Capitulo 4:

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-Hola de nuevo- entre con una sonrisa- perdón por tardar, pero ya sabes cómo soy cuando me pongo a leer, pierdo la noción del tiempo.


-Ya lo sé cariño- dijo mi madre con una dulce sonrisa- que contenta vienes, parece que leer te ha animado.



-Si quizás sea eso-soltando tal carcajada que cualquiera pensaría que estoy loca.


-Bueno, prepárate que nos vamos a cenar- dijo mi madre levantándose del sillón y apagando la televisión a través del mando a distancia que luego dejo en la mesa.

De camino al restaurante, le explique el libro que estaba leyendo, pobre mi madre, había oído ese resumen millones de veces, pero me escuchaba y se interesaba como si fuera la primera vez que lo oía. Me ahorre el detalle del chico, no lo vi necesario, y ya vería que haría con su número más tarde.

Llegamos al restaurante y nos atendió la misma señora que al medio día, esta vez mi madre cogió un poco de ensalada, un trozo de pescado y una pera para el postre, yo me serví un poco de sopa, cogí un poco de pan y un yogur para el postre. Al dirigirnos a las mesas, vimos que estaban casi todas ocupadas, de forma que nos sentamos en la primera que vimos libre, era de cuatro, y no había nadie más, al menos seguía teniendo vistas hacia el prado.

-Es más bonito que si lo viésemos de día, me encanta la iluminación de la luna- dije, notaba como iba volviendo a ser yo, y eso me gustaba.


-Siempre has sido más nocturna tu-se río mi madre- siempre te gusta estar hasta las tantas entretenida con tus cosas o saliendo por ahí.


Miraba tan embelesada el paisaje nocturno que no me di cuenta que había gente a nuestro alrededor hasta que escuche una voz familiar.

-Perdonen, no encuentro ningún sitio-dijo aquella voz- les importaría que me sentara aquí.


-No en absoluto-dijo mi madre- Laura ¿Estás ahí?


-¿Qué?- me giré y lo vi- Hola Lucas, ¿Qué haces aquí?


-Perdón, mi hija suele estar un poco distraída a veces.


-Lo sé- dijo Lucas- cuando la he conocido estaba igual.


-Eh dejaos de meteros conmigo creando una alianza- dije riéndome- por cierto- Lucas, esta es Carol, mi madre, mamá este es Lucas.


-Un placer- dijeron ambos a la vez.


-¿De qué os conocéis?-preguntó mi madre.


Ahí va otra vez, empezamos interrogatorio. Pensé mientras esperaba a que Lucas respondiera.

-De antes, hemos coincidido en la biblioteca y estábamos leyendo el mismo libro.- contesto sin perder la sonrisa.

Pobre de él, como sigua preguntando ya verás, desaparecerá esa bonita sonrisa y el de nuestra vista. Baja a la tierra, solo es majo, estarás con él unas horas.

-Todos estáis enamorados de ese libro al parecer- dijo mi madre ladeando la cabeza- al final me lo tendré que leer, todo y que mi hija me lo explicaría palabra a palabra- acaba riéndose.


-Es bastante bueno, se lo recomiendo señora-dijo Lucas mientras se sienta a mi lado- por cierto, que aproveche.


-Por favor, llámame Carol-dijo mi madre.

La cena transcurrió con una conversación entre mi madre y Lucas, yo decidí profundizar en el paisaje que rodaba por la ventana, captando cada dulce detalle, acabé la cena, y decidí marcharme y dejarles hablar tranquilamente. Dejé las cosas en su sito y me dirigí hacia el camarote, decidí acomodarme, de forma que abrí la maleta para sacar el pijama, una vez cambiada me dirigí al baño y me lave los dientes, mi plan para esta noche sería ver la tele relajadamente, o al menos, eso pretendía.


Una vida para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora