Ocho.

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HENRY HIZO su camino de regreso a la escuela, Erica en su brazo derecho

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HENRY HIZO su camino de regreso a la escuela, Erica en su brazo derecho. Le envió una sonrisa a la pequeña rubia, observándola calentarse con su nueva confianza.

—¿Supongo que no quieres un gracias? —Erica cuestionó, sus ojos saltando de una persona a otra.

—Lo que te apetezca. —Henry la miró por una fracción de segundo antes de que sus ojos se posaran en las dos morenas.

Erica se agachó y agarró una manzana de uno de los muchos estudiantes que los miraban.

—Entonces, gracias Henry.

Una sonrisa genuina cayó sobre sus labios ante la frase.

—De nada.

Los oídos de Henry se animaron cuando escuchó las voces familiares del trío dorado. La primera voz, sin embargo, no era familiar.

—¿Qué diablos es eso?

Henry los buscó entre la multitud de estudiantes, su sonrisa de firma encajó en su lugar una vez que lo hizo.

—Es Erica. —respondió Scott, sus ojos fijos en los dos mientras se acercaban.

—Y Henry Hale. —agregó Stiles. —Supongo que están con Derek.

—O el uno al otro. —sugirió Lydia, mirando la pareja, la sonrisa de Henry creció ante esto. Los dos estaban casi lo suficientemente cerca como para unirse a la conversación.

—Creo que Henry se balancea como Danny boy. —murmuró Stiles. Sus manos moviéndose en un movimiento de swing de béisbol.

—Eso es lo hermoso de ser bisexual. —afirmó Henry. Puso sus manos sobe la mesa frente a Stiles, sus brillantes ojos azules enfocándose en el chico. —Puedo y quiero tener ambos.

Henry se inclinó hacia atrás, Erica envolvió su brazo alrededor de él. Le envió una sonrisa a la mesa antes de que los dos se fueran con la rubia girándose para darle un guiño a la mesa. 

—Odio ser quien lo diga, pero son lindos juntos. —murmuró Lydia mientras los miraba alejarse.

—El término que estás buscando es caliente. Ese es un par de dos personas calientes. —Stiles hizo una pausa. —Dos asesinos calientes, en realidad.

—No sabemos si Erica murió, solo Henry. 

Henry dejó de escuchar la conversación y se dirigió a la mesa que solo ocupaba una persona. 

—Boyd, ¿verdad? —Henry preguntó, sentándose frente a él. —Henry.

—Esa fue una gran entrada que ustedes dos hicieron allí. —comentó el niño, tomando otro bocado de su almuerzo preparado en la escuela. —Tengo la atención de todos en este momento.

—Fascinante, ¿te gustaría unirte a nosotros? —Henry levantó las cejas, una pequeña sonrisa tiró de la comisura de sus labios.

—Confía en mí, te sentirás mucho mejor. —dijo Erica, dando otro mordisco a la manzana que había tomado. —Todo lo que tienes que hacer es decir que sí.

Boyd hizo una pausa, mirando a los dos. 

—¿Hablas en serio? —se burló. —¿Qué podrían hacer ustedes dos para ayudarme además de un cambio de imagen?

Henry mostró sus colmillos mientras Erica revelaba sus garras.

—¿Qué demonios?

—Ya te acostumbrarás, yo lo hice.

°°°

HENRY los condujo a los dos a la casa Hale, empujando las puertas para abrirlas.

—¡Todavía no sé por qué accedí a ayudarte! —Henry gritó desde las escaleras, hurgando en la sangre seca debajo de sus uñas.

—Pero lo hiciste de todos modos. —respondió Derek, bajando lentamente los escalones. —¿Ya lo convertiste?

—No. —dijo Henry, caminando hacia la sala de estar, solo para encontrarse con Isaac. —Me olvidé de ti.

Isaac se burló, sus cejas se fruncieron.

—¿A dónde vas? —llamó Derek, viendo a Henry alejarse.

—Para agarrar un abrigo.

Henry caminó hacia atrás con un grueso material negro colgando alrededor de sus hombros.

—¿Vamos a poner este plan en acción o qué?

Derek suspiró, mordiendo la muñeca de Boyd antes de salir por la puerta.

—Pongámoslo en movimiento.


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