𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍 ── stiles stilinski

𝘁𝗼𝘄. allison argent

─────CAPÍTULO DOS::
❛ allison argent ❜
❪ ៹. ࣪ ♡˖ 𝗹𝗼𝘃𝗲 𝗮𝗴𝗮𝗶𝗻 ࣭⸰ 𖥔 ͙ࣳ  ❫

La casa por dentro había resultado ser una pasada.

Su Padre la había encontrado a una oferta aceptable, y además, amueblada. Cosa que ambos agradecieron no cambiar porque estaba decorada realmente hermosa. Y los dos coincidieron que quien fuera que vivía allí antes tenía un estilo muy bonito con las decoraciones.

Emma no conocía quién era, pero ya amaba a esa persona.

Cuando había elegido su habitación, ésta daba al patio trasero, la cual tenía una piscina y también daba a un frondoso bosque verde, al cual estaba segura de que iría, aún si su Padre le hubiese pedido lo contrario. Porque sí, después de haber ayudado al chico herido, Scott, el mayor creía que podrían haber criaturas salvajes y no quería arriesgarla. Así que se encontraba en modo paranóico.

—¿Recuerdas las llaves? —preguntó su Padre, mientras arreglaba su vestimenta lo más presentable que podía.

Emma lo veía mientras comía sus tostadas recién hechas por ella.

—¿Las de la casa? —el mayor asintió ante su pregunta—. Pues la llevaste a tu habitación ayer.

—No, no hablo de esas —negó su Padre—. Hablo de las otras que son para ti.

—Oh, no lo sabía.

El mayor sólo le dió una mirada antes de perderse por las escaleras que llevaban al segundo piso, y luego de unos minutos bajó con un llavero y oliendo a una rica colonia varonil. Suponía que se la había echado al subir, porque antes no lo olió.

—Son estas. Ten. —y le pasó las llaves por el mesón del comedor. Ella las vió con curiosidad.

Era un llavero muy bonito con adornos que contenía una pequeña esfera que mostraba dentro de ella un cielo estrellado. También lo acompañaba una chapa con su apellido y número de casa al igual que una linterna pequeña de color rosa con decoraciones de Hello Kitty.

—Gracias papá. Está muy bonita. —sonrió hacia su Padre, quien la veía de manera satisfecha por su trabajo bien hecho al saber que era de su gusto.

—Mande a hacer la chapa, es igual a la mía.

De un bolsillo de su pantalón sacó un llavero y le mostró una chapa idéntica a la suya. Sólo que con su propio nombre.

—Muy bien, es hora de irnos. —la sonrisa en su rostro se fue al instante que lo escuchó, y uno neutro lo acompañó.

—¿No vas a comer? —su tono de voz sonó un poco preocupado. No le gustaba cuando su Padre no comía. Lo había hecho tantas veces y tuvo un problema por ello del cual le causaba temor que se volviera a repetir, porque no le gustaba verlo excedido al trabajo y que se olvidara de su comida.

El hombre soltó un suspiro.—No hay tiempo.

Emma se levantó y se cruzó de brazos al otro lado del mesón, viéndolo de frente y levantando una ceja expectante ante la situación.

—Hija...

—No —sacudió su cabeza de lado a lado haciendo que algunos mechones peli-rojos de su cabello se mecieran—. No me iré de aquí hasta que vea que comas. —y señaló el plato con comida más extensa que la suya acompañada de un vaso de jugo de naranja.