Capitulo 9

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Al día siguiente ambas mujeres volvieron a Sicilia, no se miraban y hablaban lo justo y necesario nada más que eso, cada una tenía un lío en su cabeza.

A pesar de que la rubia no quería ni mirar a la mafiosa lo hacía cuando está no se daba cuenta y se llevó una grata sorpresa verla vestida no tan formal como solía hacerlo, de hecho le gustó que esta se pusiera la ropa que había escogido para ella.

Al llegar a la mansión Adriano las estaba esperando en la sala, por las caras que estas traían y porque evitaban a toda costa mirarse este sabía que había pasado algo igualmente no le sorprendía sabia que a la castaña le gustaba la rubia solo que se hacía la indiferente.

Sofía subió a su habitación a darse un baño mientras que la castaña se fue a su despacho a hablar con Adriano, al entrar en este se tiro en un sofá y suspiro.

-Al parecer el viaje fue duro ¿verdad?

-Más de lo que crees, esa mujer si que es todo un reto y muy complicada.- Francesca le contó todo lo que paso con la rubia sin omitir nada dejando a un Adriano muy sorprendido.

-¿Y porque no le has hablado?

-Tengo la cabeza hecha un desastre.

-¿A qué te refieres con eso?

- Cuando la conocí creí que era calentura solamente, pero ahora me interesa saber de ella, conocerla y eso me asusta.

-No lo puedo creer, Francesca Amatos la reina del hielo y que no le teme a nada, esta asustada por una rubia indefensa.- Aunque quisiera Adriano no podía dejar de reír era la primera vez que veía a la castaña tan asustada e indecisa.

-No seas imbecil Adriano.

-Tú nunca has tenido piedad por quien te traiciona y muchos menos quien te roba, eres tan fría que fácilmente pudiste haber puesto una bala en la cabeza del padre de Sofía. Dime la verdad ¿porque aceptaste cuando Sofía se ofreció? - las palabras de su amigo resonaban en su cabeza, ya había pensado en eso pero era mucho mas difícil decirlo en voz alta.

-Yo fui con el fin de matarlo, no me interesa que me devuelva el dinero lo que yo no acepto es que me hayan traicionado así sea alguien importante para mi u alguien que trabaja para mi.

-¿Entonces que hace Sofía aquí?

-Cuando la vi, me quedé hipnotizada por su mirada y era tan hermosa que quería poseerla, por eso acepte, pero cuando ella despertó en la sala me sorprendió su carácter y que no me tenía miedo.

-¿Sientes algo por ella?

- A penas la conozco, no se nada de sus gustos o lo que quiere en su vida, pero con una simple mirada ella hace que mi pecho duela, cuando me toca me siento tan indefensa y tan pequeña como nunca me había sentido, ni cuando mi madre me abandono me sentí tan expuesta y débil. - Francesca miraba el techo abriéndose con su amigo.- Quiero alejarla porque puede hacerme daño como ella quiera, pero por otro lado no quiero que pase porque lo que ella me causa me hace sentir viva y no una máquina sin sentimientos como lo he sido siempre.

-No solo sientes calentura, esta empezando a gustarte ¿Porque no le dices estas cosas? -Esas palabras le causaron gracia a la castaña.

- Ella no me correspondería, piensa que soy lo peor por la forma en la que nos conocimos.

-Entonces acércate a ella y muestrale lo que guardas bajo esa coraza.

-No se como hacerlo, ella me rechaza cuando intento preguntarle algo.

-Francesca, te rechaza porque eres muy brusca, tu solo sabes dar ordenes, brindale confianza y ella te dejara acercarte.

-Es fácil decirlo pero aplicarlo para mi es imposible.

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