(TW!!)
" Monstruo "
Mientras se oía el tortuoso sonido del cristal rompiéndose, y el ruido de cada paso que daba hacia mi habitación, yo seguía escondida bajo la cama. Como si fuera a defenderme de un monstruo, agarré uno de los trozos de cristal que había dejado escondido ahí abajo hace semanas y lo apreté con todas mis fuerzas, deseando no tener que utilizarlo para defenderme. Desde el ángulo de donde estaba se podía observar el suelo lleno de polvo, las esquinas de las paredes llenas de moho verdoso y oscuro, alguna tabla de la pared suelta y un conejo de peluche roto justo en medio de la habitación. Una habitación algo tétrica y en mal estado, las sábanas ásperas utilizadas como cortinas, y las ventanas tapiadas con tablas de madera astillada no dejaban entrar la luz. El pequeño cuarto provocaba una sensación de miedo y asco, tener que estar ahí aguantando todo esto... Pero luego pensé que siempre habría alguien que estaría peor que yo, así que decidí no quejarme. Me estaba bien empleado...no debí dejar el alcohol a la vista, aunque si se lo hubiese escondido luego se habría enfadado conmigo, hubiera entrado en cólera y-.... bueno, lo de siempre.
Volviendo a la realidad, me percaté de que no había cerrado la puerta con el pestillo, mierda. Me arrastré por el sucio suelo, aún con el trozo del afilado cristal en mis manos. Sin hacer el más mínimo ruido, dí unos pasos largos y alcancé la manilla de la puerta, agarrando aire y armándome de valor, procedí a cerrar la puerta del todo. Silencio...puro silencio... Quizá no oyó ningún ruido de la madera crujiendo o tal vez se volvió a quedar inconsciente. De todas formas no me importaba, ese monstruo no era mi padre. A cada uno de mis movimientos el miedo se apoderaba de mi cuerpo, haciendo que mi piel llena de moretones empezase a doler, mientras yo volvía a esconderme bajo la cama. Sin previo aviso, el silencio fue irrumpido por segunda vez, la madera agrietada hacía más ruido de lo normal, y eso era porque papá empezó a darle golpes a la puerta.
- ¡MARLENNE! ¡SAL AHORA MISMO DE AHÍ GILIPOLLAS!
Ya empezamos, siempre la misma historia... Suspiré tras pensar en esto y lo que esperaba, y sin demorarme escondí el trozo de cristal, agarre el peluche roto y me preparé para lo de siempre. Forcé un poco mis lagrimas para que él estuviera feliz de verme así, llorando como una patética niña que necesita que la cuiden. Era uno de sus muchos deseos morbosos y asquerosos que tenía sobre mi. Simplemente quité el seguro de la puerta, abriéndola poco a poco mientras miraba al suelo de piedra, no quería mirar a ese monstruo a los ojos, no, no se merecía mi respeto. No merecía nada de mi.
* * *
- Papá...? Volviste a beber cier-
Una gruesa y fuerte bofetada hizo que dejara de hablar. Con las rodillas magulladas, caí al suelo con rapidez, como un peso muerto. Alcé mi mirada llorosa y asustada hacia ese hombre alto y desaliñado, con pelo canoso y barba a mitad de afeitar. El olor a tabaco, alcohol y humedad que siempre ha desprendido me provocaba náuseas, todo su ser... no tenía palabras para describirlo. Tras unos segundos de meditación, me levanté y apreté mi peluche de conejo, manteniéndolo cerca de mi pecho, que en ese momento guardaba un corazón temeroso y angustiado. Me preparé mentalmente para las posibles consecuencias que yo misma tendría si llegase a hacer algo que no le gustase a él.
- Papá...Y-Yo... Lo siento, no quise hacer eso.
Hacer el qué? No hice nada malo. O quizás si y no me doy cuenta. Cualquier mínimo error le pone de los nervios, y es algo que me irrita bastante, pero en fin, que puedo hacer para cambiar eso? Lo sé, nada.
- Marlenne cariño... perdoname, sabes que no lo hice a propósito, perdoname de verdad... Porfavor cariño..
Un cambio repentino en su actitud hizo que me diera asco cada una de las veces que me decía cariño. Aquel hombre rompió en llanto y se quedó de rodillas frente a mi, abrazándome de forma brusca e incómoda. Todo era horrendo. La habitación, el aire con olor a tabaco, mi padre violento y la botella de alcohol que acababa de soltar de su mano. La botella de whisky barato, la cual había comprado en la gasolinera de al lado del motel, estaba en el suelo, goteando liquido color miel aguado. Roté mis ojos hacia las manos de mi padre, quería tener "controlado" cada uno de sus movimientos. Su mano se alzó y fue a parar sobre mi mejilla, aún roja por el golpe que me había dado. Empezó a acariciar mi pelo negro enredado, mientras una sonrisa algo extraña se formaba en su rostro.
- Dime...sigues siendo mi niña, verdad que si?
Dijo, mientras su mano se deslizó suavemente hacia mi pierna. Toda la rabia y asco que sentía en esos momentos era inexplicable. El echo de no poder defenderme, de pensar que no saldría nunca de esa casa me atormentaba... Ja! Casa?
Eso no era una casa, era un infierno con 4 paredes.
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Poemas e Historias para no cortarse
Short StoryUna recopilación de pequeños poemas y relatos cortos, la mayoría de ellos son sobre la salud mental, ansiedad, depresión, TCA o TDAH. A parte de eso, esto es una recopilación de absurdas ideas o pensamientos míos, normalmente los que no me dejan dor...