Jungkook jugueteaba con sus manos, sentado en el asiento del copiloto de la camioneta de su ex. De alguna manera extraña, se sentía nervioso. Esta era la primera vez que iría a la casa de los padres de Namjoon, y la sensación era similar a la que se siente al conocer por primera vez a los suegros. Claro que, el pequeño Jeon nunca había experimentado algo así, porque a éstos los conoció una vez que ya hubo terminado su relación con Nam, y los de Yoongi ni siquiera llegó a conocerlos, o a saber algo de ellos.
Dejó salir un suspiro y bajó la visera parasol, observando su aspecto en el pequeño espejo en esta, acomodando su cabello con un mano y acercándose un poco más para asegurarse que el brillo que le gustaba usar en sus labios, estuviera perfecto.
―Estás hermoso como siempre ―oyó a su lado, girando a ver a su emisor.
―¿Uh? ―los ojos grandes de Jungkook lo miraron en una pregunta silenciosa. El contador señaló la visera con una sonrisa.
―Aun si no te arreglaras, seguirías viéndote muy hermoso ―se aventuró a elogiarlo. El menor, entendiendo de qué hablaba, se ruborizó hasta las orejas, regresando a su lugar la visera parasol y desviando su mirada hacia la ventanilla. El exterior era ligeramente oscuro a esas horas y sólo lo iluminaban los focos de la autopista.
―Gracias ―musitó bajo, después de un breve silencio.
Namjoon se sorprendió de oírlo, pues estaba esperando un llamado de atención. En ocasiones anteriores, en que había comentado su parecer, asegurando que el menor era la persona más bella sobre la faz de la tierra, por lo general, el chico le decía que no lo mencionara, o que no era correcto que dijera esas cosas. Ahora, obtenía un moderado agradecimiento, y no sabía qué pensar de ello. Había muchas preguntas que últimamente no tenían respuesta aparente para Namjoon, pero tampoco se atrevía a decirlas en voz alta, decidiendo esperar a que el mismo Jungkook lo comentara. Si éste no lo hacía, él no se sentía en posición de hacerlo tampoco.
Tras cuarenta minutos de viaje, con charla casual y algo de música para acompañarlos, llegaron a la casa de la familia Kim. Estaba ubicada en un barrio residencial similar al suyo, con el césped y los arbustos cuidados y podados a la perfección, seguridad en la entrada y bonitas cercas de madera blanca. Las construcciones parecían simples, pero eran lujosas en sus terminaciones, evidenciando que no cualquiera podría permitirse vivir allí. Namjoon aparcó frente a una de color grafito, aunque Jungkook dudó si era porque la noche había caído, y tal vez se tratara de un color mucho más claro a la luz del sol. Sin embargo, al acercarse unos minutos después, recorriendo el sendero del jardín frontal, hasta la puerta de entrada, descubrió que se trataba de un entramado de piedras planas, por lo que, el color definitivamente era ese.
Kim Minjun, fue el encargado de recibirlos, palmeando la espalda de su hijo en un abrazo, y sorprendiéndose gratamente al ver a Jungkook entrar tras él.
―¡Pastelito! ―saludó, haciendo reír involuntariamente al menor. ―Por un segundo creí que Joonie estaba bromeando, cuando dijo que vendrías.
―Buenas noches, señor Kim ―saludó formal, reverenciando, pero el hombre no se lo permitió, tomándolo de las manos y negando con la cabeza.
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Ni tan JUNTOS, ni tan REVUELTOS - YoonKook/NamKook
Fanfiction[TERMINADA] La vida te da sorpresas, y Jungkook se llevó la más grande de todas, al enterarse que sería padre. ¿Podrá llevar la paternidad con su ex, y mantener su relación amorosa con su actual novio? [Spin Off de "JUNTOS, pero no REVUELTOS"] ADVE...