CAPÍTULO 8

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–🔞

–Tu trasero es precioso, cielo –La mirada perdida en lujuria– Me pregunto como se vería con un bonito encaje. –Al menor no le pareció una mala sugerencia.

En la oscuridad de la habitación resaltaba mi piel clara y mi aún delgada cintura, levanto mi vista hacia arriba, el espejo posado encima nuestra, serpentiando mis caderas para atraerlo, este hombre si que me volvía loco.

Estaba tan cegado por el amor que sentía. Creo que si hubiese sido así, no sería tan trágico como la verdadera razón, pero él ni siquiera supo que estoy enamorado, no de una forma sana, para ambos, no lo culpo, también tengo mis inseguridades.

Sintiendo el agarre fuerte a mis muslos, dejando caer el peso de su cuerpo, devorandome sin piedad el cuello y mi pecho, mis gemidos es combustible para que siga, cuando tuve la oportunidad de que su vista se posara en mis ojos lo tomé de las mejillas con ambas manos para repartirle besos con suma ternura, riéndonos en el acto.

Saco un gemido muy fuerte por la mordida en mi entrepierna, bajando con besos y lambidas hasta mi intimidad, no para de saborear mis muslos, mi cubro con mi brazo por más lejos que llegamos para sentir vergüenza, es que no paraba de mirarme con esos ojos que me derriten por cada acto suyo deseoso de mi cuerpo, mis gemidos invadía la habitación dulcemente junto sus jadeos del mayor, conteniendose de que me empotre aquel estadounidense sin piedad y delicadeza.

Para ser mi primera vez, pareciese que lo hará inolvidable, ahora mismo en lo único que pienso es en su enorme pene palpitante deseoso de entrar en mí.

Agh-a~ Ah~ mmgh~! –Empezó a chuparme el pene, una sensación increíble, más de hacerlo uno mismo, una sensación nunca antes experimentada– No pares USA, me encanta~–Dejando que me corriera en su boca, se acerca hasta mis labios, mis piernas abiertas de par en par tiritando, devorandome la boca incontables veces, enrojeciendolo más de lo que estaba por tanto manoseo, por el espejo pareciese que tuviera labial puesto sutilmente.

¿Me veo bonito? Ahora mismo me veo como un pastelito en bandeja de plata, siendo devorado por un gran lobo y su apetito voraz, si terminaré de esta forma, me encargaré que no dejes migajas.

Pero en vez de llenarte el estómago, lo vaciaré y tu llenarás el mío.

Sus manos se posicionan en mi cuello, sintiendo un leve temblor, como si lo dudará, nene, si llegamos a este punto, puedes hacerme lo que sea, lo sostengo de una mano para que presionará con más fuerza, y con la otro posiciono su pene en mi entrada, húmeda por el calor de nuestros cuerpos y su saliva, lanzándole una mirada atrevida y una sonrisa juguetona –Pequeña perra viciosa –Me lo dice con su voz ronca y jadeante en el oído, recorriendome un escalofrío excitante por mi espalda mientras acaricia mi cuello –Dilo otra vez, sonó bonito – le respondo entre jadeos, dirigiéndome otra vez la mirada, para besarme y se escuchara el sonido obsceno al compartir saliva y saborear nuestras lenguas, siento como levantan una de mis piernas, lo posiciona en su hombro, agradezco lo flexible que es mi cuerpo, pero con fuertes estocadas de un toro, no se si me servirán las piernas para el amanecer.

Su pene va rozandome, sin parar de besarnos, enrollando mis brazos alrededor de su cuello para sentir su calidez.

–Por favor, espere, el amo esta ocupado, esperelo en la sala, permitanos avisar su llegada, por favor, espere –Va correteando el mayordomo de la mansión, tratando de detener al hombre que caminaba a prisas sin escucharle.

–Espere, no podemos dejarlo entrar a su habitación sin previo aviso, sea consciente, no le tomará mucho tiempo esperarlo, espere –Pero la actitud de aquel hombre era como hablarle a la nada, no paraba de caminar rápidamente mientras el mayordomo trataba de seguir su paso con tropezones de ponerse en frente suyo, llegando así hasta la habitación principal del dueño de aquel lugar. –Ábrelo –Lo mira esperando a que llegara hasta donde estaba tratando de recuperar el aliento, sin antes desconsertarlo por un jadeo detrás de esa inmensa puerta.

–¿Estás sordo? Ábrelo de una puta vez –Lo miraba cual bicho fuera, intimidante. Dudoso, el mayordomo tomó las llaves, pero no era un buen momento ni buena idea abrir esa puerta, lo que eligiera dependía su trabajo y talvez hasta su vida. –Por favor, permítame avisarle antes, se lo ruego. –Se hizo para atrás casi en un salto cuando aquel hombre golpeó estrepitosamente la puerta– USA, se que estas aquí, sal de allí si no quieres que derriba esta puerta–Y no paraba de golpear la puerta con suma fuerza que las bisagras temblaban en el acto.

USA, ¿Escuchaste eso? –Deteniendo el acto, mientras trataba de llamar la atención de su amorcito hundido en la pasión y atontado por la lujuria. –No debe ser nada darling~ –Preparado para entrar de una en su menor, si se trataba de recobrar la consciencia, su menor era más rápido que él, llamándolo con delicadeza no servía ya que esta bestia no estaba en sus cabales, siendo besado por el cuello nuevamente, dedicándole palabras lujuriosas y obscenas por lo que le haría, pero la paciencia se le acababa, podría ser un terremoto o un robo, y este niño grande no se daría cuenta por lo caliente que esta —Por lo que más quieras USA, cállate o me voy –Sentenció enojado para advertirle del ruido—El único lugar al que vas a ir es a nuestra casa, amor mío –Me lo recuerda, como si avergonzarme fuera ya un trabajo a tiempo completo. No estaba para jugar al dar y recibir, el ruido no paraba, donde una patada a la puerta de aquel hombre fue lo que hizo reaccionar al estadounidense –¿Quién mierda molesta? –Apesar de que con el menor era su primera vez, odiaba que lo detengan en el momento de desvirginar a su pequeño y ponerla también, arruinaría la vida de esa persona sin duda, pero se abrió la puerta con fuerza, la puerta no estaba cerrada del dormitorio de aquel cuarto, sin darle tiempo a poder salir de esa pose o estar presentable, o también cubrir a su pequeño bombocito.

–Así que estabas perdiendo el tiempo en este lugar teniendo sexo con . . . –Si no fuera por lo ágil que fue en cubrir con la sábana al boliviano, y ponerse detrás de la espalda del mayor, sabría con quien estaba, dando una silueta femenina como consecuencia– Una mujer, vaya pensé que te gustaban las maduras o alguien de tu tamaño, pero parece que elegiste a una jovencita para tu primera vez, frágil . . . Y pequeña, al parece escuchaste mis recomendaciones –Por alguna razón, se sintió como una punzada en su pecho para el menor, ¿Realmente era tan pequeño? ¿Frágil? Temblando como resultado, avergonzado, ante esto USA respondió –No me vengas con tus idioteces, a que viniste, Canadá –Mientras aquel hombre en su enfrente de manera juguetona trataba de ver detrás de USA –Primeramente vine para saber de tu ausencia, no es que no vinieras, solo que cada reunión nosotros nos divertíamos en algún lugar con el grupo, pero te ibas tan rápido y tu excusa era tu dolor de cabeza, y si que tienes dolor de cabeza, y una muy pequeña.

–Deja de tratar de cambiar el tema, como sea, hablaremos en otro lugar, espérame en mi oficina, iré en unos minutos. –Respondió con una voz que demostraba fastidio cada vez que trataba de ver a la persona detrás suyo. –No tengo problema en hablarlo aquí y así, no me incómoda, y lo sabes.

–Shit, solo ve.
–Déjame verla e iré.

𝘿𝙀́𝙅𝘼𝙏𝙀 𝙑𝙀𝙍 (USA X BOLIVIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora