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Era muy claro que la mañana de ese domingo era cálida, había llovido la noche anterior y aún lo seguía haciendo, Beto desde la enorme puerta de vidrio veía el panorámico momento, en el que algunas ranas, grillos y otros animales como las aves estaban cantando por ser de madrugada. No había pegado el ojo en toda la noche, se la paso viendo películas que lo hacían recordar que era una escoria en el amor, un poco disilucionado se la vivió pensando en ello, ¿alguna vez experimento el amor verdadero?

La casa estaba callada, solo de fondo se escuchaban los ronquidos de alguno que otro, su enorme habitación sólo le hacía reflejar su estado mental, estaba devastado, ropa, trastes, de todo un poco. Tenía un poco de ojeras, así que hoy retomaría su rutina de skincare, que era para el lo más esencial pero se había descuidado. Así pasó el tiempo, dándose la vuelta por toda la cama, aún no dejaba de llover. De la nada escucho un estruendo, unos gritos por el pasillo que le hizo pararse, y de repente ve por la puerta que los hermanos Malparitti se estaban peleando a los golpes, el de cabello oscuro estaba haciendo a ñicos a su hermano, que le decía de todo entre los gritos pudo escuchar Beto algo que lo dejaría medio que intranquilo.

Pero decidió ayudar al que se estaba ahogando en su llanto por lo que su nariz estaba sangrando, deteniendo al otro recibiendo un golpe que llevaría un troso de su oreja, sólo pudo ver la sangre caer es sus manos, los demás que estaban corriendo por llegar se quedaron callados al ver la escena, Beto quién estaba temblando al punto de ser un ataque de ansiedad por ser la primera vez en resivir un golpe.

Malparitti se quedó asustado por lo sucedido, Capi se dirigió rápido hacia el que estaba tirado en el suelo y Loco hacia Beto que aún seguía atónito incapaz de moverse.

—¿¡QUE MIERDA TE PASA MALPA!? ¡CASI MATAS A TU HERMANO! - Le grita cordobés, los demás se ocuparon de llevar a los heridos a la sala, llamando así al doctor que tenían, ya que no podían ir al hospital por asustó personal de cada uno.

Fueron atendidos inmediatamente, Malpa el menor se escontraba con un moretón en el ojo, y varias raspaduras por haber caído de golpe al suelo del patio. Y Beto el que aún no seguía sin responder, veía un punto fijo sin derramar una lagrima. Malpa decidió irse a la habitación cerrando con llave, mientras que los demás confrontan al mayor de los Malparitti ya que no confesaba el porque había hecho tales cosas, se le veía solo con el sueño fruncido y con una cara de cierta tristeza.

Capi decidió llevarse a Beto a su habitación, en donde le dejaría sentado en el sofá, le tomó de la mano y comenzó acariciar esta misma. Sin un aviso las lágrimas salieron de los ojos del rubio.

—Beto, ¿esta bien?, ¿Te duele algo?, voy a llam- - Le interrumpió la mirada del otro, un color carmín se alimentaban de sus mejillas, se le hacía tierno Beto, pero lloraba no por algo bueno así que el pensamiento se fue rápido.

—El Beto ya no se ve hermoso. - Le dice aun con más lágrimas, Capi da una lijera risa, seguida de otra aún más fuerte al punto de tener pequeñas lágrimas. —¿De qué te ríes? -

Al pensar que se veía ridículo riéndose se limpio rápido las lágrimas, extrañado de la risa del otro, le volvió a ver en donde fue sorprendido por una mano en su mejilla haciéndolo sonrojar también.

—Tu siempre te vas a ver hermoso. - Le confieza, se vieron mutuamente por unos segundos hasta que alguien entró derrepente y a los gritos a la habitación, era Loco quien se le abalanzó a Beto.

Ya para la tarde la casa estába en una tensión fuerte, los Malparitti no se habían sentado juntos en el almuerzo, no daban palabra a nada solo comían.
Al terminar los dos se fueron a sus respectivas habitaciones, todos hacían el mínimo de ruido, no se escuchaban gritos, a cambio se escuchaban susurros y un par de risillas. Todos celebraron que estaban conciliando por milésima vez.

B.E.W. -MetegolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora