Parte única

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Los domingos solían ser melancólicos con un gran toque de tristeza, pero otros tenían un toque de felicidad, una tan dulce que se derramaba en su corazón como la miel y recordándole la razón por la cual ahora podía estar justo debajo de los rayos del sol.

Esa tarde, Noni había decidido ir junto a su familia a un picnic pescarían su propio almuerzo, aunque seguramente lo haría Julio como siempre terminaba sucediendo. El pequeño niño, Tanizen, corría detrás de su padre con una gran sonrisa y emocionado de llevar una caña de pescar con la cual estaba seguro que se llevaría la victoria de hoy. Había pasado seis años desde que Juan del otro universo los visitó, trayendo consigo parte de la paz que tanto anhelaron.

Tal como se lo prometió a su jefe, Noni reabrió la tienda de empeño lo cual le tomó demasiado tiempo llevarlo a cabo. La inseguridad de fallarle a Tanizen rondaba por su cabeza, pero fue el propio Auron quien lo alentó, los dos llevaban en el pecho el dolor de haberlo perdido.

—Él podía confiar en ti, siempre lo hizo y es hora de que tú también confíes en quién eres.

Esas fueron las palabras de Auron para Noni, las que terminaron haciendo llorar a la pobre vaca.

Todos sabían de la valerosa acción que hizo Tanizen para traer el sol a los pueblos, su legado seguiría en manos de Noni, en cada negocio que fue abierto y que se sostenía con la ayuda de los habitantes. Parecía que Tortillaland revivió con mayor fuerza y en cada aniversario de ese hecho todos se reunían en "Empalas Tanizen" donde permanecían unos minutos para después charlar y quizás explotar alguna cosa durante una fiesta improvisada.

Justamente el día de ayer todos se reunieron y la casa de Ollie fue la elegida para celebrar su fiesta del "sol", día ya conmemorado.

Noni estuvo especialmente nostálgico, recordando los días junto a su jefe, pensando en lo mucho que le habría gustado de disfrutar de esa fiesta. Las risas de sus amigos, los abrazos y bromas pesadas que sólo ellos comprendían. El ambiente no deseaba arruinarlo con sus lágrimas y con la pesada carga que tenía en el pecho, en cuanto no estuvo en los ojos de los demás decidió retirarse.

El césped era tan áspero bajo sus patas, tan fríos a causa de la lluvia que comenzaba a mojarlo, no le importaba que sucediera esto así que tomando impulso se movilizó al lugar donde escapaba cuando necesitaba estar a solas. A diferencia del año pasado, sus sollozos fueron más ruidosos y no podía parar de llorar, estaba seguro que Tanizen le daría más de algún golpe, pero era imposible no sentirse de esa manera. Desde que llegó a ese lugar fue Tanizen quien le brindó una mano, un hogar, un trabajo y un sentido para vivir.

—Tanizen estaría bastante decepcionado de ti.

—Dudo que sepas lo que pasa por su cabeza, cariño. —Recordó Noni con una pequeña sonrisa antes de sentir la calidez del brazo de Julio sobre sus hombros.

—Ese tipo era demasiado predecible, además de ciego, aunque antes de quedar en esa condición ya lo era.

— ¿Por qué lo dices?

—Tú y yo sabemos muy bien de lo que hablo, mi amor.

Noni pareció incómodo por el repentino cambio de tema en la conversación, pero en los ojos de Julio no existía reproche alguno, tal vez un poco de celos por la conexión tan fuerte que tenían esos dos. Para nadie era sorpresa la relación tan significativa entre Noni y Tanizen, siempre juntos incluso en sus peores peleas, pero siempre volviendo a unirse y siendo más fuertes de lo que eran.

Los únicos que parecían estar ciegos a la profundidad de los sentimientos eran los involucrados. Julio apareció en la vida de Noni como un buen amigo, pero su relación fue escalando lentamente siendo una amenaza para la amistad con Tanizen, ya que los dos se veían como un enemigo. El toro fue claro en sus intenciones desde el principio y Tanizen creía que esos sentimientos eran algo pasajero, que Noni jamás se iría de su lado porque era tan egoísta que no era capaz de ver más allá. La muerte de Juan durante el enfrentamiento con Xena hizo que Tanizen cambiara su perspectiva de la vida, creyendo que no necesitaba a nadie más y cortó lazos con todos incluyendo a Noni. Un golpe del cual ninguno de los dos se pudo recuperar. Los años avanzaron y todos aquellos sentimientos fueron enterrados por los dos, se congeló y se volvió oscuridad tal como sus días a días.

Noni encontró tranquilidad y amor en Julio, fue él quien trajo un rayo de luz a sus días.

—No creo que sea momento de hablar de eso.

— ¿Cuándo lo será? —Preguntó Julio con bastante serenidad—. Escucha, cariño, si vine aquí es porque sabía que necesitabas un abrazo. No estás solo, me tienes a mí y a nuestro hijo, pero también sé lo que significaba Tanizen para ti. Lo que fue él una vez en tu vida y no hablo de la relación jefe-empleado, ni de su amistad.

—Eso es pasado, mi presente y futuro eres tú, mi amor.

—Lo sé, tuve la fortuna de conocerte, de ser parte de tu vida y de tu corazón. Sin embargo, no te das cuenta de la razón por la cual te encuentras así y es porque sigues sobre pensando en lo que pudo haber sido de él, de ti, de ustedes. —El toro alejó el brazo con lentitud y ayudó a Noni a secar sus lágrimas—. No puedes seguir así, nuestro hijo se da cuenta de la tristeza en tus ojos y él está creciendo. Si necesitas llorar hazlo con nosotros, somos tu familia y te amamos.

—Lo lamento tanto, es que no quiero abrumarlos o...

—El dolor en tu corazón debe salir, cariño, ya no lo sigas ocultando. —Frente a Noni lo sostuvo por los hombros y sonrió cuando notó cierta timidez —. Él siempre te amó, querido.

— ¡Pero qué cosas dices! Mi jefe no estaba enamorado de mí.

—Por favor, mi amor, no te mientas.

—Yo te amo a ti, sólo a ti.

—Y yo te amo a ti, mi amor. No dudes que él te amó y que si hubiese sido más valiente te habría obligado a que te casaras con él.

Ambos se rieron, pero más Noni y es que justamente recordó la ocasión en que Tanizen corría tras de él furioso con un anillo, ofendido por la respuesta negativa a la supuesta petición de matrimonio que al final, sólo fue una broma. O eso pensaba Noni.

—Tanizen se fue sabiendo que no estarías solo, amor jamás te faltará y mis brazos siempre estarán para ti, cariño. Es momento de que veas al cielo y te des cuenta de lo inmenso que es, no sólo hay nubes grises también se encuentra la luz, el sol. Gracias a Tanizen puedo estar ahora contigo y no pienso soltar tu mano. Recuerda todo lo que hizo él por ti, estoy seguro de que, tú fuiste el sol en su vida.

La charla había sido cerrada en un fuerte abrazo con Noni llorando entre los brazos de su esposo, esa noche se marcharon juntos a su hogar encontrándose a su hijo ya dormido.

Ese domingo por la mañana, Noni despertó con más energías y un brillo especial en los ojos que habían desaparecido desde que se enteraron de que serían padres. Por lo mismo, propuso ir a pescar y almorzar al aire libre.

Sentado en el césped miraba a Julio y a su pequeño Tanizen lanzando la carnada para los peces a través de sus cañas. El hablar con Julio ayudó un poco a soltar parte de lo que llevaba escondido durante tantos años, el arrepentimiento de no haber cuidado de su mejor amigo, de cuidar la relación tan estrecha que formaron.

Esperaba que en algún universo pudiese estar con Tanizen en tranquilidad, viviendo sus aventuras juntos y que siguiera siendo el sol que alimentara su corazón, así fuese solamente un secreto a voces.  

Bigger Than The Whole Sky ﹙NONIZEN﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora