B.E.W. -Metegol

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Ambos pares de piernas estaban entrelazadas, se sentía reconfortantes, querían quedarse así toda la vida, el calor era el perfecto aún más el frío clima que había en ese momento. El primero que abrió los ojos fue Beto viendo una camisa azul enfrente suyo, sus manos recorrieron una espalda amplia, un sonrojo se imprendo en sus mejillas, el aroma era simplemente esquisito, era como las fragancias que Capi solía usar. Miró hacia arriba en donde sintió unas manos apretando su cuerpo pegándole aún más al cuerpo contrario. Era Capi, se le veía profundamente dormido, se veía cómodo, lindo... Demasiado.

Un pequeño recuerdo se le vino a su memoria, en donde era borrosa pero alguien estaba tocando su cuerpo. Entonces se sobresalto tan solo recordando lo que había pasado.

—Capi... - le susurra para despertarlo.

Capi despertó lento, consciente que había dormido en una habitación que no era la suya, así que trato de no hacer el mayor ruido ni exaltarse por ello. Sus manos sentían una silueta esponjosa, suave. Entonces se encontró con los ojos azul cielo que lo veían atento, se le nota en las mejillas el color rojo fuerte. Se dispuso a sonreírle, llevando una de sus manos para apartar su cabello para darle un beso en la frente.

—Buenos días Beto. -

Beto no sabía cómo interpretar las cosas que estaban ocurriendo, solamente podía ponerse más nervioso movió un poco las piernas pero se dio cuenta que no fue la mejor acción que pudo haber hecho, un pequeño jadeo escucho y su pierna sentía algo duro. En ese momento quería que la tierra se lo tragara, se sentía un poco la vibra de que algo pasaría, más nervioso estaba cuando Capi se acercó a su cara.

—¿C-Capi?- pregunta su nombre a centímetros de su cara.

Si alguna vez pensaste que los cuentos de hadas eran falsos, en los magimente tenías poderes y podías pedir todos los deseos que quisieras, era así como pensaba Beto en ese momento, pensaba que era solo un deseo temporal que su memoria había creado para joder le la mañana pero la respiración suave del otro solo le hizo saber que no era de su imaginación. Se vieron por unos segundos más, ambos estaban a convencidos que alguno tiraría la toalla, pero, Capi daría el primer paso.

Llevó su mano a la mejilla caliente del rubio, y como una escena romántica le dio por fin el beso del que tanto soñaba, era más bien un pequeño pico, como los que te dabas con la chica que te gustaba en la escuela, pero este duraba un poco más. Beto quién era el más sorprendido no dudo en aceptar el pico, cerrando un poco los ojos para vivir el momento. Sus labios eran suaves, y cálidos. Le gustaba.

Se volvieron a ver pero Beto no se permitiría a sólo ese pequeño acercamiento, le volvió a besar ahora como se debía, con un pequeño movimiento de labios y intercambio de saliva, el sentimiento que su estómago vivía no lo había tenido antes. Capi estaba convencido que estaba en el mismísimo paraíso, del que no quería salir jamás, sin duda alguna quería sentirlo así de cerca para toda la eternidad aún sí está estuviera callendose a pedazos.

Al separarse, se volvieron a besar otra vez, sólo que está vez cambiando las posiciones, ahora estaba sentados en la cama, se sentían más cómodos además así podían tomarse de las mejillas y jugar con su cabello. Se separaron otra vez por ruidos que venían del pasillo.

—Deberíamos ir a ver que pasa. -

Capi solo se dedicaba a verlo como adolescente enamorado, admirando su belleza queriendo volver a besarlo, si por el fuera se quedaría así toda la tarde, noche y todos los días hasta que alguien tocó la puerta.

—Beto, hoy es día de meditación. Hay que, reiniciar esos hábitos. - Le decía Loco al otro lado de la puerta. Le respondió, mencionando que ya saldría que le diera tiempo de alistarse.

Se levantó rápido, llendo al closet donde sacaría ropa que solía ponerse todo el tiempo, antes de quitarse la ropa, sacaría de la habitación el que ya hacía ahí hace rato, pero por la parte de la terraza, no quería que lo vieran salir de su cuarto.

—Hey, espera. - le toma del brazo antes de que cerrará la puerta. —¿te veré luego? -

—¡vez todos los días al Beto, tonto! -
Cerro al fin la puerta para poder cambiarse, lo más rápido que pudo lo hizo y salió notando el monto de gente frente al cuarto de Capi, se estaban preguntando donde estaba, hoy tocaba entrenar, y aún ni siquiera había salido a desayunar.

—Beto, creo que igual si iremos a entrenar. - le menciona triste el loco.

—El Beto meditara luego, no te pongas triste. - le dice sonriente dándole un abrazo para alentarlo, hoy era un bonito día.

Derrepente aparecería Capi por el comedor, todos le vieron raro, preguntándole un millón de cosas, Beto solo fingia no oír nada, iría a por su té mañanero y su desayuno de avena fitnes. Se sentó en el desayunador, veía como el de pelo corto trataba de justificarse sacándose una historia sacada de la manga. Ahí es donde se le sale una risa.

—¿De qué te reís vos? - le dice pulpo, se hecho hacia Beto para abrazarlo y robarle un poco de su avena que en realidad era más deliciosa de lo que parecía.

Todos se fueron a alistar, guardando cosas en sus maleteros respectivos, cuando llegó hora de irse todos buscaron sus respectivos lugares ya que tenían uno cada uno. Así que Beto iba al lado del Coreano, que le decía entre muchas cosas una deliciosa receta de comida típica de su país y de lo mucho que extrañaba su país de origen, en su charla se le sumó el Bielorruso, que decía también extrañar mucho sus tierras, sobre todo sus deliciosas carnes y cervezas. Todos reían, diciendo cosas positivas de sus países, el jamaicano dio una risa sacando de su mochila un plato con una comida de su país.

Todos se peleaban por ello, así que se la repartieron y terminaron diciendo que, era simplemente exquisito.

Al llegar al campo se encontraron con amado, que se reunió con los demás para hacer su saludo habitual, todo era realmente nostálgico, Amadeo parecía ser el mismo niño que habían conocido antes siempre emocionado por lo que más le pasionaba.

Durante ese tiempo, el Beto y Capi estuvieron unidos y riendo, abrazados, todos estaban extrañados, solían moler se con palabras a cada rato y hoy se les veía cariñosos.

—Es raro. -

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Hola gente bonita, es gusto verlos denuevo 💐🌹