Prólogo

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Palabras: 868
Narrador: primera persona

Me encontraba en el puerto de liyue observando el mar, era de noche por lo cual todo estaba alumbrado y eso le daba un toque fantástico, por eso me gustaba salir a pasear por liyue en la noche

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Me encontraba en el puerto de liyue observando el mar, era de noche por lo cual todo estaba alumbrado y eso le daba un toque fantástico, por eso me gustaba salir a pasear por liyue en la noche.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que tuve que escuchar mi nombre más de dos veces para salir de mi trance.

─T/n!!─gritó nuevamente a la distancia una pequeña voz aguda que ya conocía a la perfección, no hacía falta saber de quién se trataba.

Con una pequeña sonrisa en mis labios me di la vuelta para recibir a aquella personita junto a su acompañante.

─Hola paimon y... ¿Aether? ─dije el nombre del rubio algo preocupada al ver su estado, se veía realmente cansado.

─hola t/n─ dijo este para luego bostezar, solo pude apreciar las ojeras que tenía bajo sus ojos, de seguro se había desvelado nuevamente con sus misiones.

─T/n~ Paimon y Aether vinieron a decirte algo importante  ─dijo la hada llamando mi atención, mis ojos pasaron hacia ella dándole a entender a que continuara hablando.

─queríamos ofrecerte a venir con nosotros a Sumeru  ─habló esta vez el rubio, provocando que abriera un poco los ojos al escuchar el nombre de la nación.

¿Sumeru?. . .

─¿p-por qué irías a Sumeru? ─pregunté algo nerviosa.

─bueno, quiero continuar con mi viaje y encontrar a mi hermana, así que pensé obtener respuesta de la arconte de esa nación... Te ofrecí a que vinieras porque me gustaría ir a viajes junto a ti  ─dijo con una media sonrisa, me lo quedé observando algo ida, no me imaginaba volver a pisar aquella nación, totalmente no, pero algo dentro de mi decía que fuera con él.

─Yo... No sé si aceptar ir contigo, Aether. Sabes muy bien que no me sentiría cómoda al ir nuevamente a Sumeru  ─respondí con cierto nerviosismo en mi voz, Aether me miró haciendo un leve puchero.

Hace años fui parte de la Academia de Sumeru, en ese tiempo era una estudiante destacada entre ellos, pues mi forma de aprender las cosas rápidamente y mi buena memoria llamaba la atención de los profesores, por lo cual la mayoría de la gente en la ciudad me conocía, lamentablemente no pude graduarme por motivos algo pesados, debido a eso no soporté más y me fui sin dejar rastro alguno ──algo de lo que hasta ahora me arrepiento demasiado──

─vamooos t/n por favor, solo quiero que me acompañes, ¿si? ─pidió nuevamente mi amigo rubio haciendo ojos de cachorro mientras juntaba sus manos, yo solo lo miré haciendo una leve mueca, de alguna forma u otra me estaba logrando convencer.

No sé si era por los ojos que ponía o si era porque estaba tentada a volver a esa nación, después de unos segundo volví a hablar.

─está bien, te acompañaré en tu viaje a Sumeru  ─dije ya rendida, él simplemente dio un pequeño saltito de emoción y me abrazó.

Bien, iría a Sumeru nuevamente, ¿qué podría pasar?

─no irás ─dijo el pelinegro frente a mi cruzado de brazos

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─no irás ─dijo el pelinegro frente a mi cruzado de brazos.

─pero Xiao, solo serán unos días, no va a pasar nada malo. ─dije dudando de lo último, pero tratando de convencerlo igualmente.

─¿t/n, estás consciente de que irás nuevamente a Sumeru? Dudo que no pase nada malo mientras estés en esa nación ─dijo con un semblante serio. Bien, tenía todita la razón, pero si me muero ya es la ley de la vida.

─solo déjame ir por esta vez, iré con el viajero, y también conozco esa nación como la palma de mi mano ─dije esta vez tomando una de sus manos mientras sonreía, Xiao solo me miró con algo de duda.

Pasaron varios segundos en los cuales ambos nos mirábamos el uno al otro, yo con una mirada suplicante y él con él ceño fruncido, luego, Xiao suspiró.

─¿prometes decir mi nombre si algo malo pasará?─preguntó desviando la mirada, solté su mano y esta vez la puse en su mejilla logrando volver a obtener su atención.

─lo prometo, prometo llamarte cuando esté en peligro.

Xiao simplemente volvió a mirarme, no dijo nada, solo envolvió con sus brazos mi cintura y escondió su rostro en mi hombro, yo solo correspondí al abrazo mientras acariciaba de forma circular su espalda.

Esto lo tomaba como un sí.

─la verdad, no sé qué haría si algo malo te llegara a ocurrir  ─murmuró el adeptus en mi hombro, al escuchar sus palabras me tensé un poco.

─nada malo me va a ocurrir, Xiao, sé defenderme muy bien ─dije parando mis caricias en su espalda para esta vez tomar sus brazos y alejarlos de mi cintura, él se separó de mi algo confundido por mi acción ─si te sirve de consuelo, diré tu nombre cuando ya no pueda más─ lo miré mientras acomodaba sus mechones algo alborotados.

Un leve color carmesí comenzó a adornar sus mejillas, solté una pequeña carcajada al ver eso.

─no te rías─algo apenado, cerró sus ojos para nuevamente hablar─ confiaré en que lo harás, t/n.

Fue lo último que dijo para volver a abrir sus ojos y abrazarme con algo de fuerza, tal vez sería el último abrazo que recibiría por parte de él...

Tú y yo (Cyno x lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora