La verdad que después de esto ya no hace falta cenar, será un día especial que fuéramos a parar aquí a comer algo. Empiezan a traernos la comida, las bebidas, todos estamos contentos comiendo, les cuanto como me ha ido el colegio, lo que hemos hecho, mi padre siempre está con lo suyo, intenta hacernos caso, pero tampoco hay que reprocharle nada, aparte de trabajar de noches, escribe novelas y siempre anda ocupado. Mi madre es la que nos hace más caso, tiene poca paciencia con nosotros, pero siempre está cuando lo necesitamos. Llega el momento de pedir los postres, como siempre mi madre y yo pedimos alguna tarta de chocolate o algo que lo lleve. Mi padre se pide la tarta de queso y su café. Como dije antes, tenemos los gustos cambiados, pero de personalidad iguales. Si, hago muchas payasadas como dice mi madre. Mientras esperamos el postre, cojo los juguetes de debajo el carro, nos ponemos a jugar el Gonzalo y yo. Me fastidia que siempre que tengo un juguete, carta en mi mano, él también lo quiera. Me regañan que se lo dé que entienda que soy el mayor y tengo que dar ejemplo. Pero, ellos no saben que siempre agarro el juguete que no quiero para engañarle. Lo curioso que éso lo aprendí de mi padre. Saber llevar a la gente y tenerla contenta. Al acabar los postres, el café mi madre se levanta para ir a pagar en la barra, mi padre coge en brazos a mi hermano Gonzalo y lo pone en el carro. Yo pongo bien las sillas, el camarero regresa a la mesa para recoger los platos, yo le ayudo, él me lo agradece, siempre dice que soy muy servicial, eso lo aprendí de mi madre. Le pregunta a mi padre si éste fin de semana iremos al partido de fútbol, mi padre le dice que no podremos ir ya que trabaja de noches. Lo escuchará por la radio. Mi madre volvió y vamos hacia el paseo de vuelta a casa. Sin antes pasar por una de las librerías que nos encontramos de camino a casa, se llama "La Librería Ambulante". Entramos, nos vamos directos a los libros de dibujos mi hermano y yo. Tienen una sección de libros infantiles, con una mesita pequeña y sillas. Mi madre se va directa a las novelas de romance, mi padre a las de fantasía, mi padre escribe novelas de ése género. Mi padre regresa de allí, se sienta con nosotros, siempre le pregunto, cuando podremos ver su primera novela en las librerías, él me sonríe y me dice que pronto. Ya me gustaría que los libros que tiene ya publicados se pudieran ver en las estanterías, que la gente las viera expuestas, que se haga famoso, eso también se lo he comentado. Él siempre dice que no le gustaría ser muy famoso, le gusta pasar desapercibido, no lo entiendo, a mi si me gustaría que la gente viniera a querer hacerse fotos conmigo. Volviendo a los libros infantiles, viendo que mi madre sigue aún en su sección, mi padre coge un manga de Goku, para que lo miremos y así estar entretenidos. La verdad que en casa nos encanta el Anime y ver series de éste tipo. Mi familia es muy "Friki", tanto mi madre como mi padre. Vuelve mi madre, nos levantamos de las sillas, nos despedimos de la dueña de la librería y nos disponemos a volver a casa, es tarde, ya no hay Sol. Al llegar a casa, nos preguntan si queremos un vaso de leche con galletas antes de irnos a dormir, la verdad si me apetece leche calentita antes de ir a la bañera.
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Soy Leo. ¿Haré caso a la primera?
Fiction généraleUn día a día de mi hijo mayor que se llama Leo. Con un poco de humor, pero impredecible.