★Hachís★

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Cada vez que llamaba el contestador automático le devolvía su llamada. Estaba histérico y casi al borde de un ataque de ansiedad.

De nuevo, Craig no había llegado a casa de Thomas, sentía horrores cuando llegaba incluso un par de minutos más tarde que de costumbre. Se encontraba en su habitación, andando en círculos con su teléfono vibrando por las llamadas una y otra vez. Thomas no podía evitar querer saber dónde se encontraba el pelinegro. Ni siquiera avisaba si iba a salir o a quedarse en su apartamento. Y ya no valía mandar a alguien a vigilar a Craig las veinticuatro horas,  el pelinegro ya se dio cuenta y casi lo dejó por aquello. 

—Craig.. ¡Puta madre!— arrojó su teléfono contra el vidrio de su ventanal sin llegar a dañarlo. Había comenzado a llorar, se sentía horrible el no saber dónde se encontraba el pelinegro, tenía la necesidad de amarrarlo a él, de la forma que fuera. Pero ¿Cómo? Ya sabía que Craig era indomable, e incluso, en algún momento llegó a pensar que era imposible que estuviera con él. Pero aun así, teniéndolo para él, cabía la posibilidad que se fuera con otro. Entre sollozos se escapaban insultos al azar. Thomas habló para sí mismo:

—Ugh..Craig..¿qué mierda haces..?

o0o0o

Ambos hombres se encontraban solos en la mesa. No hablaban, no se movían, no hacían nada al respecto. Sólo miradas fugaces que desaparecían al ver los ojos del otro apuntando a los suyos.

Habían perdido la pista de sus amigos. Al menos de Clyde y Bebe, los cuales desde hacía un buen rato se fueron, demasiado juntos hacia algún lugar.

Craig tenía su teléfono encima de la mesa, y sonaba a cada momento. Viendo en la pantalla el nombre de Thomas. Acabando por ignorar cada llamada que surgía de este. Tweek observaba cada pequeño movimiento del pelinegro, sin querer perderse nada. Estaba aburriendo se, esperaba que al menos Craig tratara de hablarle. Pero no hizo nada, para Tweek era un cobarde, pero que lo escondía muy bien. Aunque esos pequeños detalles el rubio los notaba, conocía bien a su ex novio y por muy seria que fuera su expresión, podía leerla perfectamente.

Tweek agarró una cajetilla de cigarros que había encima de la mesa, no sabía de quién era, pero le importaba más bien poco. Abrió la cajetilla, viendo lo que realmente había dentro.

—¿Qué mierda?— Craig alzó la vista hacia Tweek, sorprendiéndose de ver al rubio con su paquete de cigarros. Aunque en verdad no eran cigarrillos normales, era tabaco mezclado con chocolate*.

*El chocolate es una droga( hachís) que se extrae la misma planta que
la marihuana.

Rápidamente agarró el paquete de las manos del rubio, solía meter allí el chocolate pues era común ver a gente con paquetes de tabaco y la policía no solía revisar estos por lo normal que era tenerlos, aparte que no eran ilegales.

Tweek alzó sus cejas, observando expectante al pelinegro. Rió por lo bajo y habló. 

—Antes no te drogabas— soltó ese comentario sin más con una risa sarcástica acompañándolo.

—Y tú no fumabas..— contestó.

— Supongo que algunas de tus costumbres se me quedaron— Craig lo miró, Tweek continuaba sonriendo con malicia. Ese chico lo iba a volver loco. Habían comenzado a hablar, por ese simple detalle. Pero a Craig le bastaba saber que podía intercambiar algunas palabras con el rubio. Aunque la situación fuera así de tensa.

—...—

—..dame uno— Tweek rompió el silencio que se había formado.

Estrellas - CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora