Capítulo 48.

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Diamantes Oscuros.

Capítulo 48.

Sólo uno en 10.000 diamantes poseen algún tipo de color, y los negros que existen contienen pequeños minerales en su interior. Pero, ¿cómo era que si tan pocos son de algún color, uno estuviera maldito? Decidí, entonces, que haber despertado pensando en el Orlov no era menos que causalidad. Yo llevaba tiempo intentando olvidar el tema, pero, ¿qué lo hacía tan importante?

Opté por releer mis informes sobre el diamante y la curiosidad me picó, todavía más que cuando trabajaba para buscarlo.

-¿Luna?- escucho mi puerta sonar y cierro las carpetas.

-¿Sí?- junto todo, guardándolo en mi pequeño cajón.

-No sé si recuerdes que pues, amm- se rasca la cabeza-. Ah, sí, que todavía eres estudiante.

-Ya voy, Nolan- entrecierro los ojos y él toma mi mochila.

-No sé si eres más diva desde que eres modelo, o desde que estás saliendo con el Grinch.

-Eres tan amable- golpeo su brazo y se ríe.

-Toma las llaves de la casa- asiento y salimos corriendo.

-Y bueno, ¿qué se siente que por fin lograste tu cometido?- gira y acelera.

-Es bueno, sigo sin creer que Liam decidió tener algo formal- me encojo de hombros.

-Sería ridículo que no, te lo dije muchas veces, Luna. Además, siempre estaban juntos y Liam no es de la clase de hombre que pasa mucho tiempo con una mujer.

-Lo sé- suspiro, mirando la carretera y ver el comienzo de la UNY-. Me agrada que vivas cerca del campus.

-Es bastante útil cuando hay fiestas, sin embargo.

-Ya quiero vivir la experiencia completa- levanto los brazos y él ríe.

-Será un buen semestre.

-El último- digo lentamente-. Sin mencionar que Becca estará mostrando su bonita cara por aquí- lo miro de reojo y él sonríe, mirando el retrovisor y dejándonos en el estacionamiento.

-Eres perversa, ¿qué estás pensando?

-Nada, sólo que harían una bonita pareja, cosa que no está pasando...- el sarcasmo lo hace reír.

-¿Estás pensando que tenemos algo?

-No, sólo digo que puede que se gusten y por eso estén follando a mis espaldas...

-¿Quieres que follemos frente a ti?- su cara de asco me hace salir del auto a carcajadas. Me detengo cuando el auto de Mika se detiene junto al nuestro. Isabella sale, luciendo un nuevo tono de cabello, un rojo borgoña.

-Hola, Nolan- revolotea sus pestañas y Nolan la ignora.

-Hey- saluda y cierra su puerta.

-Luna- habla Mika, estudiándome-. Tengo que hablar contigo.

-Lo sé- digo, al recordar que ni siquiera le avisé que volvería a la hermandad. Ella no tenía idea de cómo había entrado de nuevo.

-No te vi en ninguna fiesta, Luna- la fingida tristeza de Isabella me fastidia.

-Menos mal. No pude ir- miento.

-Incluso tengo ganas de hacer una por tu misterioso regreso- se ríe y las dos avanzan.

-Creo que están locas; Mika es fría como el cuerpo de Jack al final de Titanic, e Isabella es tonta como un presidente que no pudo decir los nombres de tres libros que haya leído.

Diamantes oscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora