negros, haciéndola increíblemente arrebatadora y una sudadera color crema, grande y cálida. Sus botas militares, negras, repiquetean contra el suelo.
Ella va cómo una niña pequeña al ver una juguetería, a observar detalladamente las maquetas móviles que hay en una estantería. Abajo de los modelos, hay unas cajas, por si alguien quiere comprar los modelos. Hazel se detiene en una maqueta, dónde hay una noria, con muñecos imitando a gente subida y nevando. Una música suena desde el aparato. A Aaron le encantaba comprar de esos cuándo era niño, por lo que sonríe con ternura.
─¡Aaron!─Llama─. ¿Podemos comprarlo?
─Está bien. Coge lo que quieras─dice, encogiéndose de hombros. Ella echa una caja a la bolsa, con un par de cosas dentro que ha echado anteriormente
─¡Bien!─Sonríe y se va rápidamente a otra zona de la carpa.
Relaja el ritmo cuándo llega a la parte de las decoraciones para los árboles de Navidad. Entre sus manos hay una caja de plástico transparente, con figuras de estrellas doradas y con distintas texturas. Mira a Aaron y ladea la cabeza, sonriendo súplicamente. Él asiente y ella brinca, despegándose unos milímetros del suelo. Prospera a la decoración hogareña; bolas de cristal navideñas, adornos para los pomos de las puertas, muñecos de nieve para poner en alguna estantería...
Aaron ve una cesta de peluches de renos y niega irónicamente ofendido, recordando a Lynn referencialmente y ríe con desprecio al recordar lo bajo que cayó con ella y lo alto y bien que había hecho al escoger a Hazel. A su princesita.
─¿Te gusta?─Pregunta Hazel con una guirnalda de estrellas de un material fino y resistente, con unas luces enrolladas a la cuerda, en sus manos.
─Me encanta─reconoce sonriendo. Ella le devuelve el gesto y lo lanza emocionada a la bolsa de tela que carga en su hombro, con varias cosas dentro.
La bolsa va tan llena que en cualquier momento explotará, pero a Hazel parece no importarle. Lleva mucha variedad navideña en esa bolsa. Tanto, que están quince minutos para pagarlo todo.
Cuándo salen, Aaron lleva dos grandes bolsas en sus antebrazos, cuáles antes cargaban abrigos que ya se los han puesto porque han salido al frío exterior. Hazel termina de ponerse su gorro y avanza rápidamente a un puesto de chocolate caliente recién hecho. El aroma invade las fosas nasales de ambos y el apetito hace acto de presencia también.
─Aaron, ¿podemos comprar dos vasos de chocolate, por favor?─Suplica.
─Hazel, no es hora de chocolate. Cuándo sea más de noche, ¿está bien?─Dice comprensivo.
─Bien, ahora iremos a las exposiciones─reta.
Dan vueltas y vueltas por la plaza hasta que sus piernas piden un descanso a gritos. Llegaron a las seis de la tarde allí y vuelven a la una de la mañana.
Ellos llegaron, compraron, bebieron, tuvieron sus momentos íntimos, ríeron, disfrutaron hasta que sus cuerpos no podían más.
Están de camino a casa en un coche, con un guardia del palacio de conductor, ya que Aaron lo solicitó unos minutos atrás. Ellos van riendo y charlando cómo una bonita pareja que son.
─Me lo he pasado genial─reconoce Hazel, apoyando su cabeza en el hombro de Aaron.
─Yo también─Aaron echa la cabeza para atrás en señal de cansancio─. Mañana vamos a tener resaca, lo sabes, ¿no?
Ambos ríen ante eso y Hazel niega sonriente.
─Sí, pero merecerá la pena.
─Eso sí─le da la razón encogiéndose de hombros, con cuidado para no hacer daño a Hazel.
Hazel levanta la mirada a los ojos de Aaron y él hace lo mismo, teniendo un contacto visual que a cualquiera le causaría mariposas en el estómago. Ella pone su mano en el brazo de Aaron y hace con sus dedos rítmicos movimientos circulares en este, en señal de sus castos sentimientos hacia él.
─¿Cuándo decoraremos el palacio?
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¿Promesa? [✔️ COMPLETADA] ©
Teen FictionCanadá, un bonito país, una buena realeza y un futuro rey de veinte años condenadamente guapo. Aaron debe buscar una esposa para convertirla en reina con él, allí es donde conoce a Hazel. Una campesina de apenas diecinueve años que es obligada por s...